Ganchitos y Red bull en la Casa Blanca

La game jam que emocionó a Obama

La game jam que emocionó a Barack Obama La semana pasada tuvo lugar en Washington D.C. una game jam bastante especial por una razón: la organizadora del embrollo era la mismísima administración Obama, la Casa Blanca, que además también ha ejercido de sponsor para el evento. En esta primera edición, algo pequeña para empezar, se han reunido poco más de un centenar de diseñadores y programadores de juegos bajo la premisa de materializar sus ideas solamente con una regla en mente: que el juego estuviese enfocado a la educación. Tal como dicen en USA Today, parece una prueba más que evidente de que los videojuegos ya son aceptados por la mayoría de la sociedad civilizada, o al menos que su proceso de integración en la cultura está dando pasos muy decididos y que ya solo los zumbados de la Iglesia Bautista de Westboro o algún redactor jefe de FOX News los ven como una amenaza. La idea de esta game jam presidencial parece derivarse directamente del programa electoral del partido demócrata. En marzo de 2011 Barack Obama, en plena campaña para la reelección, visitaba la academia TechBoston —una escuela piloto pública que se sirve de la tecnología para atraer la atención de un alumnado que vive rodeado de marginalidad, pobreza y violencia— para dar un breve discurso de veinte minutos del que destacaba una frase clave: «Voy a promover que se invierta en tecnología educativa que ayudará a crear tutores digitales que sean tan efectivos como los tutores personales, y software educativo que sea tan inmersivo como el mejor de los videojuegos.» La game jam que emocionó a obamaFoto: Michelle Childs Gente de Ubisoft Red Storm, EA, Playmatics, Magic Leap y varios grupos universitarios y diseñadores independientes se organizaron en 23 equipos alojados entre las oficinas de Learning Objects y el Eisenhower Executive Office Building por el departamento de tecnología educativa del secretariado de Educación de los EE.UU. y la oficina de tecnología y ciencia de la Casa Blanca —coordinada por Mark DeLoura, un tipo que trabajó durante casi 20 años en la industria del videojuego antes de ser funcionario—. Allí durante 48 horas fabricaron prototipos la mar de interesantes como Function Force 4, un shmup abstracto en el que el jugador debe transformar funciones matemáticas para poder disparar su láser; Rare Earth, un microsimulador de astronomía diseñado por Graeme Devine (fundador de Trilobyte y diseñador en id Software durante una década) donde podemos crear nuestro propio planeta alterando algunas variables o Accel-o-rama, un juego de naves que explora conceptos de física básica como la cinemática. Tras esta primera experiencia, decía DeLoura que solo estábamos viendo la punta del iceberg, que el potencial de los videojuegos para ser herramientas de aprendizaje y educación es gigantesco y permanece aún algo inexplorado. Que la White House Education Game Jam consiga dar un empujón a las compañías para que inviertan en este tipo de proyectos, incluso de forma experimental, es algo que todavía está por ver. El intento, desde luego, se agradece.
Function Force 4
American University Game Lab

Rare Earth
Magic Leap

Accel-o-rama
University of North Carolina at Chapel Hill

Endemos
Ubisoft Red Storm

Who Killed Lincoln?
Team Pearbat

Brain Blast
EyeWire

The Piecewise Fort Incident
DAM

Land Grab
Filament Games

No Selfish Ends
Playmatics, Parsons y Code Liberation

Match Maker
Pump Up the Jam

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La game jam que emocionó a Barack Obama

#WHGameJam

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Redactor
  1. Ryszard

    Buena iniciativa.

    Siguiendo con el tema, a raíz de la cagada del señor Forges el otro día, acabé en un vídeo de TEDx muy interesante que habla sobre ésto. Encontré algunos más pero éste me pareció el mejor. Os invito a verlo:

    https://www.youtube.com/watch?v=TbTm1Lkm18o&index=11&list=LL6KfzG-kVVdJPkgKnEMk99w

    Sería buen tema para un debate/artículo muy interesante, pero igual se aleja algo del propósito de esta web. Tiene que ver con videojuegos, pero más con educación, y como dice @yayo, es algo que hay que reestructurar desde abajo, desde las bases de la educación.