
I don't wanna cause a fuss, but fast cars are so dangerous
Análisis de Mario Kart 8
Nintendo pone todo boca abajo con una cuidadosa mezcla de familiaridad y cambio, con una nueva entrega que da un paso irreversible en la dirección correcta.
Nintendo pone todo boca abajo con una cuidadosa mezcla de familiaridad y cambio, con una nueva entrega que da un paso irreversible en la dirección correcta.
Retrowave indonesio de terror con el ojo puesto en Japón, el survival horror de fin de siglo que sabe hacer de su humildad uno de sus puntos fuertes.
Un RPG francés de marca blanca que se desenvuelve con mucha convicción, aunque lastrado por el miedo escénico, dentro de unos patrones bien conocidos en el género.
Kirby llega a 3DS con más hambre que nunca, y cumple con creces lo que esperábamos de él: plataformeo muy creativo, modos de juego variados y mucho encanto.
Robots victorianos con bigotes encerados y sombreros de copa llegaron al archipiélago en son de paz; solo querían charlar un ratito. Era mentira, claro.
Camelot lleva de nuevo la exploración y el toque RPG al golf de Mario y compañía, con desigual fortuna pero con un rotundo sentido del buen arcade.
Un juego de terror perezoso y acomodado, poco valiente y carente de rumbo creativo, sin intención de aportar más que unos cuantos sustos para YouTube.
Quiere ser el Counter-Strike de los vikingos y termina siendo el QWOP de Vickie el vikingo.
Nintendo remata su repaso a su primera consola de sobremesa con una secuela mejor escogida, mejor pensada y que sigue despertando las mismas dudas.
Limbo + Final Fantasy VI + UbiArt, decía Ubi. Su precioso RPG acaba sumando un menos de lo que debería por lo solos que están sus combates por turnos.