
Si tuviéramos que describir la trayectoria de Robert Rodriguez con una palabra, quizá la más apropiada sería heteróclita. Por eso no debería extrañar a nadie que el director de
Desperado sea también el de esta
Spy Kids 3-D: Game Over ((Entre otras: desde la fabulosa
The Faculty, puro terror adolescente ochentero, hasta la negra
Sin City, adaptación del cómic homónimo, pasando por la reciente
Shorts (que comparte
target con la trilogía
Spy Kids y su
spin-off,
Las aventuras de Sharkboy y Lavagirl: los niños) o la ya merecidamente de culto
Abierto hasta el amanecer.)), porque de hecho es una película que encaja perfectamente en la filmografía de nuestro mexicano de Texas más querido. Desde sus actores preferidos (Salma Hayek, George Clooney, Antonio Banderas, Danny Trejo…) hasta esa dirección suelta, tan poco hostil y tan dispuesta a la revisión o el gusto por hacer de hombre orquesta y escribir, producir, componer y montar sus películas, todo en
Spy Kids 3 tiene la firma de Robert Rodriguez, y eso ya nos asegura que, como poco, estamos ante una película que vamos a ver, y no a
sufrir. Esta vez, la cosa va de videojuegos. Juni Cortez, uno de los
niños espía de los que habla el título, se dedica, ya retirado de la organización para la que trabajaba en las anteriores películas (otra filia de Rodriguez: las sagas autoreferentes), a vagar por el mundo haciendo trabajos de baja estofa para costearse el videojuego definitivo: Game Over, una suerte de MMO que promete ser la experiencia definitiva en realidad virtual y que todos los críos del país desean tener. Cuál será la sorpresa de Juni cuando el propio presidente de los Estados Unidos (interpretado por George Clooney, ídolo de masas y tipo increíble por excelencia) le pide que vuelva a la organización para arreglar un último asunto: su hermana, Carmen Cortez, ha desaparecido en el juego mientras trataba de sabotearlo desde dentro, porque lógicamente el juego es un mecanismo de control mental que pretende dominar las mentes de la juventud ((Porque, como dicen en la película, si dominas a los niños dominas el futuro.)). El responsable de este entuerto es el
Toymaker, que así se llama el maligno personaje que interpreta Sylvester Stallone en la película, y la misión de Juni es entrar en el juego, rescatar a su hermana y destruir Game Over en menos de doce horas, tiempo límite antes de que el juego se ponga a la venta y la juventud esté perdida. Las referencias al mundo de los videojuegos en Spy Kids 3, aunque sutiles, aparecen a lo largo de toda la película. Para empezar, cuando Juni entra en Game Over se encuentra con unos
beta testers, chavales de su misma edad que tienen como cometido probar el juego antes de que salga al mercado y que se descubren, poco a poco, como simples críos que lo que quieren es jugar y ganar antes que nadie: reflejo fiel del mundo del
beta testing real. El mundo al que accede está lleno de colores, con magníficos cielos azules y colorido en los escenarios. Los jugadores tienen también un contador de vidas, y cuando algo terrible ocurre pierden una: si pierden todas, fin del juego (Juni, por ejemplo, pierde una nada más empezar, tan mal jugador es).

