Ubisoft <em>la lía</em> promocionando Splinter Cell: Conviction

Viaducto de Basin, Nueva Zelanda. Es viernes por la noche en esta zona de ocio nocturno y las multitudes saturan las calles en busca de diversión y drogas, valga la redundancia. En mitad de la marabunta de jóvenes atareados con destrozar su hígado en el menor tiempo posible, se yergue una sombra sospechosa. Un hombre que luce un vendaje en su mano izquierda desenfunda una pistola y apunta con ella a los transeúntes que le rodean. La gente corre despavorida buscando un lugar donde protegerse, cunde el pánico, los gritos se elevan sobre la noche neozelandesa. Se masca la tragedia. La policía, alertada por el estallido de terror que acaba de tener lugar, se dirige rauda hacia la localización del hombre armado. Ante la amenazas de los cuerpos de seguridad que le rodean, aterrado y casi al borde del llanto, el presunto homicida en potencia tira al suelo su pistola de plástico y grita desaforado: «¡Ha sido Ubisoft! ¡Es un acto promocional! ¡Soy un especialista disfrazado de Sam Fisher! ¡No me peguen, que estoy embarazada!» Ahora, tres días después del bochornoso escándalo, la patata caliente sigue circulando. Ubisoft afirma que este tipo de eventos publicitarios los lleva una empresa subcontratada de nombre Monaco Corporation. Y Monaco Corporation dice que eso es cierto pero que en esta ocasión, qué casualidad, la magnífica idea de poner a un hombre armado en un lugar público sin previo aviso salió de las lúcidas mentes de otra compañía que ellos, a su vez, contrataron para publicitar Splinter Cell: Conviction. La palabra facepalm se queda corta.