Sila Games quiere ser el Spotify de los videojuegos

Todos hemos pensado en Sila Games alguna vez, sin saberlo: una plataforma de suscripción que nos da acceso a una biblioteca de juegos, algo parecido a un hijo entre Spotify y Steam. Pagar cierta cantidad de dinero al mes por jugar a lo que queramos. «Sila Games surgió por la necesidad de una plataforma que dispusiese de todos los juegos al usuario sin tener que preocuparse de pagar cada juego», me explica Francisco Mosquera, CEO de la joven empresa de Barcelona que está detrás del proyecto. «Evolucionando un poco la idea le dimos forma al modelo de negocio y surgió la empresa. No fue gracias a Spotify, pero sí que nos ayudó para poder explicar en qué consistirá Sila Games. Otros servicios que hemos analizado para ver como podíamos enfocarla son Steam y OnLive. Por supuesto, Sila Games presenta muchas diferencias con estos sistemas». Sus mínimos hablan de web y móviles Android y iOS como plataformas, pero su intención es llegar a PC, Mac e incluso Samsung Smart TV. No se cierran del todo a otras posibilidades («estamos abiertos a que inversores privados formen parte del proyecto, pero esto es algo que no hemos buscado todavía ya que no nos hace falta», me dice Francisco), pero ahora mismo la financiación depende de una campaña de crowdfunding que casi ha conseguido llegar a su objetivo, a algo menos de dos semanas de terminar. «La campaña de crowdfunding no solucionará los problemas que surgen cuando creas una empresa pero ayudará a mantener el desarrollo hasta la salida de la plataforma». La vida de empresarios les ha llegado después de cierto tiempo dedicándose de otras formas al mundo del videojuego: buena parte del equipo son estudiantes de ingeniería multimedia en La Salle, y el desarrollo de juegos es algo que no les resulta extraño. «Siempre hemos tenido claro que queríamos dedicarnos a este sector, pero no imaginábamos que acabaríamos dejando de lado el desarrollo de videojuegos para dejar paso a la plataforma». El acceso a la plataforma es similar al de Spotify (con la suscripción como único método de pago, sin juegos a la venta por separado: «para los desarrolladores puede suponer un quebradero de cabeza menos, ya que le aportará visibilidad y para el usuario es una experiencia enriquecedora, ya que todas las semanas le llegará juegos nuevos que, sumados a los que ya había, podrá disfrutar sin tener que pagar más por la cuota»), pero el funcionamiento es más similar a Steam. Francisco me explica que «OnLive le ha mostrado al mundo como el streaming en los videojuegos requiere aún años para que los servidores sean rentables y las conexiones en países como España sean más veloces. Nuestro sistema se basa en la descarga. Podrás descargarte, jugar y borrar tantas veces como quieras los juegos ya que el sistema verificará mediante un login que seas usuario de Sila Games. Esto obviamente hace que requiera de una conexión a internet pero solo al arrancar el juego». Esta fue la parte que más me costó entender, y parece que no fui el único. «Mucha gente no ha llegado a entender bien cómo funcionará Sila Games», según me cuenta Francisco, quizá por la manera en que se asocia, tan directamente, la suscripción al streaming, no sólo por Spotify sino por otros servicios que nos quedan más cerca, como Filmin; «si hay gente que no entiende como funcionará es culpa nuestra, porque en el vídeo no queda claro si, como has preguntado tú, es por streaming o no», reconoce el CEO, aunque «mucha gente ha contactado con nosotros para felicitarnos y para pedirnos que cuanto antes saquemos la plataforma». Tienen claro el perfil de suscriptor al que quieren llegar. «Nuestro usuario es el mid-term gamer y el hardcore gamer», me dice. «Aquellas personas que leen blogs de videojuegos, que compran juegos por Steam, que les gusta probar juegos nuevos o tirarse horas con sus juegos favoritos. Es un usuario