
Haberlas haylas
Análisis de The Knight Witch
Lo nuevo de Super Mega Team mezcla géneros con buena mano y buen gusto en una aventura expansiva y ambiciosa, en la que se nota mimo en cada rincón.
Lo nuevo de Super Mega Team mezcla géneros con buena mano y buen gusto en una aventura expansiva y ambiciosa, en la que se nota mimo en cada rincón.
El RPG táctico por antonomasia vuelve a la actualidad con una remasterización que quiere ser también algo así como la versión definitiva del juego.
Una secuela inesperada que respeta sus orígenes en PS2 quizá demasiado, tropezando más de la cuenta en sus propias formas y manías.
Lo nuevo de Flying Wild Hog, su tercer juego de este año, aplica la filosofía del estudio —fórmulas conocidas + máxima intensidad— a una historieta grindhouse del Oeste en la que no hay un momento para el respiro.
El debut de rose-engine tiene claros sus referentes y sabe cómo trasladar sus virtudes al videojuego presente, mientras eleva el legado de los survival-horror clásicos con una propuesta con identidad propia.
El debut de Jumpship muestra un gusto y una inteligencia admirables, aunque no siempre consiga mantener el interés con la misma facilidad.
El título de Obsidian, que utiliza múltiples recursos visuales y contextuales para trasladarnos al siglo XVI, se hila a través de un misterio generacional capaz de afectar al futuro de todo un pueblo.
Los fundamentos de la Platinum clásica se condensan en una tercera entrega caótica e irregular, pero con picos de excelencia difíciles de ver en otros hack and slash.
Mezclando en su jugabilidad elementos de simulador de vida, de visual novel y de ARPG, e incorporando en su narrativa el isekai, la space opera, y las paradojas temporales, Harvestella consigue un tono único.
Las aventuras de Kratos y Atreus ganan peso con una secuela ambiciosa y compleja, menos conformista de lo que podría parecer y cabría esperar.