Aunque muchos están (no me incluyo porque todavía no le he podido echar el guante) emocionadísimos por la llegada de Lobo a Injustice, quizá no todos sepan quién es Lobo, y por qué
Está en italiano, pero el de los monos es un idioma universal, muy parecido al del amor.
Sigue en directo la FIFA Interactive World Cup.
El último Wolfenstein salió hace cuatro años y parecía tan alejado de sus orígenes como del nivel que se le debería exigir a una franquicia milenaria como esta, corresponsable fundacional del género FPS. Ahora Bethesda quizá intente devolverle el prestigio con el juego que acaba de anunciar, Wolfenstein: The New Order.
Creo que Among the Sleep es el proyecto indie que más me pone este año, un survival horror en primera persona en el que tomamos el papel de un bebé de dos añitos en una casa solitaria.
Las cosas han ido tan bien tras Saints Row: The Third que ahora somos el puto presidente de los Estados Unidos de América investido de un poder inmenso, que diría Daniel Day-Lewis, pero esta vez inmenso de verdad. Tanto como para volar y derrotar a una invasión alienígena, los Zin, con los puños desnudos y el empeine apuntando a los santísimos cojones de quien se cruce. Efectivamente, Saints Row IV está mucho más loco todavía.
No es un crossover locuelo, solo un corto de animación más bien poco ambicioso que mezcla materiales de Metal Slug y, creo, Super Mario World.
Esos alemanes enfermos de la aventura gráfica que se hacen llamar Daedalic acaban de mostrar su última creación, tras cosas muy decentes como Deponia, The Dark Eye: Chains of Satinav o The Wispered World. Se titula The Night of the Rabbit y nos coloca en el pellejo de Jerry Hazelnut, un chavalín aspirante a mago. Un poco cliché, pero mola.
Si juntas la efervescencia creativa de las game jam que tan de moda se han puesto y los recursos sin explotar que te ofrece Oculus Rift, pueden salir cosas como esta: un simulador de guillotina que tres amigos desarrollaron en dos días durante la Exile Game Jam. El «juego», por llamarlo de alguna manera, se llama Disunion y no dudéis de que si Oculus Rift sale adelante y se estandariza un poco, algún título AAA le copiará la mandanga.
En Precursor Games se han montado algo parecido a Kickstarter para que los fans puedan costear el desarrollo de Shadow of the Eternals, el sucesor espiritual de Eternal Darknes.