que ve con buenos ojos los juegos innovadores e indies y que disfruta jugando porque es algo que lleva tiempo haciendo». Pero, ¿qué hace que Sila Games sea atractivo para los desarrolladores? ¿Cómo van a atraer a los creadores de juegos para que se interesen por su plataforma como una vía a la que llegar a más jugadores y, claro, sacar un provecho económico de ello? Su modelo se basa en un porcentaje fijo de beneficios del 10% para todos los desarrolladores, que recibirán sí o sí sólo por tener su juego en la plataforma. «El 90% restante es para los juegos según el uso que le den los usuarios. Es decir: tú, como desarrollador, solo has de preocuparte de que tu juego sea divertido para ganar dinero, ya que si a la gente le gusta, lo volverá a jugar y lo compartirá con sus amigos, con lo que ingresarás dinero. No gana más el que mejor estrategia de mercado haga o el que más gaste en márketing, sino el que los usuarios realmente valoren y jueguen», dice Francisco. «Las reglas del juego son iguales para todos», asegura cuando le pregunto sobre las consecuencias para los más pequeños si se produce una hipotética hegemonía de los que cuentan con más recursos. «Los pequeños juegos podrán competir con los grandes si realmente son divertidos. Sus juegos les llegarán a la newsletter a los jugadores de la misma manera que los grandes, con lo que todos los usuarios podrán ver sus juegos y acceder a ellos con un click». Tampoco pretenden impedir que los creadores distribuyan sus contenidos por otras vías, siempre y cuando no choquen con el modelo de negocio de su plataforma. Me dice Francisco que «solo queremos que Sila Games crezca y que los desarrolladores puedan ganar dinero; mientras los pongan en Sila Games, no nos importa que los vendan por separado en otros sitios. La única cláusula que limita a los desarrolladores es la de no poner sus juegos en otra plataforma con sistema de tarifa plana. Es decir, que los vendan por separado sí, pero no en otra plataforma que copie a Sila Games». Cuando le pregunté a Ramón Nafria, de A Crowd of Monsters (los creadores de Sugar Kid), sobre Sila Games, su respuesta fue parecida a la preocupación que yo mismo tuve cuando me informé sobre el proyecto: «o consiguen coger a los importantes antes de que aparezca una iniciativa similar o se les pasará el arroz», me dijo. Algo parecido opina Jordi Torras, de U-Play, otra desarrolladora de Barcelona, que reconoció que «hace falta que tengan buenos productos para que empiece a captar el interés de la gente». Ese es el gran problema de Sila Games, su mayor reto a día de hoy: es un «reto comercial mayúsculo», como me dijo Torras, y necesitan un catálogo suficientemente atractivo como para mantener suscriptores entre jugadores que, seguramente, quieren algo parecido a un Spotify de juegos, que es lo mismo que decir un Steam de suscripción: juegos independientes y españoles, sí, pero también un catálogo mainstream que atraiga al grueso de jugadores. «Nuestra mentalidad es exponencial. Estamos hablando con empresas de Barcelona que desarrollan buenos juegos y poco a poco vamos hablando con más empresas del sector. Queremos que tanto los pequeños como los grandes estén en Sila Games, y tenemos el objetivo fijado en algunas empresas Españolas muy importantes con las que tarde o temprano contactaremos», me dice Francisco. ¿Es suficiente? Es un punto de partida, desde luego. Es también una manera honesta de lanzar el servicio: contar con la colaboración de los usuarios interesados en el proyecto les ayudará a hacerse una idea de hasta dónde pueden llegar. Para triunfar de verdad, no obstante, necesitan pensar en grande: ser realmente un Steam con suscripción antes de que salga algo parecido, o antes de que Valve lo haga. Es un reto mayúsculo, efectivamente. «Creemos que otra manera de jugar es posible», dicen en su página de crowdfunding. Ojalá mucha gente más también lo crea.