Sangre y arena
Oculus Maximus puede ser solo el principio
Desarrollado en las tres semanas de plazo de la VR Jam 2013 (una de esas sesiones cortas de proyectos improvisados) y por eso se le notan todo tipo de desajustes como una especie de bloqueo en los enemigos, su indiferencia al sufrir amputaciones y mil fallos más, pero cuidado porque Oculus Maximus es una buena muestra tempranera de lo que nos puede aportar Oculus Rift, el primer dispositivo de realidad virtual que va camino de convertirse en un estándar. Personalmente me vuelve loco la ambientación y la aparente fluidez y precisión a la que responden los mandos, que además interactúan entre sí para espléndidamente bien para meter ruidaco. La idea es clara: con Oculus Rift y un Razer Hydra se pueden hacer maravillas.