Los recortes de Rajoy, simulados en SimCity 3000

Un fabuloso ejercicios de newsgaming el que me encuentro en Yorokobu, y además aprovechando un clásico inmortal como SimCity 3000. Con él, Javier Meléndez ha tratado de simular más o menos las estrategias económicas que ha seguido el gobierno durante los últimos años, llegando a una situación parecida y aplicando después los recortes del actual ejecutivo. El resultado, como vais a ver a continuación, da miedito. El amigo Meléndez, que tiene entre manos una ciudad compensada en la que el margen entre gastos e ingresos permite un crecimiento razonable, decide invertir en infraestructuras que no son necesarias. Carreteras nuevas sin importar la demanda, edificios públicos y aeropuertos que no se llegarán a utilizar. La cosa empieza a ponerse fea, así que sube los impuestos progresivamente para cubrir sus deudas, hasta que alcanza el 21% de los ingresos de sus ciudadanos y empresas privadas. Luego vienen recortes a la Sanidad y la Educación, y la bajada de sueldo a los funcionarios. Las consecuencias no se hacen esperar: las empresas empiezan a quebrar, los servicios públicos se echan a perder y más del 50% de la población está en paro. La población empieza a emigrar y el consejero de economía sugiere bajar los impuestos para evitar la fuga demográfica. Pero Meléndez se ha comprometido con la realidad y actúa en consecuencia: solicita un rescate. Los intereses de éste se vuelven una soga que aprieta el cuello de la economía de la ciudad, y se pide otro rescate para pagar el anterior (¿os suena, amigos griegos?). Los impuestos siguen altísimos, la administración no reacciona y la pelota de mierda cada vez se hace más grande. Entonces llegan las manifestaciones, los disturbios y la violencia, incontenible por parte unos servicios públicos (policía y bomberos) que está sufriendo el mismo abuso. En ese momento es cuando sus asesores echan a Meléndez a la puta calle. ¿La solución para retomar el buen rumbo? Estaba claro: mantener bajos los impuestos, seguir apoyando los servicios públicos y aplicando la prudencia y el sentido común a la política de inversiones. En el juego, claro. Es evidente que la economía de un país tiene mucha más profundidad en todas direcciones que la que pueda representar SimCity, pero como crítica a la política de recortes es un magistral ejercicio con el que algunos verán que quizá en España se están haciendo las cosas mal desde niveles ridículamente básicos.