Igual que se suceden estas referencias sutiles, también existen bloques enteros dedicados a distintos géneros, o que toman inspiración directa de distintos tipos de juego. Por ejemplo, hay una parte en la que Juni lucha, subido a un robot gigante, contra Demetra, una jugadora con la que luego trabará especial amistad ((Y que servirá para que su abuelo le diga en cierto punto:
«don’t fall in love with a game, Juni», sabio consejo que deberían apuntarse muchas personas.)); esta misma referencia a los juegos de lucha se da más adelante, cuando Juni tiene que luchar con uno de los
beta testers armado con una suerte de lanza de neón. Siento que está desaprovechada, de algún modo, esta referencia a los juegos de lucha, quizá de forma sabia por no haber querido caer en la parodia burda; si me hubieran consultado a mí, habría optado por añadir barras de vida encima de los personajes, referencia quizá grotesca por burda y evidente, pero que he echado de menos cuando estaba ya totalmente inmerso en la película. Otro par de momentos que podrían hacer referencia a géneros son el «momento carrera» y el «momento surf sobre lava». Cuando llegan al nivel 3 (porque el mundo de Game Over está dividido en cinco niveles, siendo el quinto totalmente insuperable, según cuentan las leyendas), Juni tiene que enfrentarse a los beta testers en una carrera con extravagantes bólidos virtuales, carrera quizá excesivamente larga pero bastante disfrutable para cualquiera que se emocionara como un crío jugando a Episodio I Racer u otros juegos de velocidad hipertrofiados. Más adelante, en el nivel 4, Juni y sus compinches de expedición tienen que superar una parte plagada de lava ((«¿Por qué todos los juegos tienen una parte de lava?», se pregunta Juni, no sin razón.)) haciendo surf sobre rocas extrañamente similares a tablas de este noble deporte acuático. Una cámara en primera persona nos pone en la piel de nuestro joven héroe, que tiene que sortear todo tipo de obstáculos para llegar a zona segura.

En fin, todo este tipo de momentos ocurren a lo largo de la película para que los niños, tan aficionados a meterse en las ficciones, sepan que están dentro de un videojuego; como es una película tan «de ser vista» (no hay apenas nada que dé para un análisis de ningún tipo, es puro entretenimiento condensado en una hora y cuarto), parece inútil hacer un tour por todas las escenas, porque no es ese el propósito de esta sección. Ahora, ¿cómo aparecen los videojuegos en la película? ¿Cómo trata Rodriguez este escabroso asunto? Rodriguez es un director de público, básicamente: sabe muy bien a quién apunta cuando hace una película. En este caso, aunque el
target es mayormente infantil, Rodriguez se permite en momentos puntuales meter una serie de bromas muy dirigidas al sector
gamer; por ejemplo, cuando los programadores hacen acto de presencia para castigar el uso de trucos en Game Over, el abuelo de Juni (un paralítico que dentro del juego puede caminar gracias a un fornido exoesqueleto) los detiene y somete a un escáner que revela su verdadero aspecto: de ser dos tipos embutidos en ropa negra y vacilona pasan a ser dos nerdos de primera categoría, dos informáticos de pata negra, bolígrafos en bolsillo frontal incluidos. O también, cuando el juego termina y los
beta testers salen al mundo real (no creo destrozar nada del argumento, ES UNA PELÍCULA PARA NIÑOS, SÍ, AL FINAL TODOS SALEN AL MUNDO REAL), sus aspectos también son ligeramente distintos: el que en el juego era el tipo molón y de aspecto bogartiano pasa a ser otro
geek de manual, el rudo y fuerte jugador que parecía Riddick de pequeño es un tipo enclenque y más bien introvertido, y el cerebrito del grupo es en la vida real un tipo no tan listo pero infinitamente más molón, con chupa de cuero y demás parafernalia.

