El tobogán como consola portátil definitiva

Los parques de Hybrid Play quieren romper las barreras entre lo digital y lo físico

Los parques de Hybrid Play quieren romper las barreras entre lo digital y lo físico

«Cada vez más es frecuente encontrar niños de 7 u 8 años jugando con el teléfono móvil sentados en un banco del parque. Incluso grupos de niños jugando en red entre ellos en cualquier rincón del parque», me cuenta Clara Boj, una de las creadoras de Hybrid Play. Aunque yo descubrí el proyecto hace apenas una semana, todo empezó en 2008; hace seis años, Boj y Diego Díaz proponían, en un artículo titulado Hybrid Playground: integración de herramientas y estrategias de los videojuegos en los parques infantiles, «la transformación de los parques infantiles urbanos en escenarios para el juego audiovisual interactivo, que propicien el desarrollo de experiencias de juego físico-digitales y dinamicen las relaciones de colaboración entre los usuarios».

De ahí nace el actual Hybrid Play, «un sistema llamado a redescubrir espacios urbanos como los parques, mezclando el juego tradicional en la calle con los videojuegos», leo en la nota de prensa. Pronto comenzará una campaña en Indiegogo con la que buscan conseguir la financiación necesaria para empezar a crear unidades de este dispositivo, que quiere mezclar juego tradicional, el de toda la vida, el de los toboganes y los columpios, con el videojuego.

Para entender mejor cómo funciona Hybrid Play, merece la pena ver el vídeo que han preparado para explicar el proyecto:

«El espacio público necesita urgentemente una puesta en valor a muchos niveles, desde lo social a lo educativo», me explica Boj. «Es importante provocar transformaciones que revitalicen el espacio público como lugar de encuentro, diálogo y aprendizaje pero desde nuestro punto de vista estas transformaciones no pueden venir desde un solo lugar sino desde múltiples perspectivas. Generalmente el urbanismo define como son los espacios que habitamos y a partir del trazado de un parque o plaza, de la decisión de colocar o no unos bancos o unos árboles se definen los espacios y también sus usos. La política también hace otro tanto mediante regulaciones y normativas y si miramos un poco a nuestro alrededor es evidente que estas perspectivas necesitan ser repensadas en profundidad».

Videojuegos para reclamar el espacio público

Me viene a la cabeza un artículo de Yorokobu, convenientemente titulado ¿Te comerías un bocata en esta plaza?, en el que Marcus Hurst se preguntaba si sería posible usar las plazas del centro de Madrid para merendar. «No hablo de sentarse en una terraza y que te lo sirvan. Eso está muy bien pero no todos los ciudadanos se lo pueden permitir cada vez que les apetece descansar un rato en un espacio público. Hablo del bocata traído de casa, envuelto en papel de aluminio, hecho con cariño esa mañana para ser devorado a la hora de comer».

La conclusión eran similares a las de Boj y Díaz, quieren lanzar su mensaje (uno que se ha venido repitiendo, por algo será, de un tiempo a esta parte) a favor de la recuperación del espacio público para la ciudadanía, «desde el juego y con la mirada puesta en los niños y las limitaciones que la ciudad contemporánea les impone».

Le pregunto a Clara, y sin ánimo de tirar piedras sobre mi tejado, si creen que el videojuego es la mejor forma de reclamar ese espacio; si no creen que poner parches a la situación en lugar de buscar una solución de raíz no puede tener más riesgos que ventajas. «Hybrid Play no es la manera más eficaz de revitalizar el espacio público», reconoce. «Hybrid Play es una aportación al debate desde la acción y tomando como punto de partida la realidad actual: los espacios que la ciudad contemporánea destina a los niños y sus carencias. Cuando en tu pregunta aludes a «parchear» entendemos que te refieres a que Hybrid Play no es la solución integral para revitalizar el espacio público. Evidentemente no, y tampoco pretende serlo. De hecho, en nuestra opinión, cualquier solución que pretenda ser integral tiende a ser homogeneizadora y deja fuera la esencia misma del espacio público: la mezcla, la experimentación, la diversidad».

Los parques de Hybrid Play quieren romper las barreras entre lo digital y lo físico

«Por otro lado, es cierto que Hybrid Play promueve el juego físico al aire libre, y eso es saludable a cualquier edad pero para los niños es además parte fundamental de su aprendizaje. La receta de la vida saludable se compone de muchos ingredientes. Hybrid Play puede ser uno de ellos para las personas que piensan que hay que superar la eterna disyuntiva entre lo real y lo virtual, que los videojuegos pueden potenciar la actividad física y que los hábitos saludables no implican rechazar el entretenimiento digital», dice.

