Análisis de Nail'd

analisis de nail d Con Nail’d ocurre algo raro: el juego, digámoslo ya, es malo, pero de algún modo se las apaña para que enciendas la consola para echar una partida más. Puede que sea porque somos optimistas por naturaleza y pensemos que el asunto puede mejorar en cualquier momento, o puede que sea por ese efecto misterioso que también tienen los malos juegos en Flash: sabemos a ciencia cierta que son una mierda pero tiramos la tarde entera jugando. Combatir el tedio con algo muy tedioso; es la paradoja que se nos presenta con Nail’d, que está muy lejos de ser un buen juego pero de algún modo engancha. A ver qué sacamos en claro de aquí. Aunque no es cuestión de pedirle peras al olmo, no está de más decir que Nail’d se corta por el patrón más estándar de los juegos de velocidad. Su planteamiento (una serie de torneos divididos en distintas copas, con el añadido de las carreras individuales y el modo contrarreloj y el discreto modo multijugador —sin pantalla partida, por cierto—) es el del 80 % de los juegos de carreras que han salido en los últimos treinta años, y del 100 % de los mediocres. No seré yo quien cargue contra este hecho, porque cuando algo es suficientemente simple y funciona bien no hay por qué cambiarlo, pero en verdad el conjunto queda un poco desnudo así, sin nexo de unión entre campeonatos, sino un porqué para salir a correr; mejorar nuestros tiempos no es un motivo de suficiente peso, esta vez. analisis de nail d La jugabilidad (que se sustenta demasiado en el nitro y desaprovecha infinitamente las acrobacias, terriblemente mal planteadas) y el diseño de niveles están compinchados en este juego para putearte lo justo, sólo lo justo, y así mantenerte enganchado; ya dije, el misterioso efecto Flash. Alejado radicalmente de cualquier tipo de pretensión de realismo, Nail’d nos ofrece con humildad y honestidad carreras en cuadrunee (el término científico para designar el ATV) o moto (recomendado 100 % alejarse de las motos como de la peste negra) en unos circuitos que parecen sacados de la mente retorcida de un residente en un psiquiátrico. Mezclando momentos de pura brillantez con otros terriblemente mal pensados, el juego se empeña constantemente en aspirar a una espectacularidad que parece estarle vetada de base; sobre todo cuando él mismo se empeña en sacarnos constantemente de quicio con obstáculos totalmente imprevistos que nos sorprenden en medio de un salto, donde apenas podemos maniobrar, o el aleatorio sistema de choques: puedes rozar la rama de un árbol a 60 por hora y explotar en mil pedazos, pero quizá un minuto más tarde te estrelles contra una valla con el nitro dándolo todo y que no pase nada. Algunos bugs (una vez me quedé colgando dentro de un acueducto, con la cabeza del conductor totalmente petada en el techo) afean además el conjunto, aunque son más esporádicos de lo que deberían ser para ser considerados un punto realmente flojo ((En este sentido, hay que reconocer que el trabajo de depuración que se hizo desde la primera versión preview que jugamos y la final es encomiable; ¡menudo lío, la preview!)). La variedad de escenarios no es despampanante y, lo peor, están muy mal aprovechados. En lugar de ir quemándolos poco a poco, el mismo tipo de escenario nos viene una y otra vez, obsesivamente, hasta que acabamos hasta los huevos y, con el cambio de campeonato, nos llega la siguiente tipología de circuito. Tampoco es que haya muchas diferencias entre unos y otros (están formados, en su mayoría, por extravagantes bosques salpicados de algún tramo más urbano; y creedme, los bosques en Nail’d son una puta locura donde la gravedad y el sentido común tienen prohibida la entrada) pero, dentro de su categoría, cumple. Quizá sea mayor el problema de la cantidad: soy de la creencia de que más vale quedarse con un poco de hambre que acabar vomitando de empacho, y a Nail’d le sobran unas cuantas horas. analisis de nail d Audiovisualmente el asunto es peliagudo. Si bien los gráficos ((La diferencia entre las versiones de Xbox 360 y PS3 es bastante pronunciada; en PS3 el asunto pinta mucho peor.)) no son del todo desastrosos (más allá de unos cuantos asuntos, por ejemplo: el diseño gráfico en general, que es espantoso; los destrozos en los ATV, que son demasiado rancios como para mostrárnoslos a cámara súper lenta cuando nos damos un golpe fuerte, y sin embargo nos lo ponen a cámara súper lenta), la música consigue construir un catálogo del rock duro más ratonero e insufrible muy certero. Excepto la de Queens of the Stone Age, que es cojonuda, el resto de canciones podrían ser la banda sonora de la peor de nuestras pesadillas. Nail’d podría haber sido un juego curioso y bastante apañado si hubiera salido como descargable, recortando bastantes circuitos y dejándolo todo mucho más conciso y breve. En formato físico, sin embargo, se convierte en una opción poquísimo recomendable: el juego no vale lo que cuesta, por decirlo así, y todo lo que quiere poner de más para añadirse valor le sobra, y le sobra mucho. Quizá no sea una mala opción si buscamos un arcade de carreras profundamente simple y, por casualidad, lo encontramos muy, muy, muy tirado de precio; de momento, un producto descorazonador. [3]
  1. Metis Connetis

    …»te estrelles contra una vaya»…

    ¡Mis ojos!

  2. nietzsche

    Ej juego será lanzado por Koch Media en España el 4 de febrero del 2011. El juego sale este semana en EEUU ¿el distribuidor americano os ha facilitado una copia? ¿el alemán? ¿o el distrubuidor «oficial» de las islas del Caribe?
    Fuente (desarrolladora del juego): http://www.deepsilver.com/en/news/newsdetails/article/naild-goes-full-throttle-for-winter-releases/

  3. Pep Sànchez

    @nietzsche

    En Game dicen que ya ha salido y Koch Media España —que es quien nos ha mandado el juego, claro— confirmaba el 3 de diciembre como nueva fecha de lanzamiento en su última nota de prensa, de hace cuatro días.

    Deep Silver no desarrolla el juego, por cierto, sinó Techland.

    Y sí, es así de malo.

  4. Espastulator

    Nail´d es entonces uno de esos juegos de conducción que SÍ hay que jugar bebiendo -y mucho- para medio disfrutarlo, no?

    Imperdonable que no haya motoristas en bikini: craso error de machismo en el diseño de los personajes -sosos hasta la saciedad- que imposibilitan que veas este logro en tu pantalla que tú tanto ansias ver, lector:

    «LOGRO DESBLOQUEADO: pierder el bikini a causa de una ráfaga de viento» (A veces las pesadillas tienen su toque absurdo y aquí no deberían faltar)

    Según rumores de Collins, nail´d ya se usa como sinónimo de fuck´d en ciertos ámbitos jugones.

  5. Víctor Martínez

    De hecho, Espastulator, SÍ hay motoristas en bikini, pero no posibilidad de perderlo. Las opciones de personalización del conductor son anecdóticas y están bien escondidas, pero están ahí.