
Debo confesaros algo. Elegí
Nivel 13 prácticamente en el mismo momento en el que supe que haríamos
Filmageddon. Hacía mucho tiempo que la había visto pero por algún motivo esa parte de mi cerebro que se acuerda de las cosas que a mi se me olvidan lanzó una señal a mi Yo consciente, como un náufrago dispararía su última bengala ante el avistamiento en el horizonte de un yate recreativo monegasco con la cubierta forrada de supermodelos; indicándomela como perfecta para la sección. Y, sin embargo, a medida que veía la película de nuevo no he podido evitar que en un pensamiento se asomara por el borde de mi conciencia, inquietándome:
¿He hecho bien al elegirla? Permitidme que os haga una breve sinopsis, a ver si compartís mis dudas:
Nivel 13 comienza con el genio de la informática Hannon Fuller escribiendo una carta a su subordinado y amigo Douglas Hall. Fuller ha descubierto algo terrible y teme por su vida, así que decide dejarle la misiva en el mejor escondite posible: dentro de la propia simulación virtual que ambos han desarrollado y que, con sus habitantes incluidos, representa la California de 1937. Como es de esperar, el anciano programador tiene el tiempo justito para salir de la simulación, tomarse un copazo y dejarle un mensaje en el contestador a Douglas antes de que un misterioso individuo dé buena cuenta de él, cosiéndole a puñaladas como aquel que se compra por primera vez la barra de Choped Pork de a cuatro euros dos kilos que venden en el Mercadona.

A partir de ese momento Douglas Hall se verá obligado, con el fin de encontrar el mensaje, a explorar ese mundo virtual cuyo objetivo prioritario era, en un futuro, servir de cochiquera del entretenimiento a todo aquel americano de bien que se lo pueda permitir. Esa investigación permite al filme explorar diversos aspectos filosóficos tales como la relación entre la conciencia y la existencia física, la ética en el aprovechamiento de las oportunidades que nos brinda la inteligencia artificial, el limite entre lo natural y lo artificial, o por qué todos los detectives negros que no son Shaft llevan sombrero. Ante tal marabunta de ideas, tal aluvión de conceptos interesantes a desarrollar aun a riesgo de tener que sobrevalorar y magnificar el discurso de la película, yo sólo podía pensar: «Joder, esto no tiene nada que ver con los videojuegos». Ahí es donde comienzan mis quebraderos de cabeza. Por que al fin y al cabo la simulación no deja de ser un Second Life perfeccionado hasta la náusea. Y yo, que nunca he entrado en Second Life, hasta ahora tenía un concepto de él muy distinto al que tengo de un videojuego. Para saber qué demonios es con claridad, me he dirigido a su web a ver qué idea trataban de venderme. Al parecer es un lugar para «ser libre», «ser diferente», «ser tú mismo», «explorar»… Tras meditarlo, la impresión que me he llevado ha sido la de que es un lugar donde colmar las necesidades emocionales que en tu día a día no consigues. Una vida falsa pero psicológicamente reconfortante. «Eh, yo conozco eso», me he dicho a mí mismo. Y es que yo jugaba a juegos online, de rol, concretamente. No es que fuera un überrolero de la red, mi experiencia es limitada. Sin decir a cuál jugaba diré que no era a World of Warcraft ((Digamos que si, metafóricamente, WoW es el crack de los juegos online, yo sólo he llegado a fumarme unos porretes y tomarme unos litros en el parque.)) sino a otro infinitamente más simple y menos adictivo. Y aún así fui capaz de engancharme, de formar un grupo de coleguitas, de NECESITAR pasarme por ese mundo irreal de bytes, de unos y ceros, a ver si había pasado algo. Me alegraba con nuestros éxitos, me apenaba perder a compañeros y me daba rabia cuando no estaba durante eventos importantes. De alguna manera el juego había conseguido involucrarme emocionalmente hasta el punto de que lo importante no era matar bichos, ganar experiencia y echarme unas risas, sino participar de esa sociedad como si de la mía propia se tratara. Y eso que yo no tenía carencias especialmente relevantes que suplir.

En este punto me pregunto, ¿sigue siendo eso realmente jugar? Teniendo en cuenta que, como ya dije en
mi primer Filmageddon, jugar es un medio a través del cual aprendemos a relacionarnos e involucrarnos emocionalmente con nuestro entorno, ¿podemos considerar entonces que los juegos online en los que importan más las mecánicas sociales que la diversión
per se siguen siendo juegos? Técnicamente sí. Second Life es un videojuego. Pero si somos más profundos, jugar también era una herramienta básica de socialización. Nos enseña a negociar, a conocer los distintos niveles de interacción humana, los limites que conlleva cada uno y los riesgos de traspasarlos. Un mundo virtual es un lugar seguro y aislado donde podemos sumergirnos a «pescar» emociones complejas, más allá de la simple y llana diversión. ¿Puede gustarnos? Sí; ¿entretenernos? Claro. Pero difícilmente eso se puede, en mi opinión, considerar un juego, aunque la plataforma de acceso
sea un videojuego. De esta manera cabe pensar que
Nivel 13 quizá sí tenga relación con los videojuegos. O quizá no. La reflexión queda en mis manos. En vuestras manos. Sólo hay que decidir si la cuestión adecuada es:
¿es un juego? O por el contrario lo que deberíamos preguntarnos es:
¿a qué coño estamos jugando?
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¿Jugabas a un MMORPG infinitamente más simple que el WoW? Uhm… no se me ocurre ninguno, iba a decir Tibia pero por lo que recuerdo tenía algo de reto y todo.
Que no sepas cual es tu meta o tu objetivo en el juego no implica que no estés jugando. Muchas veces la misión es solamente tratar de entretenerse y liberar la mente de otras ocupaciones, otras es captar experiencias o aprender rutinas y también, como no, relacionarse.
Tal como lo he definido, TODO es susceptible de ser un juego, y realmente puede que sea así, depende del punto de vista con que se mire, pero incluso la vida, en toda su extensión no deja de ser un juego (con su curva de aprendizaje) mas o menos complejo.
PD: No se si es que me han distraído mientras leía el articulo, pero se ha quedado como… cortado, no? Se le podía sacar mucha mas chicha… y estabas en el buen camino, pero parece que te han sacado del teclado inesperadamente.
Where is the matrix?
@marcgenou
Es un punto de vista interesante ese que comentas. Desgraciadamente por cuestiones personales no tuve la ocasión de extenderme lo que hubiera querido.
Al releer el texto si que es cierto que acaba de forma abrupta y practicamente cuando empieza el meollo del asunto. Así que me voy a plantear un articulillo sobre esto, a ver si se puede desarrollar un debate interesante a su alrededor.
Yo me he quedado con las ganas de saber qué opinas de esta película…
@Guybrush
Estaría bien un articulo de opinión. En el caso de que necesitaras una mano externa a los anaiteros… por aquí andaré.