Más por menos, menos

mas por menos  menos Esta mañana me despertaba de golpe al leer que fotocopiar un libro puede suponer una pena mayor que pegarle dos puñetazos en la cara a alguien. Una vez más, me sentía obligado a desconfiar de la justicia, a dudar de aquello que alguien se había atrevido a calificar de justo. Igual que aquella vez que en un examen de matemáticas me bajaron algo más de un punto por equivocarme en un puto signo. O como al comprobar que Resident Evil 4 de PS2 tiene una puntuación media de 95/100 en Metacritic. ¿Sigo vivo? Perfecto, entonces aprovecharé para explicarme. Está claro que RE4 es un juego espléndido, uno de los grandes de esta generación. Tiene una ingente cantidad de cosas buenas, sí, pero no es ni mucho menos perfecto: los puzzles no están a la altura, su argumento es bastante absurdo, los personajes están pobremente definidos, el desarrollo tiene unos cuantos altibajos, parece ilógico intentar agilizar la jugabilidad y aún así no poder moverse mientras se apunta… Entonces, ¿por qué ha sido el juego merecedor de tantos 10? ¿Por qué sus errores se ven tan poco reflejados en la nota? Si me lo preguntasen, respondería que, en general, se puntúa demasiado alto. Que se suele dar más importancia a lo bueno que a lo malo. Y lo que me preocupa es que muchos podrían acabar aceptando (si no lo han hecho ya) que los únicos juegos realmente buenos son aquellos merecedores de más de un 9. ¡Vamos, no jodas! Con lo que hay que sudar para llegar al 8 en muchos exámenes o carreras. Habría que revisar la fórmula que utilizan la mayor parte de publicaciones, tanto impresas como en internet, para obtener la nota que otorgarán a un juego. A lo mejor sólo está mal un puto signo. A veces pasa. Pero puede que la fórmula entera sea inadecuada. Indagando un poco más por Metacritic descubro que muy pocas películas tienen más de un 8. El porcentaje se dispara en la sección de videojuegos. Quizás sería conveniente que aquellos que analizamos juegos nos impregnáramos un poco de la “falta de compasión” que caracteriza a algunos críticos de cine. Y es que, en definitiva, analizar un juego debería de consistir tanto en loar sus virtudes como en criticar sus defectos. En la balanza, una cosa buena tiene que pesar tanto como una mala. Es lo justo, ¿no?
Redactor
  1. MrPengo

    Ok, pero ¿quién le pone el cascabel al gato? Ahora mismo toda la prensa de videojuegos depende de la publicidad, publicidad que ponen las empresas y claro, si algo no les gusta apretan las tuercas por ahí. Y no hablo desde la especulación si no desde el conocimiento.

    Aunque no pasa nada, estamos trabajando en ello…

  2. Xavi Robles

    Sí, yo también lo se de buena tinta… pero… ¿No pasa lo mismo con el cine? ¿O con las revistas de literatura? ¿O es que las distribuidoras de videojuegos son más corruptas que otras empresas de sectores distintos? Lanzo al aire esas preguntas para continuar con el debate.

  3. Pep Sànchez

    Parece que el hecho de que los 3 lo sepamos de primera mano nos da bastante credibilidad ;)

    Yo creo que todo es problema de la poca madurez de la prensa especializada e incluso de los videojuegos como hobby. Lo normal (o al menos eso a mi me parece) sería que las compañías se preocupasen por quedar bien con las revistas, y no al revés. Eso es lo que pasa en el cine o la literatura. Eso y que los videojuegos son más caros que una entrada al cine o un libro. O no.

    Saludos