Todo es un juego

Tres minutos #02: Política

Tres minutos #02: Politica

La política es un juego. Puede que Churchill lo negara pero décadas de metáforas con tableros de ajedrez han terminado asentando la idea. Por lo demás, todo es política. Los juegos también lo son. Incluso títulos aparentemente inocentes, al estar creados en un entorno politizado, pueden analizarse bajo esta lente y pasar de inocentes distracciones a distópicos infiernos capitalistas. Todos los juegos son política y muchos hablan directamente de ella. De sus entresijos y sus mecánicas. De sus errores y consecuencias. La estrategia y la gestión de recursos —especialmente las relacionadas con la colonización y la militarización— son un género propio con abundantes ejemplos entre los juegos de mesa, mientras que los temas relacionados con la moral se adaptan mucho mejor a los videojuegos. La política solo suele tratarse de forma abierta en juegos de corte independiente. Es un tema que hace enfadar.

En Reigns y en su secuela Reigns: Her Majesty debemos encargarnos de tomar decisiones en el papel de varios reyes o reinas medievales. A los pocos minutos de juego nos damos cuenta de que debemos olvidar nuestra humanidad. Tener una larga vida solo es posible a través de decisiones tácticas que nos permitan quedar bien con los demás actores. No gobiernas para el pueblo, ni para la iglesia, ni para los militares, ni para la corona: gobiernas para ti mismo. Visto así, es fácil creer que la política la hacemos todos, desde la reina hasta los más humildes funcionarios. En Papers, Please, por ejemplo, somos un inspector de inmigración responsable de la aduana, que en cierto momento podrá decidir si colaborar o no con un grupo terrorista dispuesto a derrocar al gobierno del país. Ni el presidente tiene tanto poder en sus manos.

Sin embargo, la aproximación de los videojuegos a la política no suele ser especialmente crítica ni actual. Más allá de la típica curiosidad, en clave de humor absurdo, consistente en ponerle la cara de Trump a un villano o a un personaje especialmente ridículo, la mayoría de estudios no parece estar dispuesto a ir mucho más allá. A llegar a utilizar los juegos como un elemento de denuncia, sátira o información. Por suerte, cuando los desarrolladores trabajan en solitario suelen estar más dispuestos a exponerse. Y con sus declaraciones, que más que juegos son herramientas para la reflexión, confeccionamos el Tres minutos de hoy.

Tres minutos #02: Politica

Impeached! podría estar hablando de España si no fuera porque algunas de las escenas muestran al presidente protagonista frente a los periodistas en lugar de escondido detrás de un plasma. El nombre del juego hace referencia al proceso mediante el cual se declara a un cargo público «no apto» y se le sustituye, vía votación parlamentaria, por otro. Para poner en marcha un proceso de moción de censura como tal, es necesario que el cargo en cuestión haya cometido un delito o muestre de forma reiterada su ineptitud, por ejemplo, mediante la aprobación de leyes extrañas, locas e indefendibles. Leyes iguales que las que propone el título.

Mecánicamente, es muy simple. Nos muestra dos leyes, a cada cual más absurda, entre las que tendremos que elegir una para firmar. De ahí saltaremos a una rueda de prensa en la que tendremos que defender la decisión frente a unos periodistas preguntones que parecen estar siempre dispuestos a buscarle las vueltas a nuestras declaraciones. Lo que en un primer momento parece un juego humorístico sin mucho trasfondo se convierte en algo más cuando nos damos cuenta de que es casi imposible perder. Así es. Por muchas burradas que firmemos, por muchas barbaridades que digamos el poder se quedará en nuestras manos. Como en la vida real, no hay falta, reformas o actriz porno que pueda quitarnos la silla. Menos aún, decisiones políticas blanqueadas por las fake news.

Tres minutos #02: Politica

Political Shitstorm es tan explícito como divertido. Finalista en el Nordic Game Jam del 2016, está desarrollado por un grupo de estudiantes de diseño y desarrollo de la Universidad de West London como un intento de denunciar la corrupción. No por nada, el objetivo principal del juego, como Primer Ministro, es desviar todo el dinero público que podamos hasta nuestra cuenta secreta en un paraíso fiscal. A diferencia de otros títulos con una premisa similar, Political Shitstorm nos obliga a poner especial cuidado en las acciones que tomamos para contentar a los votantes ya que, en un intento de hacer la realidad mucho mejor de lo que es, estos parecen estar sinceramente interesados por las promesas electorales.

En el título, mantener las dos caras, y hacerlo bien y rápido, es la mejor opción para no ser sustituido. Porque ser rico y querido por el pueblo no tienen que ser mutuamente excluyentes.

