La generación más sucia

En esta generación se está jugando muy sucio. No voy a decir nombres, que queda feo, pero nos vamos a entender pronto. Pongámonos en situación. Con la Wii como consola dominante, tan distinta en hardware y potencia que no puede compartir juegos con la 360 o PS3, las compañías que optan por las consolas HD tienen muy complicado trabajar en exclusiva para una de ellas. Sobre todo cuando hablamos de grandes títulos, con altos costes de desarrollo, el mercado no es suficientemente grande para garantizar beneficios si se opta por reducir aún más el posible número de compradores. Así pues, estamos viendo como las third party están optando por la multiplataforma mucho más que en las anteriores generaciones. Para empezar, una exclusiva pagada no suele ser (si hay juego limpio) ninguna mala práctica. En estos casos, la compañía de consolas financia un juego que cree que puede tener éxito, generalmente cuando el juego aún no se ha empezado a desarrollar, y sólo hay conceptos o una demo técnica. Es convertir al estudio en una “second party” durante la duración del proyecto. La compañía de consolas da dinero para que el juego pueda realizarse, y todos ganan. A no ser, claro, que el proyecto sea inicialmente multiplataforma, y lo que haga la compañía sea pagar para que la versión de la otra consola nunca vea la luz, cosa que probablemente también ocurra en muchos casos. La cantidad de dinero que cuesta compensar a una compañía de juegos para que renuncie a las potenciales ventas de los usuarios de la “otra” consola hace que sea inviable dedicarse a comprar exclusivas. Se opta, entonces, por la exclusiva temporal, que ya es de por sí una práctica bastante fea. Básicamente es dar una cierta cantidad de dinero, con la condición que, como mínimo, hasta su salida, la compañía engañe a sus potenciales clientes indicando que el juego se realiza en exclusiva para una consola. Cualquier rumor que cuente que se está realizando (o se realizará) una versión para la “otra” consola es acallado, porque de saberse, se incumpliría el contrato y entrarían al trapo las demandas legales. Es evidente que no todos los juegos que salen primero en una consola que en otra son exclusivas temporales. Dudo que Microsoft pagara por tener Vampire Rain o Lost Planet antes que en PS3, por ejemplo. Simplemente los desarrolladores no vieron mercado en una consola que entonces apenas rondaba los cinco millones de unidades vendidas, por lo que se concentraron en una consola. Posteriormente, decidieron portar esos juegos a PS3 (ports bastante directos y chapuceros, por cierto), para conseguir más beneficios. Hemos de tener claro que no todos los juegos third party que salen sólo para una plataforma son exclusividades compradas, sino que muchas veces obedecen simplemente a motivos de mercado. Pero ese no es el caso, por ejemplo, de BioShock, donde gente implicada en el proyecto reconoció que Microsoft había pagado para sacar el juego primero en dicha plataforma (cuando el proyecto ya estaba en marcha y se estaba desarrollando para ambas plataformas) y acallar cualquier rumor sobre una posible versión de PS3 durante un tiempo determinado. Algo similar parece haber pasado con el Tales of Vesperia, que ya ha desatado la ira de los japoneses que compraron una 360 sólo por el juego. La inmoralidad del tema no está tanto en que salga primero para una plataforma que para otra. A fin de cuentas, un plataforma tiene que ser la plataforma “madre”, y si una compañía quiere (o la pagan para) concentrar los esfuerzos en esa plataforma y no esperar a las demás versiones para sacarla a la venta, es de lo más legítimo. Pero el hecho de mentir a quien quiere comprar ese juego, negando la existencia de ninguna versión futura en otra plataforma cuando ya están trabajando en ella, para que otros puedan vender algunas unidades de hardware más, ya no es tan lícito. Otra de las peores prácticas que estamos disfrutando esta generación es lo del contenido descargable exclusivo. Estos casos demuestran una falta de ética monumental, sobre todo por parte de la empresa desarrolladora del juego. Para empezar, realizar el DLC para múltiples plataformas no tiene coste adicional respecto hacerla para una. El contenido descargable consiste en archivos gráficos, de niveles, etc, que se llaman desde la aplicación. Datos sin código asociado, al fin y al cabo, por lo que no se realiza DLC para tal consola o para tal otra: o se realiza o no se realiza. Y al parecer hay compañías que valoran por igual el dinero que se gastan sus fans en sus juegos, independientemente de su plataforma, pero que después deciden separarlos en fans de primera o de segunda dependiendo de la consola que tengan. ¿Cómo tienen que mirar los fans de Fallout a Bethesda, al ver que la compañía prefiere recibir un cheque y negar la posibilidad de comprar contenidos a unos fans, que son igual de fans que otros? Es evidente que nadie que posea una consola y el Fallout 3 va a comprarse otra consola y otro Fallout para poder optar a la compra de un contenido extra (igual que nadie va a comprarse otra consola para jugar a los también exclusivos, pero en sentido contrario, niveles del Mirror’s Edge). Esta maniobra sólo va enfocada a decidir la compra de una consola a quien no tiene ninguna, o qué versión comprar a quien tiene ambas. No beneficia en absoluto al juego, ni a los desarrolladores (aparte del cheque cobrado), y aún menos a unos fans que pagan lo mismo por un producto para después ser tratados como fans de segunda. Y la cosa es más grave cuando se descubre que algunos de estos contenidos especiales, como el DLC exclusivo de Tomb Raider: Underworld, estaba previamente en el juego. En este caso tenemos a una compañía que paga para que los usuarios de la otra consola tengan una versión recortada, y que los usuarios de la propia consola que venden tengan que pagar por ese contenido. Anexo: Tras la elaboración de este artículo, Bethesda ha anunciado que todo ese contenido descargable que era exclusivo de 360, que nada, que todo era broma. Que el contenido va a llegar también a PS3, aunque sea con unos meses de retraso. Así pues, Bethesda se ha llevado un cheque por mentir a sus usuarios durante seis meses respecto el DLC, Microsoft ha conseguido quizás algunas consolas vendidas, quizás algunos juegos extras por parte de los usuarios de ambas consolas y Bethesda no ha tenido que renunciar a las ventas del DLC en ninguna de sus plataformas. Todos contentos, vaya. Excepto a los fans del Fallout a quienes Bethesda ha tomado el pelo.