Primeras impresiones de Nintendo 3DS

Después de tanto tiempo esperando que llegue este momento, por fin tenemos Nintendo 3DS entre nuestras varoniles manos. Yo, al contrario que otros compañeros, no había ni olido la nueva portátil de Nintendo, así que cuando esta mañana el cartero trajo a la redacción un paquete de Nintendo España mi emoción era tal que solté un poco de pis. Es posible que esta noticia la escribiera con la ropa interior sucia. Qué desgracia, por Dios. Pero a estas horas ya he probado todo lo que ofrece la consola de primeras, aun sin tener ningún juego, me he duchado y he salido de paseo con ella (cosa importante, por cierto), y a continuación os cuento qué me ha parecido. Vamos allá.

La máquina: ¿Qué hay de nuevo, viejo?

Si haces un tenedor con forma de cuchara es posible que la peña no pille la broma y acabe yendo a los tenedores de toda la vida, que son los que conocen. Nintendo ha optado por seguir esta filosofía y Nintendo 3DS es, como ya hemos visto una y mil veces, muy parecida a la versión Lite de su hermana menor. Pero esto no es una revisión al uso: hay muchas diferencias y muy visibles de primeras. Para empezar, parece que el juguete de plástico ha pegado el estirón y ahora, desde la caja, la impresión que parece querer dar Nintendo es la de que estamos usando más un gadget para juegos: el aspecto del hardware es más adulto, o quizá más universal: el punto infantil de Nintendo DS está muy difuminado, apostando por un rollo mucho más elegante y trendy, y a mí personalmente me gusta mucho. La tapa superior, brillante, hereda del modelo anterior cierta sensación de estar ante un aparato delicado y ese miedo constante que nos da abrir y cerrar la tapa por miedo a que las bisagras se rompan como un palito. Sólo el tiempo nos dirá qué ocurrirá con esto, pero las tres Nintendo DS que he tenido tenían la clásica raja de la bisagra y esta sensación de fragilidad que me da de primeras Nintendo 3DS no me gusta del todo. Por lo demás, tanto los botones como el stick son fantásticos al tacto, y el resto de elementos de la carcasa parecen de una calidad más que buena. También sorprende la cantidad de lucecitas de colores que hay, con las que podemos saber si está pasando algo en la consola sin necesidad de abrir la tapa: desde los avisos de StreetPass hasta los encuentros en la plaza Mii, de todo nos avisa la consola mediante las lucecitas. Otra cosas sorprendente es la posición de los botones Start y Select. El pan y el agua de cualquier consola aparece aquí entre el botón Home, gran añadido de esta 3DS y que sirve para lo mismo que todos los botones home de un tiempo a esta parte: para devolvernos al menú principal o dashboard. Tanto la posición como el estilo de los botones resulta un poco chocante, y el hecho de que estén en una suerte de marco alrededor de la pantalla táctil tampoco juega a su favor a la hora de resultar cómodo o bonito, pero creo que ya no hay demasiado que hacer y la decisión en realidad despeja los laterales para los botones y el stick, así que habrá que hacer de tripas corazón y acostumbrarse, pero vaya: que no es nada bonito, coño ((Mientras escribo estas líneas, Pep me dice: «¡Cómo molan los botones del medio!», así que podéis fiaros de cualquiera de los dos: en AnaitGames, si no os gustan nuestras opiniones no pasa nada, porque tenemos otras.)).

Van dos (Miis) por la calle y se cae el del medio

De primeras sorprenden dos cosas: la cantidad de aplicaciones que vienen instaladas de fábrica en la consola y las ganas que tiene Nintendo de que nos la llevemos a todos lados. La cualidad de portátil de Nintendo 3DS es algo que Nintendo parece querer potenciar al mil por cien, y así recibiremos monedas al ir por la calle con la consola, nos llegarán cromos o Miis para los distintos minijuegos de la plaza Mii, e incluso tenemos un apartado del menú principal donde podemos ver una gráfica de cuánto hemos caminado en los últimos días con la consola. Esto es en gran parte por StreetPass, esa función que nos permite interactuar de forma automática con otras consolas sólo con pasar cerca de ellas. Ejemplo: vas en el metro, llevas la consola en el bolsillo y resulta que otra persona también, y vuestros Miis se encontrarán en la plaza Mii, donde podrán interactuar y participar en una serie de minijuegos. Esta es la funcionalidad más evidente, pero las posibilidades son múltiples. ¿Crearse una tarjeta de entrenador, por ejemplo, con una sección de intercambio donde podamos mostrar en público qué pokémones queremos y cuáles ofrecemos? Es la primera idea que me ha venido a la cabeza y ya me parece brillante. Nintendo, todo vuestro: dadme un toque y hablamos de royalties. El uso de StreetPass nos obliga a mantener la consola en estado de reposo, esto es, a llevarla encendida pero con la tapa cerrada. Que Nintendo desea ardientemente que hagamos esto todo el día se nota también en la inclusión dentro de la caja de la consola de un dock para que, al llegar a casa después de una jornada completa con la consola encendida y, por tanto, con la batería baja, recargarla sea tan sencillo como posarla en el dock y echarse a dormir. Si la cosa funciona y el StreetPass tiene la aceptación que se espera, puede ser un invento fabuloso y que aporte un montón de herramientas sociales a los juegos de Nintendo 3DS. Esperemos que así sea.

