El 7 de octubre abre en Los Angeles el Blizzard Arena, un estadio en el que se celebrarán competiciones profesionales de Overwatch o Hearthstone, «entre otros».
La compañía lo describe como «una moderna sede de eventos en vivo, pensada para jugadores profesionales, aficionados a los esports y amantes de la competición en general». Está en los antiguos Burbank Studios, donde en su día se grababan programas y series de televisión como Days of Our Lives, la serie en la que trabajaba Joey en Friends. El espacio se ha reformado para convertirse en la «fastuosa sede» de las competiciones de eSports de la compañía; «los mejores profesionales de los eSports de Blizzard serán las nuevas y flamantes estrellas en uno de los escenarios más célebres de la historia de la televisión», dice la nota de prensa.
En el Blizzard Arena hay platós, salas de control e instalaciones de práctica suficientes para «albergar un programa completo de eventos competitivos durante todo el año». Empieza con las eliminatorias de la temporada 1 de Overwatch Contenders, el fin de semana del 7 y 8 de octubre, y a partir del 13 estará el campeonato de verano del Championship Tour de Hearthstone, con 250.000 en juego. Heroes of the Storm y World of Warcraft también tendrán presencia en el primer mes del estadio.
También habrá, dicen en la nota de prensa, una tienda, por supuesto; allí se venderán «artículos que cambiarán en función de las competiciones que se celebren en cada momento».
«Nos encontramos en un momento clave para los eSports y tenemos muchas ganas de participar en el nacimiento de una nueva era de ocio basado en la competición», dice Mike Morhaime, director ejecutivo y cofundador de Blizzard Entertainment, según se cita en la nota de prensa. «Ahora que abrimos las puertas del Blizzard Arena Los Angeles para recibir a aficionados de todo el mundo, es un honor para nosotros llevar lo mejor de los eSports de Blizzard al mismo escenario que en el pasado acogió a algunas de las mayores celebridades del mundo del ocio».
Es un paso importante y una muestra de que los eSports mueven a suficiente gente como para que salga rentable montar un estadio: puede ser o no un deporte (no lo tengo claro y tampoco me quita el sueño), pero hay una serie de ceremonias y costumbres compartidas que cada vez desdibujan más esa línea. Si tiene cuatro patas y pelo y hocico y rabo y ladra, igual es un perro.
Esta semana, el Valencia FC ha presentado también a su equipo de Clash Royale, formado por seis «solventes y laureados» jugadores y con el objetivo de «explorar nuevos caminos en los eSports». En palabras de Sergio Benet, director del VFC eSports, es «una oportunidad perfecta para continuar expandiendo nuestro proyecto», que presentaron el año pasado. «Este año nos hemos propuesto crecer en todos los ámbitos deportivos en los que nos sea posible y tenemos capacidad y medios para hacer un equipo muy competitivo con el que participar en cualquier liga o campeonato con las máximas garantías».
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El futuro me atropella y siento que no entiendo nada de esto. También soy consciente que yo no soy su público objetivo, pero no deja de sorprenderme lo rápido (casi instantáneamente, diría) que me he quedado fuera de algo tan novedoso. Supongo que esta noticia es positiva para normalizar el videojuego como un aspecto más de ocio y, para lograr eso, qué mejor estrategia que adoptar la forma y espectáculo de un deporte de masas como lo pueda ser el fútbol.
Ojalá en el acto de inauguración haya una actuación de Los Panchos
Este tipo de estudio-estadio (gran programa de tv) se lleva montando desde hace años, especialmente durante el boom que se dio con el League of Legends.
Si algo me fastidia de los esports es esa fijación con los deportes multitudinarios. En vez de aprovechar la novedad y dar con nuevas maneras para acercarlos a un público más videojueguil, más acostumbrados al petit comité que a las gradas llenas de gañanes gritones, apuestan por un modelo de las grandes figuras, público demasiado entregado y comentaristas muy puestos de coca, consiguiendo que todo este circo me produzca la misma repulsa que el fútbol, por mucho videojuego que haya detrás.
@majinantonio Te repugna a ti. A mi casi que también. Pero como dice @joker73r, ni él, ni tu, ni yo somos su público objetivo. Se han fijado en los modelos que les dan éxito y dinero, y les va de puta madre, solo hay que fijarse en las cifras.
@kalo
Totalmente de acuerdo. Y que les vaya bien y bonito. Pero que por culpa de estas mierdas el SFV es lo que es, debería quedarnos a todos muy claro
Pues a mi me parece bien, dejar a los chavales que camelen.
@majinantonio Obviamente. Y no solo SF, si no que muchos desarrollo ya se plantean pensando como puntodo de partida en lo que pueden dar de sí en este panorama competitivo, lo accesibles o visualmente atractivos que pueden ser para el que está en su casa viendo una partida en twitch. Porque ahora mismo es lo que lo peta, sobre todo, en la generación que viene y las siguientes. Youtubers, equpos profesionales (ya vemos a los equipos de toda la vida formando equipos de e-sports), libros de youtubers.
Es inevitable (y normal en cierta medida) que la industria del videojuego siga ese camino, pues al final su objetivo no es otro que vender, sea como sea y utilizando lo «trend», a cuanta más gente mejor. Así que es lo que toca.
Siempre quedará lo indie, donde hay más estudios (no digo que entre las grandes no los haya) que se interesan más por innovar, contar algo o experimentar.
Ya me diras que tiene el DII de esport, antes que me hagan el WC IV
Yo, cuando leo el 90% de las cosas que aparecen sobre e-sports.
Pensaba que los eSports se llenaban y era imposible conseguir entrada y tenían millones de vistas en twitch/youtube… hasta que vi el último EVO y en primera fila habían asientos desocupados en la super final de los útlimos 2 juegos. Muchos asientos desocupados entremedio, muchos vacíos… realmente me generó la duda de cuanta gente pesca esto….
Make it rain
Pues sí amigos. La dirección que los videojuegos parecen estar tomando es el de «espectáculo de masas» estilo fútbol. Recuerdo que a principios de los 90, las consolas y los videojuegos eran «juguetes caros», yo estaba entusiasmado y de vez en cuando trataba de hablar con mis compañeros de colegio sobre mis horas de ocio y diversión sentado delante del monitor, a lo que me respondían mirandome de forma rara. Como a cambiado todo para que las nuevas generaciones estén preparadas para «adorar» a esos progamers cuya forma de vida consiste en «entrenar» 12 horas diarias delante de un ordenador.
O no, o quizá sea una burbuja apunto de estallar.
La vida moderna es ver la final del LOL en el Bernabéu