


Porque el cambio es profundo: no solo transforma la enfermedad el físico de la ciudad, sino también la misma forma que sus habitantes tienen de relacionarse entre ellos y con el poder. En el caso de la Londres “visitada”, la ley desaparece y al mismo tiempo se hace más rígida y estricta: las divisiones entre fuera y dentro, Ellos y Nosotros, los enfermos y los (aún) sanos adquieren un cariz de vida o muerte, porque es cuestión de vida o muerte: lo único que importa. En el caso de Bioshock, primero Andrew Ryan y después Fontaine utilizan los mecanismos disciplinarios de la sociedad moderna, la concentración de la custodia en un solo punto y la individualización y aislamiento del sujeto supervisado mediante instrumentos como cámaras de vigilancia y puntos de observación del Panopticón —un modelo de arquitectura carcelaria concebido por el filósofo británico Jeremy Bentham en el siglo XVIII—, para dividir el espacio de manera física y absoluta y convertirse en los únicos vigilantes, en los propietarios de todo el conocimiento, en una suerte de involución a nivel político y social. Porque la ventaja del Panopticón de Bentham, como explica Michel Foucault, es que realmente cualquiera puede ser el vigilante: convierte la figura del monarca como depositario del poder —y, por tanto, del conocimiento— en algo superfluo. Y en el caso de Bioshock, la consigna de “No God or king, only man” se acaba revelando como una mentira más: al final, tanto Fontaine como Andrew Ryan se transforman en los verdaderos reyes de Rapture. No creo que sea casualidad que la tercera en discordia sea Brigid Tenenbaum, doctora judía y superviviente del Holocausto, y también la creadora del ADAM y las Little Sisters. Es ella la que a lo largo de todo el juego interviene para mostrar al jugador caminos alternativos, no solo desde un punto de vista del espacio, sino también en lo moral. De manera indirecta, es la persona que ha introducido la enfermedad en Rapture, y también la que, llevada por el arrepentimiento, da con la forma de curar a las Little Sisters, que en cierta forma son los vectores responsables de la transmisión de ésta. (El hecho de que la cura sea otro plásmido que requiere también ADAM parece ser irrelevante.)
Es Tenembaum, como médico y además observadora al margen de los juegos de poder en los que ha caído Rapture, la única persona que está en posición de hacer algo por el destino de la ciudad a largo plazo, y lo sabe. Para ella el futuro de la ciudad y su redención están en la salvación de las Little Sisters, y por ello se mantiene apartada a nivel también físico, en un aislamiento casi absoluto y voluntario. La única ocasión en la que se la ve fuera de su santuario es cuando le da la cura al protagonista; la segunda vez que la vemos cara a cara, tras la traición de Atlas, es desde el otro lado de un cristal. ¿Método de seguridad, o una manera de evitar el contagio? En cualquier caso, es ella la única cuya respuesta ante la enfermedad del ADAM no es solo la represión del cuerpo y el espacio: como doctora, trata el primero y, de manera indirecta, también el segundo. Como decía al principio, 1665 fue el último año que la peste negra visitó la ciudad de Londres y un incendio ayudó a ponerle fin. No fue, sin embargo, la última vez que una enfermedad infecciosa asoló a su población: 200 años más tarde, a mediados del siglo XIX, la falta de un sistema de alcantarillado eficaz y la consecuente contaminación del río Támesis causó una epidemia de cólera que mató a cientos de personas. La ciudad de Rapture nunca llega a disfrutar de esa segunda oportunidad, pero invita a reflexionar sobre la relación entre organismo y urbanismo, cuerpo y poder, y la utilidad real del fuego como método de desinfección.
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Interesantísimo artículo. Soy muy fan de estas similitudes entre la Historia y la ficción.
Que rococó mas bonito este.
@vamargo22
Que la ficción se alimenta de la realidad, consciente o inconscientemente, es algo evidente y diría que inevitable. Me refería a que este tipo de artículos, donde señalan esa relación que puede no ser tan evidente, me resultan muy interesantes y formativos.
@joker73r
Bueno tampoco es que no sea tan evidente, igual yo no lo había pensado (tampoco es que la haya dado tanta vuelta)
Cada vez que escucho o leo Bioshock siento una montaña rusa de emociones. Por un lado me parece una saga espectacular, el mejor shooter de los últimos 20 años. Por otro lado, el amigo Ken me cae como el culo.
Sobre gustos no hay nada escrito y está claro que hablamos de un juegarraco, pero ¿no te has venido un poquillo arriba ahí? 😛
@majere
jeje, tal vez, pero debo decir que a mi los shooter no me gustan mucho que digamos tampoco. pongamosle 15 años porque los medal of honor de ps-one son mejores xD
@satyr
😯
Ejem… vamos a dejarlo en que no te gustan mucho los shooter. 😉
@majere
me olvide de poner por delante «en mi opinion», si no aca se arma la batalla despues…
@satyr
Ahí las dao, que ya se sabe que sobre gustos… 😀
Pues es buena idea eso de depurar ciudades con fuego.
@gegrmova
Que se lo digan a Nerón.
El gran haber de Bioshock (toda la saga) es como va más allá de la concepción que tenemos de videojuego ofreciéndonos una gran cantidad de perspectivas (históricas, filosóficas, sociológicas, etc.) desde las cuales se puede uno acercar al título.
Desde mi punto de vista, opino lo mismo que tú opinas en tu opinión, Siempre desde la más subjetiva de las valoraciones personales…xD
No seguramente como shooter en sí, ya que el gunplay no es nada del otro mundo, y como FPS puro y duro los hay mejores, pero sí como juego en general. Su historia, estética, los poderes y sobre todo su ambientación, con ese universo tan increíble y cómo te sumerges (jeje) en él, de lo mejor en mucho tiempo.
Me apena que no se haya profundizado (y dale) más en él, con las posibilidades que tiene. Se fue a la mierda el proyecto cinematográfico con Fresnadillo como director (y mientras se va a estrenar otra peli de Tomb Raider y una de Tetris…puto mundo). Sí que existe la novela «Rapture», que narra la historia previa a la del juego, cómo se creó la ciudad y demás. Bastante recomendable a quien le gustara el universo Bioshock.
Y existen artículos como éste, que no es poco…
@sodom
Con una peli la cagarían. Vamos, como todas las pelis de videojuegos. Bueno el gun Play si que no es nada de otro mundo, hay mejores, claro. Pero esta correcto y el resto es genial como bien dijiste. Y cuando dije shooters me refería a los FPS, la costumbre jeje. Mala mía.
Me gustó esa comparación con Londres. Buen artículo 😀
Rapture es el verdadero acierto de Bioshock.
Otros de sus elementos que en su momento lo hicieron un gran juego (narrativa, giro argumental, combinación de armas y poderes…) se han ido superando con los años, pero Rapture como una entidad más del juego (y con ese peso) quedará para la posteridad como una de las mejores representaciones de ciudad en un juego.
Muy bueno el artículo, me ha gustado mucho.