Tres minutos #02: Politica

Una de las razones que, a mi parecer, evita que muchos desarrolladores tomen posiciones políticas en sus juegos (al igual que muchos analistas y periodistas en sus análisis) es que gran parte de los jugadores exigen que el medio sea tomado como un hobby y, por tanto, se alejen de él cualquier tipo de elementos cuya función no sea divertir. Para estos usuarios, Heather Robertson ha desarrollado Apolitical Game un minúsculo título que pretende ser una guía para crear un juego sin ningún tipo de agenda, que no sea afín a ninguna ideología. Un experimento, una performance, que consigue hacer reír casi tanto como recapacitar (al menos lo intenta con las personas del primer grupo. Pero quizás no sea posible).

El consumidor tiene poder. No en las redes sociales, como en ocasiones nos quieren hacer creer, sino en sus carteras. Cuando gastamos el dinero de forma consciente, cuando apoyamos títulos afines a nuestra forma de ver el mundo, es la industria la que toma nota. Si queremos que los juegos exploren nuevos mundos, si queremos que vayan más allá de la diversión, tenemos que comprometernos con ellos. Los videojuegos tienen el potencial de llegar al mismo lugar que la literatura, el cine o el ensayo pero solo lo harán si nosotros queremos. La decisión la tenemos nosotros. También podemos hacer política.

Redactora
  1. Oldsnake

    Votar con el bolsillo en lo que es finalmente un mercado, me parece que tiene toda la lógica del mundo. Pero fuera de ello, los ejercicios de reflexión como los que describe el texto, no tienen grandes reflectores y acaso su mercado sea otro que el que las grandes masas pueden brindarles, porque a muchos una propuesta que no entra por los ojos a veces ni el comentario se llevan. Vaya si te ponen a Bayonetta al lado de éstos, seguro el 99% pasa de estas experiencias reflexivas.
    Pero no sé hasta que punto convendría que fueran un éxito comercial y no los ejercicios ocasionales que son, si vende bien vendrá quien haga uno más intentando colarse a la fórmula ganadora; o vendrá la secuela empeñada en mostrarnos más de esas decisiones, forzando lo que antes fue un acto de libertad creativa, vaya las ballenas no cantan en cautiverio. No veo tan claro que eso pudiera ser conveniente como @martatrivi

  2. kamek

    Dudo mucho que el videojuego, en su estado actual, esté como para hacer grandes reflexiones en materia política. Creo que por un lado le falta madurez al medio y por otro la propia naturaleza del juego hace que no sea el medio más adecuado. Aún así he visto alguna vez alguna cosa interesante. Recuerdo alguna crítica a la UE en el primer Deus Ex pero que no dejaba de ser una crítica personal e ideológica sin más transcendencia metida en un diálogo casi random.

  3. Heráclito (Baneado)

    @knon
    A mis brazos! Pensé lo mismo.

    Los juegos pueden ser todo lo que dice la autora. Pueden, pero no deben serlo obligatoriamente.
    Me hace acordar cuando a Cortázar se le criticaba desde la izquierda que la literatura fantástica era burguesa y contrarevolucinaria.
    Si quieren que los juegos sean considerados arte lo peor que puede hacerse es condicionarlos.

    Pd: pobre Nintendo si los juego terminan convirtiéndose por regla moral en lo que desea la autora!

  4. SamSagaz17

    ¡Qué manía con darse por perseguidos! Que los videojuegos utilicen la interactividad para reflexionar sobre política, feminismo, ecologismo o emociones, no quiere decir que los videojuegos que son solamente entretenimiento o pruebas de habilidad vayan a desaparecer. Simplemente es ampliar las capacidades del medio y explotar todas las opciones de la interactividad.
    Articulazo y fenomenal iniciativa el rebuscar las joyitas que hay en itch.io.

  5. orwellKILL

    Animar el pensamiento crítico es bien, ya sea videojuego o cualquier otra obra. Pero no tengo fe en que se instaure el pensamiento crítico como inspiración en las empresas desarrolladores de videojuegos.
    Empresa y pensamiento crítico es como inteligencia militar…
    Poseer uno es eliminar lo otro.

  6. Soraheart

    Votar con la cartera puede no ser la opción ideal, pero creo que, como dice @solidsnake, teniendo en cuenta que los videojuegos son, entre otras muchas cosas, un mercado, la cartera es una de las pocas maneras que existen de votar, y de lejos la más efectiva.

    No se trata de que Nintendo no pueda hacer Super Marios o Zeldas, sino de también hacer grandes producciones en la corriente mainstream que hagan reflexiones políticas. Si las películas, libros y cómics lo llevan haciendo durante años, no veo por qué en los videojuegos debería ser diferente. Estos tipos de juegos pueden convivir los unos con los otros. De todas formas, parece que vamos dando pasitos. Al menos ahora grandes superproducciones como God of War o The Last of Us vienen con mensajes, no políticos, pero sí morales, más desarrollados que «el bien y el mal» o «la luz y la oscuridad».

