«SOBREVIVIR EN 2024 ES CRUCIAL PARA LOS ESTUDIOS INDEPENDIENTES»

¿Qué ambiente se respiró en la Game Developers Conference de este año? Hablamos con desarrolladores para que nos cuenten, desde el terreno, sus impresiones del evento y la situación de la industria del videojuego.

Durante la semana pasada, entre todos los eventos que marcan nuestro calendario cada año, tuvo lugar la Game Developers Conference en la ciudad de San Francisco. Este momento de reunión, que se celebró entre el 18 y el 22 de marzo, junta a gran parte de los desarrolladores que forman una industria del videojuego que está pasando por un mal momento; no es agradable que los despidos se hagan con el cauce de la actualidad, pero ya llevamos mucho tiempo comentándolo: después de las 10.500 personas que perdieron su empleo en 2023, ya se han producido al menos 8.000 despidos en lo que llevamos de 2024.

Este es el contexto de la GDC, que de forma inevitable condiciona los objetivos de los desarrolladores (desde conocer en persona a sus compañeros de profesión hasta dar entrevistas, promocionar sus proyectos o hablar con editoras para publicar sus juegos) por culpa de una atmósfera que, según nos cuentan algunos de sus asistentes, no ha sido la misma para todo el mundo. Ramón Nafria, veterano del desarrollo español, viajaba a San Francisco en busca de una editora para el nuevo juego de Chibig, y se encontró con un ambiente «raro», aunque le recuerda a otras etapas que ya se han vivido en la industria. «Cada año hay algún detalle curioso, pero se ve tanto en editores como en empresas actitudes poco habituales: desde a la empresa editora a la que le va bien, que van como sobrados y esperando que vayan a buscarles, hasta los que no les va tan bien y se toman las cosas con cierta pasividad, pasando por desarrolladores que les han cancelado o cambiado de planes en el último momento», explica Nafria. «No es un cambio de 180º, pero sí se ve algo distinto que la última vez que fui (2022), que a la vez fue distinto que la penúltima (2019)».

Vincent Ramírez, director creativo de Cataclismo en Digital Sun, no percibía diferencias evidentes con respecto a otros años cuando fue a mostrar el próximo título del estudio valenciano, aunque es distinto cuando recuerda situaciones de más intimidad. «Sí que hay comentarios en privado, o se te acerca gente buscando empleo y te comentan de rebote que estaban en Naughty Dog y ahora buscan curro», cuenta el desarrollador. «O hablas con indies y comentan que les está costando más encontrar publisher. Pero repito, no hay una sensación pesimista generalizada en absoluto. La gente tiene muchas ganas de seguir haciendo cosas, sigue habiendo trabajo y oportunidades, y la calidad de los juegos seguirá siendo la que todos queremos».

El prisma que vio el desarrollador colombiano Giovanni Beltrán, que está trabajando en Vultures, es más pesimista con lo visto en la GDC, donde percibió una latente «frustración» entre los profesionales del videojuego. «De hecho», recuerda Beltrán, «muchos desarrolladores se reunieron en los Yerba Buena Gardens [justo al lado del Moscone Center, donde se celebraba el evento], donde hablaron sobre la situación y organizaron una voz de protesta en señal de frustración por todo lo que está pasando actualmente en la industria».

De hecho, David Lorenzo, CEO del equipo vallisoletano Pentakill Studios, señala que, por el lado de los desarrolladores, continúan con la misma ilusión por crear proyectos con ideas frescas, pero no ocurre lo mismo en el lado de las editoras. «Por parte de publishers, aunque hay de todo, vemos algunos que están en una posición algo más «conservadora» en cuanto a inversión en nuevos proyectos, y algunos que son «financieramente más estables» siguen buscando nuevos títulos para publicar». Esta perspectiva coincide con la de Beltrán, que nos cuenta que «no todos los publishers tienen mucho dinero, así que están escogiendo muy bien» con qué proyectos van a trabajar. «Para nuestro caso en particular, que somos desarrolladores independientes y con proyectos no tan grandes, existe este miedo a que no haya dinero suficiente para poder financiar estos proyectos. También hay gente que está preocupada porque sus empleos sigan estables, sobre todo las personas que trabajan en empresas más grandes».

En cuanto esos los desarrolladores que han trabajado en estudios de mayor tamaño, Lorenzo percibe que «hay un gran número de profesionales veteranos buscando trabajo tanto en estudios grandes como pequeños», y, según Beltrán, «intentan juntarse entre ellos y usan esa experiencia a su favor».

Todos los desarrolladores con los que hemos podido hablar tratan de buscarle un sentido a la crisis que está protagonizando la industria, desde la enorme inversión que requieren los estándares de calidad actuales, la burbuja que se creó durante la pandemia y el riesgo que ahora existe para los inversores. «Ahora hemos vuelto a la normalidad, la burbuja se deshincha, y algunos inversores interpretan esto como un riesgo, lo que ha hecho que se pierdan puestos de trabajo», explica Vicent Ramírez. Los grandes despidos en Twitter, Google o Facebook durante los últimos años, según Beltrán, «responden a un momento del capital de inversión en el que las empresas estaban más dispuestas a arriesgar y gastar dinero, así que vieron la necesidad de ver un retorno de inversión. Creo que mucho de este dinero se fue a las empresas de videojuegos para tratar de rentabilizar esto y no perder ese dinero, pero fue una situación muy temporal».

«Ahora hemos vuelto a la normalidad, la burbuja se deshincha, y algunos inversores interpretan esto como un riesgo, lo que ha hecho que se pierdan puestos de trabajo»

Sin embargo, parece claro que, al menos por el lado de los desarrolladores, sigue habiendo quienes se mantienen optimistas y quieren entender el estado actual de los videojuegos como algo más cíclico. «Hay un dato que me parece relevante siendo desarrollador español, y es que para crisis la que hubo en España a principios de los 90, donde se fue el 99% de la industria a hacer gárgaras», rememora Ramón Nafria. «Así que, conociendo esto, esta crisis es algo más sistémico o de adaptación a circunstancias que otra cosa… hasta que se demuestre lo contrario». Desde Digital Sun, como estudio independiente (que, de hecho, autopublicará Cataclismo), están convencidos de que «los juegos que hacen las cosas bien, irán bien», aunque «la manera de publicarlos, o los ciclos de vida se alarguen».

No todos los desarrolladores comparten una perspectiva tan positiva, porque, según las impresiones que han podido compartir otros profesionales de la industria con David Lorenzo, se esperan unos meses duros para los equipos más pequeños antes de la subida que llegará en la segunda mitad del año. «El primer semestre de 2024 será duro (más o menos hasta Gamescom) y, después, comenzará a crecer otra vez. Sobrevivir en 2024 es crucial para los estudios independientes».

Fotos: GDC

  1. Juan Salas

    Un trabajo genial, muy interesante poder conocer la perspectiva de estos desarrolladores.

  2. elPollitoQuelaLio

    Genial artículo, gracias Óscar