Análisis de The Shoot

analisis de the shoot The Shoot tiene un lugar privilegiado en nuestros corazones (al menos el mío), por una sola cosa: recuerda más a Point Blank que a los esfuerzos actuales de esta industria nuestra por acercar a un público más generalista a los videojuegos. Estamos ante un juego de tiros arcade como los que nos hicieron disfrutar, años ha, con nuestras primeras PSX y su ya icónica GunCon; los años que han pasado desde que Namco penetrara como un jodido ariete arcade en nuestros jóvenes corazones con su primer Time Crisis y el ya citado Point Blank no son pocos, y lógicamente algunas cosas han cambiado. En The Shoot somos un actor que, a través de una serie de películas, tiene que ir disparando a todo tipo malo que se le ponga por delante para realizar las mejores escenas posibles. Este punto de partida, tan agradablemente similar al de ese grandísimo olvidado que es Stuntman Ignition, es una simple excusa para ponernos a pegar tiros en una serie de fases inspiradas en varios de los grandes géneros del cine (western, negro, ciencia-ficción) un poco más descafeinados de la cuenta por la orientación familiar del juego pero de cualquier forma muy resultones y agradables. A partir de aquí, nos toca derribar a los enemigos (cartones que aparecen, a los Hogan’s Alley, en el escenario). Una de las cosas que peor funcionan en el juego, o quizá una en las que más se nota el cambio de época, es en el ritmo del juego. Aunque es posible, desde luego, jugar rápido, apuntar a toda prisa y disparar de forma frenética, en general el juego recompensa más un juego más pausado: apuntar bien, a partir de cierto punto, a las zonas clave de algunos enemigos más potentes es más sencillo pensando bien a dónde disparamos, y esto nos lleva un tiempo; excepto en las zonas donde la afluencia de enemigos es más masiva, generalmente podemos tomarnos cierto tiempo para apuntar bien, y cuando hay muchos enemigos el juego pone a nuestra disposición una serie de power ups que nos ayudan a salvar la situación de la mejor forma posible. El peor de ellos, una cámara lenta cuya activación nos requiere girar sobre nosotros mismos y que por lo general corta el rollo un poco; el juego se debate constantemente entre animarnos a adoptar un estilo de juego frenético y pararnos los pies, y eso al final repercute un poco en lo divertido que acaba siendo. Hay que romper una lanza a favor de los power ups: dentro de lo que cabe, los que hay son los justos y están suficientemente bien puestos como para no resultar ni abrumadores ni metidos con calzador. Supongo que es lo de siempre: al final un teléfono móvil es para hacer llamadas, pero lanzar al mercado en los tiempos que corren un teléfono con el que sólo puedes llamar es un suicidio comercial; lo mismo con The Shoot, aunque por suerte han sabido limitar las pijaditas, y muy bien por ellos. Un signo de nuestros tiempos, heredado directamente de Wii y que sí resulta algo contradictorio, es la presencia constante en pantalla de la retícula que nos ayuda a apuntar. Tener el punto de mira presente en todo momento no resulta especialmente ideal en un juego basado, teóricamente, en la puntería, pero Move no es algo que sea precisamente imposible de descalibrar y al final es mejor tener la retícula presente para darnos cuenta de cuándo se le ha ido la olla al Move y solucionarlo (un pro: es muy sencillo volver a estar calibrados, tanto como pulsar círculo). analisis de the shoot La partida en solitario resulta algo corta, que no escasa: más bien dura lo que tiene que durar, porque llega un momento en el que ya notamos cierto hastío y desgraciadamente una vez que el asunto se ha terminado no hay muchos ánimos para seguir jugando. Existe la opción de rejugar para conseguir mejores puntuaciones y mejores medallas, o tratar de conseguir los objetivos de mitad de fase o los coleccionables, pero como gancho para volver al juego todo esto resulta un poco endeble y lo más sencillo es que sólo volvamos a meter el disco en la consola si queremos enseñárselo a alguien o si nos pica un poco el gusanillo de jugar a dobles. The Shoot es un buen juego, en el fondo. Se nota cierto cariño y muy buenas intenciones, quizá frenadas porque juega en la liga del siglo XXI: una liga en la que siempre hay que acercar al usuario el producto de la forma más simple y accesible posible, o en la que el usuario es bien diferente al de los noventa, cuando a todos nos la soplaba bastante que un juego fuera innacesible o difícil: se jugaba y punto. The Shoot podría haber sido mejor de lo que es, eso desde luego, y no existen grandes puntos negros que destrocen la experiencia de juego (técnicamente está bien, el control funciona correctamente, es divertido), pero al final se queda en un juego mediocre, a duras penas recomendable como apuesta seria por el dispositivo de control por movimiento de Sony, pero en cualquier caso, dentro de la demoledora mediocridad que nos está trayendo la aplicación del movimiento a los videojuegos, resulta agradable ver juegos que intentan rescatar o actualizar una propuesta tan divertida y reivindicable como la de los shooters furiosamente arcade, desde Hogan’s Alley hasta Point Blank. Una lástima que, al final, la experiencia haya resultado más descafeinada de la cuenta, porque The Shoot podría haber sido, un poco mejor dirigido, uno de los grandes de estas Navidades. [5]
  1. Zetaculy

    Me jugué la demo y diría que darle un 5 es ser muy muy generoso con el.

  2. Noemi

    Un genero que escasea en ps3 aunque ahora con move creo que veremos muchos titulos arcade de este tipo.

    Se pasan buenos ratillos pero nunca me ha gustado el elevado precio para algunos de ellos, mas que nada porque duran un suspiro, no digo todos pero si muchos de ellos.