Un iPhone con Flappy Bird instalado, a la venta por casi 100.000 dólares

Después de su retirada de la App Store, la fiebre de Flappy Bird no termina: alguien está vendiendo en eBay un iPhone 5S con el juego instalado, y la última puja (de las 74 que lleva, a seis días para su final) es de 99.900 dólares. Bromas cero. No es el único: basta con buscar Flappy Bird en la web de subastas para encontrarse a bastante gente vendiendo sus teléfonos, ofreciendo como reclamo tener instalado el juego. Hace un par de días, el creador del juego, Dong Nguyen, anunciaba que iba a retirar el juego, tremendamente exitoso (se habla de 50.000 dólares diarios en ingresos por la publicidad), por estar arruinándole la paz. Como era de esperar, las reacciones a esto han sido variopintas: los hay que están con él, y los hay que lo más bonito que han dicho sobre él es que es un plagiador, por eso de que las tuberías del juego sean iguales que las de los Super Mario. Ha habido todo tipo de acusaciones, y también más de uno que ya está intentando picotear las migas que dejó Flappy Bird antes de largarse. En Eurogamer hay unos cuantos, que están ya en el top diez de la App Store: curiosamente, la mayoría de ellos buscan descaradamente conseguir dinero, cobrando por su descarga o por una serie de beneficios ya dentro del juego, como eliminar la publicidad. Dejando de lado lo que opine de Flappy Bird (que no me gusta, pero es infinitamente más digno que sus clones, sea o no él mismo uno), lo cierto es que no está siendo un buen momento para los defensores del mercado móvil: no creo que nadie estuviera preparado para vivir tanta vergüenza ajena y tanta angustia, atacando por todos los frentes. He jugado a muchos juegos para móvil muy buenos, y creo que se pueden hacer y que hay espacio para desarrollar ideas geniales en un smartphone, pero este clon de Flappy Bird, convenientemente llamado Flappy Plane, representa toda la miseria, el oportunismo y la mediocridad que envenenan la App Store y Google Play.