Cuando saco a colación la palabra gamificación («el uso de elementos de los sistemas de juegos con objetivos mercantiles (…) de esta forma la Gamificación está siendo usada para crear experiencias que usan el poder de los videojuegos (…) en campos como los de la salud, finanzas, gobernación, educación, etc.», según se cita a Gabe Zichermann en un artículo de Flavio Escribano), Boj no parece muy convencida de que Hybrid Play pueda entrar en ese saco: «Aunque entendemos que habrá diversidad de opiniones, para nosotros Hybrid Play no es una estrategia de gamificación de los parques infantiles, en el sentido de que los parques infantiles son y siempre han sido un escenario para el juego infantil en el que mecanismos móviles incitan el juego físico y potencian la imaginación. Hybrid Play se ha diseñado como una nueva interfaz de juego que en combinación con esos mecanismos móviles nos adentra en el mundo de los videojuegos».

«Somos una sociedad sobreprotectora con nuestros niños»

La relación con un vídeo de Game/Show en el que Jamin Warren hablaba de la importancia de Minecraft para los niños, como sustituto de unos parques sobreprotectores y que limitaban las posibilidades de los críos para desarrollar su imaginación y su desarrollo social y físico, está clara. Hybrid Play quiere ser nexo entre lo virtual y lo real. El salto conceptual es grande (hace falta «superar la eterna disyuntiva entre lo real y lo virtual» de la que hablaba Boj), pero quizá veo ese parche del que hablaba antes por no terminar de comprender la fusión entre entretenimiento digital y juego físico que buscan. Por eso me interesa lo que tienen que decir Boj y Díaz, artistas interactivos pero también padres, a este respecto.

«Evidentemente somos una sociedad sobreprotectora con nuestros niños», reconoce Boj. «Solo hay que ver la altura ridícula de muchos de los toboganes que hay en los parques infantiles, tan bajitos que ni los niños se animan a utilizarlos. Entendemos que esa misma sobreprotección es la que ha provocado la uniformidad de las zonas de juego, mediante homologaciones, normativas, etc. Nosotros somos padres, y por supuesto queremos espacios seguros para nuestro hijo, pero, ¿acaso no queremos también espacios que alimenten su imaginación?, ¿espacios que le permitan explorar sus posibilidades físicas?, ¿jugar con su cuerpo?, ¿emocionarse?»

Los parques de Hybrid Play quieren romper las barreras entre lo digital y lo físico

«Más allá de Hybrid Play, las zonas de juego de nuestras ciudades reclaman también nuevas propuesta de diseño que tiendan más hacia los adventure playgrounds que todavía podemos encontrar por el norte de Europa que hacia la estandarización de toboganes, columpios y balancines. Estas zonas de juego han quedado relegados para el uso de niños muy pequeños y es a partir de los 6 años que estos espacios comienzan a ser muy poco atractivos, poco motivadores para el juego». Es precisamente a partir de esa edad cuando Hybrid Play entra en acción, «conectando esos dos mundos tan importantes para los niños, convirtiendo esos mecanismos de juego en algo de nuevo y atractivo para los niños de entre 7 y 12 años, fomentando el juego en grupo físico, la comunicación verbal pero también corporal».

Game jam

Una de las características más interesantes del proyecto Hybrid Play es cómo quiere integrar la creación de juegos; no solo ofrecer una serie de experiencias cerradas, sino también animar a los niños a crear las suyas propias: usando herramientas adaptadas, ser una forma de introducción al mundo del desarrollo.

Los parques de Hybrid Play quieren romper las barreras entre lo digital y lo físico«En ese sentido Hybrid Play trata de sumarse a algo que consideramos fundamental para la sociedad en la que vivimos: la apropiación de las herramientas y la participación activa en la creación de los contenidos», me cuenta Boj. «En las numerosas veces que hemos probado el proyecto jugando con niños en los parques hemos vivido muchas experiencias interesantes, pero en algún momento siempre se daba la misma situación: los niños nos ofrecían de manera espontánea ideas para videojuegos a los que les gustaría jugar en el parque. Ideas que surgían por asociación con los movimientos corporales que hacían en los columpios o en los toboganes e historias que se inventaban que mezclaban lo físico y lo virtual. Tomamos nota de todas esas ideas y sugerencias esperando poder desarrollarlas pero en un momento dado pensamos: ¿Y si son los propios niños quienes plasman sus ideas y crean sus propios videojuegos para jugar en el parque?»

