Análisis de Knights Contract

analisis de knights contract Knights Contract es un juego raro: empiezas con dudas, poco a poco te va pareciendo bastante bueno y acabas odiándolo, o más bien la forma en que Game Republic (que, sorprendentemente, también son los creadores del encantador Majin and the Forsaken Kingdom que tanto gustó a Pep) consigue torcer las cosas de tal forma que otra reacción no sea posible. Lo que podría haber sido un buen hack and slash acaba peor de lo que nos hubiera gustado por culpa de errores de principiante que de ningún modo nos habríamos esperado de una desarrolladora como esta. La historia se centra en la pareja formada por Heinrich y Gretchen, verdugo él y bruja ella, que se encuentran y ven obligados a colaborar el uno con el otro mientras Heinrich, vagando por el mundo infinitamente por culpa del embrujo de inmortalidad que Gretchen, cien años antes, le lanzó por haberla ejecutado, busca poner remedio a su maldición y poder marcarse un requiescat in pace en toda regla. Gretchen promete librarle de la maldición si él se compromete a ayudarla en su misión: eliminar a todas las brujas que, puteadas por todos los años de maltrato injusto por parte de los humanos que han sufrido, ahora se han pasado al bando de los malos para putear ellas al mundo entero. Una historia estrambótica y llena de extravagancias europeas de siglos atrás (y que afectan también al diseño de arte, por extensión) que los japoneses han ensamblado como bien han podido; no está mal, en cualquier caso, y a partir de cierto momento es seguir su desarrollo lo único que nos anima a continuar jugando. analisis de knights contract Knights Contract se juega como un hack and slash moderno relativamente normal (manejamos a Heinrich y tenemos que ir soltando hostias a todo lo que nos venga, ayudándonos de combos y habilidades mágicas, que iremos consiguiendo y mejorando a medida que avanza el juego) con el añadido de tener que escoltar y colaborar con Gretchen, la bruja que nos acompaña y que se encarga de ejecutar las magias. Esto conlleva varias cosas interesantes, como el hecho de que si llevamos a Gretchen en brazos su vida se regenera o que si la están jodiendo por todos lados no podrá hacer su magia y tendremos que ayudarla lo más rápido posible. Como Heinrich es inmortal, la muerte de Gretchen es lo único que puede terminar la partida, y las tundas lo más que nos pueden hacer es partirnos en pedacitos y dejarnos tirados, momento en el cual tendremos que pulsar rápidamente un botón para recomponernos y seguir combatiendo; esto es interesante en algunos momentos, pero en el nivel Difícil la mayoría de las veces acabar con Heinrich hecho pedazos significa game over, porque los enemigos no pierden el tiempo e irán a por la bruja muy rápido: esto puede ser un poco frustrante. Como decía al principio, a medida que vamos jugando aprendemos a apreciar más y más su mecanismo de combate: los combos de golpes de Heinrich con magias de Gretchen llegan a ser muy agradecidos, y a la que conseguimos ejecutarlos calculando bien los timings para hacer puntuaciones cada vez más altas la cosa coge un flow bastante divertido de jugar. El problema llega cuando estamos en el segundo nivel y ya hemos hecho el combo con la puntuación más alta: logro al canto, muy bien, pero a uno se le queda esa sensación fea de que ya ha alcanzado el tope y no va a poder ir más allá. La sensación de repetición no tarda en adueñarse del juego. analisis de knights contract El diseño de niveles es el segundo escollo con el que nos encontramos. Quitando el tufillo a Bayonetta que despide casi todo (esa ciudad en llamas…), el ratio exploración-recompensa está tan desnivelado que a menudo intentar explorar no nos servirá más que para perdernos y liarla parda; más todavía, en algunas ocasiones escoger el camino equivocado en un cruce nos llevará a dar vueltas como locos y, por tanto, a la frustración. Hay demasiados pasillos que no llevan a ningún sitio, demasiadas salas sin nada que las distinga de las otras cien que son iguales; el diseño de los niveles no sólo no invita a la exploración sino que parece castigarla con la repetición innecesaria de tramos demasiado largos. Esto tiene relación con cierto problema de ritmo que el juego arrastra tanto a nivel técnico como a nivel de diseño. A nivel técnico, los tiempos de carga son demasiados y demasiado largos: resulta muy duro caminar a una sala, matar a tres enemigos y tener que soportar un tiempo de carga de 30 segundos para ver una cinemática que no nos dice demasiado (y volver a sufrir otro loading de 20 o 30 segundos para seguir jugando). El ritmo del juego sufre muchísimo con esto, y aunque el volumen de cinemáticas desciende ligeramente en el tramo central del juego, sigue habiendo demasiadas y casi ninguna tiene el peso suficiente como para estar justificada. Si añadimos a esto la lentitud de la navegación por menús, el problema de diseño de niveles y la descompensación entre zonas con muchos enemigos y otras en las que no ocurre absolutamente nada, el problema de ritmo sale y nos muerde el culo sin pudor alguno. analisis de knights contract Esto parece redimirse un poco cuando combatimos con los jefes finales: espectaculares, muy grandes y con mecánicas divertidas y no demasiado rebuscadas, al final acaban resultando igualmente repetitivos por requerirnos siempre superar unos quick time events un poco pobres y mal diseñados. En Difícil (que es el nivel en el que juegan los machos), el tiempo que te dan para identificar el botón que hay que pulsar y pulsarlo es tan breve que al final la única forma de terminar es ir probando, fallando y aprendiendo de memoria las combinaciones de botones para hacerlas lo más rápido posible. En cualquier caso, Knights Contract es un hack and slash demasiado normal como para recomendarlo a cualquiera, pero que quizá sirva a los más fanáticos del género para ir quitando el mono mientras van saliendo otros juegos más importantes. Lo más sorprendente son todos los errores de principiante que una empresa como Game Republic ha cometido, teniendo como tienen un historial ni por asomo tan pobre como para hacernos esperar esto. El pobre diseño y los problemas de ritmo y repetitividad lo alejan de los grandes de su familia; ni el más o menos entretenido sistema de combate salva a Knights Contract de ser considerado un juego menor. [4]
  1. PUNKOMAN

    Después de escuchar tus impresiones me esperaba 1 puntito más de lo que le había dado el resto de gente, no 1 menos. En fin, me puedo olvidar totalmente de su existencia entonces, y más con lo que viene.

  2. mimamamemimamucho

    Con lo que viene, mejor ni mirarlo.

    Frustrante para mí como aficionado al género. Se pueden contar con los dedos de una mano los títulos por los que vale la pena pagar.

  3. Sonikku

    Frustrante para mí como aficionado al género. Se pueden contar con los dedos de una mano los títulos por los que vale la pena pagar.

    Same. No esperaba gran cosa de este juego, pero me gustaban algo esos monstruos.
    Una pena.

    Gracias por el análisis, chicoN.