Monográfico: Daniel Mullins

Una de las grandes sorpresas de 2021 fue sin duda Inscryption. Su propuesta sedujo a medio mundo: es un juego de cartas, pero también es otras cosas; es un experimento narrativo que recurre al terror metatextual, pero también es, en fin, un juego de cartas, y uno muy interesante, además. Si habéis seguido la actualidad del videojuego últimamente, es probable que hayáis visto Inscryption en más de una lista de lo mejor del año (la nuestra, por ejemplo) y recibiendo algunos de los premios más prestigiosos del videojuego; como mínimo, nominado a todo lo que podía ser nominado.

Detrás de Inscryption está Daniel Mullins, un desarrollador que desde su debut en 2016 ha ido puliendo y explorando una manera de trabajar muy coherente, muy empastada; es una poética que parte de elementos e ideas sencillas, casi anecdóticas, y las retuerce y lleva a extremos que a menudo sobrepasan los límites de los propios videojuegos, dándoles las propiedades sobrenaturales alrededor de las que se crean sus intrigas. Es un tipo que se nos presentó con Pony Island, otro juego impactante que tuvo la suerte (y la cruz) de ser apadrinado por medio YouTube; y que exploró los miedos y flaquezas del videojuego mismo, a través de algunos de sus avatares, con el algo desconocido The Hex.

A lo largo de este monográfico, repasaremos las claves del trabajo de Daniel Mullins, intentando generar (de forma orgánica, sin forzar su sentido o su intención) conexiones entre sus juegos, la cultura en la que aparecen y la propia manera de trabajar de Mullins, en la que lo experimental y DIY tienen una presencia y una importancia clave y muy refrescante en una industria como la del videojuego, que tiende a profesionalizar y estandarizar todo hasta autoinducirse la parálisis. En los juegos de Mullins se nota movimiento: un movimiento a menudo invisible, sin origen preciso, como el de un fantasma que abre los cajones de la cocina o unos gusanos que construyen su nido debajo de la piel.

Aviso: En los artículos hay spoilers, en todo caso menores, de los juegos que se tratan. No es imprescindible haber jugado a los juegos para disfrutar de los artículos, pero sí es recomendado; un poco de bucear por YouTube, foros y demás tampoco hace daño.