
un pacificador o un pandiloco
Análisis de Crackdown 3
Sumo Digital se marca un tanto con un juego que no se sale del patrón del original pero sí sabe crear un mundo en el que explotar sus puntos fuertes.
Sumo Digital se marca un tanto con un juego que no se sale del patrón del original pero sí sabe crear un mundo en el que explotar sus puntos fuertes.
Los hermanos Díaz continúan con su viaje a través de Norteamérica lo que, en esta ocasión, nos permite reconectar con un viejo y querido amigo.
Un ejemplo jugable de proporcionalidad calculada al milímetro en la tarea de mezclar lo antiguo y lo nuevo. Un puente que cubre 21 años de historia con una solidez absoluta.
Monster Boy es un bienvenido homenaje no solo a una serie que es historia de los videojuegos, sino también a una época concreta de la industria.
Orgulloso de ser un videojuguete, Pikuniku hace todo lo posible por hacer que tu recuerdo de él tenga que ver con las risas que genera sin esfuerzo.
Este juego de gestión nos obligará a someter a una aldea y expiar sus supuestos pecados para complacer los deseos de un misterioso Dios marino.
Project Aces deslumbra con el regreso de la serie Ace Combat, una de las sagas más interesantes e injustamente olvidadas del videojuego contemporáneo.
El estudio sueco Vreski firma una seductora carta de amor al cine de acción hongkonés de los 80 y 90 a medio camino entre Hervidero y Hotline Miami.
Lo último de Suda51 y Grasshopper Manufacture es una digresión innecesaria que no lleva a Travis Touchdown ni a la serie No More Heroes a ningún sitio.
No sé si lo último de Rockstar se puede comparar con la obra de Leone, de Ford o de Peckinpah; sí sé que no se puede comparar con ningún otro videojuego.