«Conocíamos varias herramientas open source enfocadas a la programación visual para niños y decidimos crear la conexión con Hybrid Play. Es así como surgió la conexión con Gamesonomy, que ya es completamente funcional y que esperamos ampliar muy pronto a otras plataformas como Scratch Jr o PocketCode».

El avance tecnológico ha tenido un papel crucial no solo en la implantación de estas herramientas de creación, sino también en el desarrollo del propio proyecto Hybrid Play. «Ha sido la penetración masiva de los smartphones y su nivel de madurez tecnológica por lo que nos hemos decidido a seguir desarrollandolo y proponer la versión actual», reconoce Boj. De los terminales Nokia N810 que se mencionan en el artículo original de 2008 a los teléfonos y tablets actuales hay un trecho, desde luego.

«Cuando comenzamos utilizábamos unas tablets que ni siquiera eran teléfono, y todo el sistema era más complejo a nivel técnico. En cada sesión de juego era indispensable nuestra presencia instalando los sensores y asegurándonos de que todo funcionaba correctamente, y el sistema no era desde luego autónomo», rememora. «Durante un tiempo seguimos explorando e investigando en el proyecto y en todos estos años no hemos dejado de hacer sesiones de juego con niños, pero ha sido ahora cuando, aprovechando que casi todo el mundo lleva un smartphone en el bolsillo, hemos pensado que el proyecto puede ser realmente valioso y potenciar el juego interactivo al aire libre. Esto nos ha llevado a diseñar de nuevo las dinámicas de funcionamiento del sistema, los sistemas de conexión entre el sensor y el teléfono, etc., y en estos momentos Hybrid Play es un dispositivo robusto, estable y muy, muy intuitivo que cualquier niño puede conectar fácilmente con el teléfono móvil de su padre (o el suyo propio), instalarlo en cualquier elemento del parque y ponerse a jugar en cuestión de pocos segundos».

El urbanismo interactivo

Más allá de la manera en que Hybrid Play conecta tipos de juego, el digital con el físico, para promover la actividad física y la interacción entre niños, el proyecto nos habla de un tipo de ciudad que cada vez vamos a ver más: la que se aprovecha de la tecnología en su urbanismo. Es un asunto que tenemos reciente, es curioso, por un videojuego que no terminaba de tratar el tema, aun desde la ciencia ficción, de una forma poco satisfactoria (hablo de Watch Dogs, con su CtOS, un sistema operativo central que controla la ciudad de Chicago), pero que llevamos viendo un tiempo: pienso en ese Streetpong de Berlín que metía un Pong en los semáforos para promover su uso cívico y la interacción entre desconocidos, una especie de humanización de la ciudad a través de lo digital.

Los parques de Hybrid Play quieren romper las barreras entre lo digital y lo físico

Clara Boj y Diego Díaz también se han movido en esa dirección («por ejemplo utilizando el GPS del teléfono móvil para proponer recorridos por la ciudad descubriendo sonidos e historias», me cuenta Boj), y me hablan de otros proyectos como Lummo Blocks (arriba a la izquierda), un Tetris «diseñado para crear interacción social entre las personas y el espacio público que requiere la fachada para visualizar el juego» que se pudo ver hace un años en Medialab Prado, o Puzzle Facade, de Javier Lloret (arriba a la derecha), «en el que mediante un cubo de Rubik se transforma una fachada».

Es un mundo amplísimo en el que basta bucear un poco para encontrar un buen montón de proyectos interesantes, y que por encima de todo nos recuerda una cosa: que si palabras como «diversidad», «inclusión» o «comunicación» siguen saliendo en todos los proyectos que utilizan el videojuego de formas poco tradicionales para unas cosas y otras es porque su poder como herramienta integradora, como tipo de lenguaje universal, es algo que no debemos perder nunca de vista.

  1. SuGonsis

    El concepto mola, es interesante y da para debate, pero, ¿soy el único que se imagina esto DE VERDAD en un parque y piensa que acabaría siendo una gilipollez?

  2. Nirvana123

    No, por favor.
    Quizá tenga la mentalidad de un abuelo en este sentido, pero los videojuegos cuanto más lejos del espacio de ocio tradicional, mejor. Entre la televisión, el móvil del padre/tio/primo y los juguetes de hoy día los chavales ya pasan bastante tiempo delante de una pantalla. Si van al parque que sea a desconectar y jugar como toda la vida con los otros mocetes.

  3. gonzalo_ht

    @nirvana123 en el video se ve a muchos niños jugando con este sistema.

    Al final la tecnología se impone como algo casi imprescindible y creo que no es mala idea intentar unificar, que el niño no deba elegir entre «juego con el móvil o el columpio» si no poder unir ambas actividades.
    Se pierde encanto no digo que no, pero creo que es una propuesta interesante.