Manos a la obra: los juegos

Aparte de las aplicaciones relacionadas con los Miis, y a falta de otros juegos, hemos tenido que conformarnos con los que vienen instalados en la consola: Juegos R.A. y Atrapacaras. Juegos R.A. es una colección de minijuegos que combinan las capacidades 3D de la pantalla superior con el invento de la realidad aumentada. Gracias a las cámaras frontales y a unas tarjetas que vienen con la consola, podremos jugar unas pruebas sencillas que sirven bastante bien como toma de contacto con el aspecto gráfico, el efecto tridimensional y las posibilidades de la portátil de Nintendo. Sin ser nada del otro mundo, en la redacción hemos estado un buen rato sacándonos fotos con Mario y Link posando en nuestra mano (uno de los minijuegos, Paparazzi, nos permite sacar fotos a personajes clásicos de Nintendo que aparecen en las tarjetas mediante realidad aumentada), jugando a una mezcla de billar y minigolf que usa el entorno de la carta para deformarlo y crear curiosas pistas tridimensionales y pescando lubinas en el escritorio, y personalmente me lo he pasado como un enano haciendo todo esto. Atrapacaras es ya un favorito en la redacción. Su mecánica es sencilla: sacamos una foto a alguien (o a nosotros mismos) y la consola transforma su cara por arte de birlibirloque en enemigos a los que tenemos que eliminar. Cuando eliminamos al enemigo final (que es la cara principal pero con una rutina de movimiento un poco más compleja), atrapamos esa cara, que pasa a formar parte de nuestra base de datos y que aparecerá en adelante en el juego, mezclado con las demás caras. Hay varios niveles y es bastante más divertido de lo que parece a primera vista.

El efecto 3D

Pero vamos a lo que importa: la pantalla 3D. El efecto es raro: a veces a la vista no le cuesta nada e instantáneamente tu cerebro capta el efecto, lo comprende y lo procesa sin problema; otras veces hay unos segundos de desconcierto absoluto antes de comenzar a ver más o menos sin problemas el 3D, y suele ser en esas ocasiones cuando la vista más se cansa. El uso que le hemos dado hoy en la oficina ha sido bastante intenso y la vista no se ha resentido más que, quizá, un poquito más de lo habitual; en cualquier caso, no parece que dando un uso razonable a la consola vayamos a tener ningún problema, y en caso de que la cosa se nos vaya de las manos siempre podemos tirar del regulador de 3D para bajar la intensidad del efecto o desactivarlo por completo. Regulando la cantidad de efecto 3D es difícil que alguien se quede sin disfrutar de forma óptima la pantalla superior de Nintendo 3DS, excepto quizá José Javier Esparza, el del parche de Intereconomía ((Este chiste se lo he robado a Pep, y algo me dice que no será la última vez que lo usaremos.)). Por ejemplo, a Xavi le iba mejor con el slider más o menos por la mitad, y a mí se me quedaba un poco corto si no lo ponía a tope. Encontrar el punto ideal es cuestión de probar y calibrar correctamente la consola con las herramientas que incluye en el menú de configuración.

Parece que Nintendo 3DS es la mujer que sucede a la niña que era la primera DS y la not a girl, not yet a woman que empezó a ser DS Lite: les encanta a los niños pero también seduce a los adultos.

Habrá que ver cómo funciona el efecto, pero de momento ya me ha dado la sensación de que en general se le ha dado más importancia de la que debería: sí, es 3D sin gafas en una consola portátil, pero después de un día usando Nintendo 3DS creo que hay más chicha en, por ejemplo, las posibilidades del StreetPass o de la conectividad entre consolas y amigos, ahora infinitamente mejor llevada que en la anterior DS, donde daba bastante pereza interactuar con otros por las trabas que el propio sistema nos ponía. Tampoco es por quitarle méritos al 3D: es una característica muy resultona, para qué negarlo, y está fantásticamente implementada, pero creo importante no quedarse en la superficie e indagar un poco más allá, porque hay bastantes más posibilidades de las que parece a primera vista en esta consola. En definitiva, parece que Nintendo 3DS es la mujer que sucede a la niña que era la primera DS y la not a girl, not yet a woman que empezó a ser DS Lite: les encanta a los niños pero también seduce a los adultos, y en general todo el look de la máquina da la sensación de estar pensado para ser más elegante y llegar a un abanico más amplio de jugadores. Algunas cosas, como las fantásticas posibilidades que le veo a la hora de interactuar con otros usuarios o la potencia más directamente aplicada al software, a los juegos, que es lo que importa (por no hablar de lo fabuloso que será si por fin arranca como Dios manda la tienda de juegos en descarga digital de Nintendo, rebautizada de DSiWare a eShop), me hacen esperar grandes cosas de esta pequeña gran máquina. Si en algo es buena Nintendo es en hacernos soñar: lo ha hecho con todas sus consolas, con mayor o menor fortuna a posteriori, y ahora sólo le queda cumplir y hacer que esta Nintendo 3DS llegue a ser todo lo que el potencial que vemos en ella promete.