Por otro lado, es
3-D del título no está puesto ahí de forma aleatoria. La película fue creada para ser vista en tres dimensiones (las gafas que aparecen en la película son iguales que las que se repartían en las salas preparadas para ver cine en 3D), y por ello resulta inevitable mosquearse al ver esa irónica lacra del cine tridimensional: las escenas 3D. Hay momentos en la película, sobre todo al principio, en los que suceden cosas totalmente innecesarias sólo para que se note que hay
tresdé, generalmente objetos que pasan a primer plano y vuelven al fondo de forma bastante
random y que, vistos en cines adecuados, supongo que serían bastante espectaculares para la época (hablamos de una película de 2003), pero que vistos hoy día y en la pantalla de un MacBook son una demostración asombrosa de efectos especiales rancios y de cómo hacer escenas que perturben y molesten al espectador. Por suerte, el mayor grado de acumulación de efectos tridimensionales se da al principio de la película, y luego, aunque siguen apareciendo, lo hacen más sutilmente y con mayor separación entre sí, con lo que no estamos ante un elemento que directamente destruya la película. Sólo deja a la vista que fue creada para conseguir dinero con el que financiar los otros proyectos de Robert Rodriguez, como el propio director ha declarado más de una vez. Sea como fuere,
Spy Kids 3 es una película muy disfrutable, entretenida e intrascendente, una hora y poco de diversión sin complejos y para toda la familia en la que, para colmo, aparecen tantos actores famosos que sólo por ellos merece la pena verla: Salma Hayek, George Clooney, Elijah Wood, Danny Trejo (interpretando al mismo personaje que da nombre a una de las películas que más espero,
Machete), Steve Buscemi, Antonio Banderas, Sylvester Stallone (en un papel realmente divertido) y Cheech Marin desfilan por la pantalla para goce y regocijo de los más aficionados al
star system de Hollywood, yo el primero. Si tenéis hijos, adelante, ponédsela y vedla en familia: ellos la disfrutarán porque está hecha para eso, y vosotros también, jugones, porque veréis cosas que os harán pensar en vuestro hobby principal; si no los tenéis, en fin, quitaos la máscara de prejuicios que lleváis en la cara y echadle un vistazo, que no perdéis nada. En definitiva, una película que trata de forma respetuosa y más que correcta el mundo del videojuego, sin polemizar ni exagerar cosas, llena de estereotipos por estar dirigida a infantes pero asombrosamente comedida al mismo tiempo. Una pequeña cápsula de diversión que, por increíble que parezca habiendo visto la forma estrambótica y delirante en la que suelen reflejarse los videojuegos en el cine, destaca por hacer del ocio electrónico su escenario y su protagonista, y no su anticristo.
Solo los usuarios registrados pueden comentar - Inicia sesión con tu perfil.
Dios no he podido seguir leyendo semejante truñaco
Edito:Lo de truñaco lo digo por lo de Spy Kids 3-D ke es un truñaco, no por el texto de chiconuclear
Esta pelicula esta dirigida a cierto publico, la gente la critica comparandola con peliculas de otro genero, y dan por hecho que es una basura, pero esta pelicula es para pasar el rato y nada más, como el que se pone a ver un capitulo de dibujos animados mientras desayuna. Y si vas a compararla con una peli, comparala con una de su genero, peliculas para niños con personajes reales, como puede ser hanna montana, bratz la pelicula o un chiguagua en beberly hills, etc y veremos donde están los truños.
Nunca me habría imaginado esta película como me la acabas de explicar.
Joder, esa película es mas absurda que todos los anime juntos.
Disculpen que no me atreva a leer el texto, estoy ocupado con un proyecto.
Hostia, si sale MACHETE:
http://www.youtube.com/watch?v=mgvGQJKCjN8
Hostia, si lo dice chicoN:
http://www.anaitgames.com/filmageddon-spy-kids-3-d-game-over/
Yeah, Machete es el puto amo. Peli ya!
@Kolt8
Yo la vi cuando pertenecia al publico al ke iba dirigida la peli, y te aseguro ke dije lo mismo
@Yasu
No he dicho lo contrário, he expresado mi sorpresa ante la afirmación de tal presencia, otra cosa es el hacer un comment porque si.
Porque, como dicen en la película, si dominas a los niños dominas el futuro.
http://www.youtube.com/watch?v=EcL-uK6dOiI
1. Nunca verás un análisis tan extenso de SpyKids3D en las internecs. Al final, buen sabor de boca.
2. Robert Rodriguez es como el Segura, tirando de amiguetes.
3. MACHETE >>>>> Chuck Norris