    Eso si, su uso real… lo veo un poco engorroso, no tengo niños para probarlo pero así en frío da la sensación de la típica curiosidad que pruebas un día por hacer la coña y luego ves poco útil, aquello de estar diciéndole al niño que se columpie más o menos alto, sin él poder ver la pantalla o que sucede, pues no sé que tan divertido será para el chaval.

    Pero vaya en cualquier caso es una idea interesante.

  4. Hobbes

    Hace años ya había niños con la gameboy en el parque, y no pasaba absolutamente nada, porque después se tiraban por el tobogán y se lo pasaban igualmente bien. Eso siempre va a ser así, y quizás no hace falta meter apps y teléfonos en una cosa tan sencilla y divertida como es un parque infantil.

    Ese alarmismo por las nuevas generaciones y los móviles es de un sensacionalismo terrible.

  5. V0id

    Me gustan mucho las pinzas sensor esas, pero la verdad, me parece una tontería. Los niños deberían dejar el móvil cuando entren a un parque. Ya es bastante jodido para ellos tener móvil a esa edad.

  6. jesusico

    Yo solo he visto el video, y a mi también me parece una gran gilipollez.

  7. Sams

    Pues a mi me parece un idea cojonuda. Desde el diseño hasta la propuesta.
    La verdad es que no me cuesta imaginarme a varios de los niños de mi alrededor pasándoselo en grande con este invento. Yo, desde luego, prefiero ésto a que estén alienados con el Candy Crush (o similar) del móvil de sus progenitores.

    Joder. Imaginaos dos equipos de chavales cada uno en un caballito balancín de estos, picándose por ver quién alcanza mayor puntuación. O 4 chavales, dos en los columpios y dos controlando el dispositivo digital. Joder, me encanta.

  8. WH4RXOR3

    @nirvana123 dijo:
    No, por favor.
    Quizá tenga la mentalidad de un abuelo en este sentido, pero los videojuegos cuanto más lejos del espacio de ocio tradicional, mejor. Entre la televisión, el móvil del padre/tio/primo y los juguetes de hoy día los chavales ya pasan bastante tiempo delante de una pantalla. Si van al parque que sea a desconectar y jugar como toda la vida con los otros mocetes.

    Estoy totalmente de acuerdo, cada vez son mas feroces estás políticas y con tal de envolsarse mas dinero se las sudan los menores, por muy bonito que lo pinten no cuela.

  9. ikky

    @philip_s_owen dijo:
    Me ha parecido una gran idea hasta que he visto el video. Si usasen los moviles, apps y pinzas para, yo que se, hacer un King of the hill, con objetivos, y cosas asi, usando los moviles como walkies, teniendo un medidor de vida, mapa, objetivos, etc, pues crema.

    Pero ponerlo en un tobogan para jugar a al comecocos en plan mal, no lo veo.

    this!
    La idea no es buena desde el momento en el que lo unico que intenta realmente es convertir los columpios en gamepads torpes.

    La solucion, desde mi punto de vista, mas atractiva, como dice el compañero de mas arriba pasa mas por convertir el parque en una gymkana gigante (y se me ocurre que incluso se podrian subir las puntuaciones de los niños para que intentasen batir sus propios records) o hacer una app que permita a los padres crear sus propios juegos adaptados al parque de columpios

  10. jorguecandy

    @ikky jeje, igual piensas que la idea se te ha ocurrido a ti pero lo dice el artículo. El hybrid play esta conectado a una herramienta de programación para que los padres y los niños hagan sus propios juegos adaptados al parque

    A mi la idea me gusta, lo que pasa es que como cualquier consola tiene buenos juegos o menos buenos. los que dicen por ahi que no mola porque se pierde lo divertido del parque es que hace tiempo que no han estado en uno porque estan !delante del ordenador! 🙂

  11. natxopistatxo

    Coincido con lo de que la sociedad se ha vuelto superprotectora con los niños llegando al punto de que los parques ya no son nada atractivos desde que uno comienza a ir a la escuela.
    Yo tal vez me di cuenta más tarde porque siempre he sido un enamorado de los columpios pero cuando tenía diez años noté que en muchos sitios retiraron los columpios para niños y los pusieron para bebes. Ya no podías columpiarte tu solo y de la altura mejor ni hablamos. Cada vez me fue más difícil encontrar parques que me gustaran.

    No sé si Hybrid Play realmente será la solución para que muchos jóvenes retornen a los parques a divertirse, pero sí sé que a muchos niños nos echaron de nuestros parques en su momento, para que fueran más seguros.