Dracula Cha Cha, el juego favorito de los esquizoparanoides

Siempre es un buen momento para fusilar cualquier cosa que hagan los maestros de Rock Paper Shotgun, y hoy no he podido resistirme a la tentación. Parece ser que el juego ya es relativamente antiguo, pero estoy seguro de que muchos de vosotros ni habíais oído hablar de Dracula Cha Cha, un indescriptible plataformas de un sólo botón como Canabalt pero con un hiperdesarrollado sentido de lo absurdo y lo kitsch. Drácula, karate, golosinas, el twist, el Grinch o un reno antropomórfico son conceptos sin relación aparente que convergen en esta jodida locura multicolor a la que acompaña una banda sonora majestuosa. Mirad, mirad. Al parecer su secuela Dracula Cha Cha: Venice, ambientada en una Venecia plagada de cinquecentos, alces en Vespa y ballenas pegando saltos al son de Marina de Rocco Granata, sigue aún en desarrollo, pero el vídeo de ella que os dejo tras el salto no deja lugar a dudas sobre la fidelidad al original. Santo Dios, qué locurón.
Redactor
  1. rojovelasco

    Ahora que lo veo, un juego que Konami saco hara unos meses para iPhone parece una fusilada de este. Igual de absurdo, por cierto, pero mas japones.

    http://es.games.konami-europe.com/game.do?idGame=222

  2. Nacho_Reset

    Como embajador en la tierra de cosas absurdas, declaro este juego GOTY.

    ¿En que otro juego puedes ver a Drácula yendo en moto con un reno…y conduciendo el propio reno?

    ¿Seré esquizoparaoide?

  3. Harle

    Pero tío, ¿qué es esto? XDDDDDDDDDDDDD

  4. Fixxxer

    Jodidamente ósom.

  5. zellorz

    «Dracula molto bene karate baby»

    GOTY.

  6. JuslibolLord

    no estoy seguro de que pueda conducir después de ver estos vídeos, tienen que dar positivo de estupefacientes fijo

  7. sweet666

    es la primera vez que me siento drogado con solo ver un video creo que lo voy a ver otra vez.

  8. segalol

    Me recuerda a los videojuegos de la hora chanante:

    http://www.youtube.com/watch?v=k6k5-nsOkvw

  9. Opa-Opa

    Es una copia, aunque molona, de Tomena Sanner