Análisis de Mario Tennis Open

Jugar al tenis es una de las mil y una ocupaciones de Mario, la eterna mascota de Nintendo; también es una de las que mejor se le dan, quizá sólo por debajo de conducir karts. Mario Tennis Open es su última incursión en el deporte predilecto de David Foster Wallace, esta vez en 3DS. Recuperando algo simplificados las pinceladas RPG de anteriores aventuras deportivas del fontanero en portátiles, este Tennis Open pretende ganarse el favor de los más aficionados a la diversión sin complicaciones, especialmente aquellos que busquen pasar buenos ratos con amigos, cara a cara o por internet.

Las marcas de la casa están presentes: gráficos coloristas y efectivos, aunque no sobresalientes; música no menos colorida, con facilidad para la melodía pegadiza y pegajosa; Miis jugables; énfasis en una conectividad online a la que es inevitable pensar que Nintendo ha llegado algo tarde, algo por lo que parecen querer redimirse por la vía rápida. En ese aspecto es un juego cien por cien Nintendo: los más dogmáticos pueden ya dejar de leer, porque imagino que eso es todo lo que necesitáis saber.

Para los más escépticos, las bases del juego parecen relativamente fáciles de suponer: tenis arcade, simplificado para añadir accesibilidad pero con un puntito de profundidad muy agradable que sale a relucir sobre todo cuando el rival es otra persona. No merece la pena esperar un Top Spin, evidentemente, pero han sabido encontrar una fórmula basada en colores bastante interesante: cada golpe tiene un color asociado, y saber utilizarlos correctamente para darle un plus de potencia a los power ups y hacer buenas contras es bastante esencial para llegar a buen puerto en los partidos más difíciles.

No es el colmo de la complejidad, claro, pero sí es lo suficientemente profundo como para que saber jugar sea sencillo pero dominarlo nos lleve un tiempo; también juega con suficientes variables para que los partidos no parezcan una repetición infinita de estrategias y secuencias de jugadas. Esto se ve más claro en el multijugador; la primera tanda de torneos individuales peca de ser demasiado fácil, y puede llevar a malentendidos: como parece ser otra retorcida marca de la casa Nintendo, sólo encontramos reto después de una primera vuelta sencillísima y casi soporífera. Las cosas cambian mucho después, por suerte.

La versión simplificada de los toques RPG viene en forma de personalización de nuestro Mii. Comprando y equipándole camisetas, raquetas, muñequeras y otros trapitos potenciamos las estadísticas del personajillo, añadiendo un puntito de unicidad a nuestro Mii que se agradece pero que es algo anecdótico. Quizá en el multijugador online la importancia sea más pronunciada, pero los servidores aún no están abiertos y el juego no ha salido, así que no tengo manera de saberlo.

Sí tengo forma de saber que los minijuegos que incluye como extra son de esos que Nintendo sabe hacer tan bien: adictivos, bien ideados y originales. Podemos pelotear con anillos o probar nuestra precisión compitiendo contra una estrella de Galaxy, pero seguramente la estrella sea Super Mario Tennis: una versión demencial del primer Super Mario Bros en el que tenemos que avanzar por los niveles eliminando goombas y recogiendo monedas a base de raquetazos, una especie de frontón delirante en el que la caza milimétrica del punto puede llevar a piques legendarios a la mínima que exista espíritu competitivo entre vuestros colegas con 3DS. Son extras, en el fondo, pero están bastante currados.

Además de todo esto, los evidentes partidos de exhibición y las partidas contra otros humanos, individuales o a dobles, acaban de dar forma a un arcade de tenis que no pasará a la historia por su gran peso dentro del género, pero que sí cumple con los estándares de calidad que uno espera de estos spin-offs de Mario. No es para todo el mundo pero está claro que tiene un público ahí fuera: Mario Tennis Open es una adición a tener en cuenta en el catálogo de 3DS, otra lanza rota a favor del videojuego más como juego que como vídeo y otra apuesta tardía por introducir al usuario de la portátil de Nintendo en el juego online. No es imprescindible, pero es recomendable. [7]