    Creo que no debería haber mucho debate aquí. Y es más importante reivindicar videojuegos con mensaje político (así que voy a hacerlo con This War of Mine, que siempre lo recomiendo), que hablar sobre si está mejor o peor «votar con la cartera».

  7. AndresBaez

    Muy fan de los comentarios de este artículo, como del artículo. Un abrazo.

  8. cayesoneira

    Curiosa la propuesta del último título que mencionas, Marta, su propia naturaleza le da la razón (e intentando evitar spoiler) parece que el simple hecho de crearlo lleva a una reflexión totalmente política, pero no parece haber otra forma mejor de acercarse al apoliticismo que ese gesto. Sin contar ya que te ofrece la opción de pagar antes de la descarga.

  9. kamek

    @knon dijo:
    El concepto «votar con el bolsillo» me resulta terrorífico y una muestra de hasta que punto la lógica del mercado capitalista nos ha sorbido el coco a todos.

    Yo creo que es muy acertada la referencia que hace Marta sobre tal aspecto. No es algo relacionado con el «mercado capitalista» sino con la sociedad de consumo. Son términos relacionados pero distintos por completo. Si por ejemplo queremos premiar a un buen músico que pone su arte por encima de la mercadotecnia pues me parece que no hay mejor forma de hacerlo que consumiendo su música.

  10. kamek

    @knon dijo:
    Hay ciertas reflexiones políticas que jamás podrán hacerse desde el ámbito de la empresa privada, como por ejemplo aquellas cuyas conclusiones vayan en contra mismo de las convenciones en las que dichas empresas sustentan su legitimidad o aquellas que vayan en contra del pensamiento mayoritario de las personas a las que quieran vender su producto.
    Otro punto es pensar que por que un producto no tenga una reflexión politica implícita esta este ausente, no se me ocurre mayor posicionamiento politico que aquel que no se considera necesario explicitar, ya que es la forma de legitimización mas clara del sistema social existente.

    No estoy de acuerdo en absoluto, por supuesto que se pueden hacer reflexiones políticas desde la empresa privada. Las empresas son sociedad civil, como las personas. Otra cosa es que te refieras a que las grandes corporaciones hagan críticas con carácter ideológico contra ellas mismas. Evidentemente no se van a disparar al pie. Pero es que política es mucho más que ricos y pobres o grandes corporaciones e individuos. Se pueden tratar toda clase de temas sociales, o incluso (altamente improbable) temas de filosofía política como pueden ser reflexiones sobre el Estado, la libertad, la representación política, los impuestos, etc.

  11. Heráclito (Baneado)

    @caye2013
    Eso es interesante. No recuerdo quien, creo que Berthold Brecht, decía que nadie es apolítico, porque el que cree serlo simplemente esta validando la política dominante de turno.

  12. Heráclito (Baneado)

    @martatrivi
    No se como no vi el Political Shitstorm, la droga supongo. Joder, parece el juego del presidente (o virrey) que vengo sufriendo Argentina.

  13. Gausón

    El problema con los juegos políticos, comparados con una película, una canción o un libro, es que requiere muchos más medios y conocimientos técnicos al ser el videojuego un medio mucho más complejo y que el aporte lúdico de entretenimiento es más importante que en otras formas de arte.

    Un juego fuertemente politizado tiende a priorizar el mensaje al propio juego. Eso puede funcionarte en un ensayo o en una poesía, pero con un juego de mierda nunca vas a llegar más allá de tu público base. Cuando un juego es «bueno» a pesar de ser un cerullo, es nulo como herramienta de propaganda.

    Los juegos son más un espejo cultural que una herramienta para transformarla. Por eso los juegos culturalmente críticos suelen ser minijuegos flash hechos por estudiantes sin preocupaciones o proyectos de pasión hechos por equipos muy pequeños, más hobby que otra cosa.

    Una de las razones por las cuales la gente huye de los juegos politizados (y, en lo que a mí atañe, la principal) es simple y llanamente porque son malos juegos.

  14. PardNefzen

    @knon dijo:
    El concepto «votar con el bolsillo» me resulta terrorífico y una muestra de hasta que punto la lógica del mercado capitalista nos ha sorbido el coco a todos.

    El ciudadano tiene una oportunidad de votar cada cuatro años (en España) a su presidente. También cada tres años a sus presidentes regionales, y a sus alcaldes. Y aquí acaba su participación política.

    Sin embargo, el ciudadano usa su dinero todos los días. No hace falta ser un lince para darse cuenta de que VOTAMOS con nuestro dinero. Cada vez que compro una Coca Cola, estoy respaldando a esa empresa, y sus políticas. Y además, estoy dejando de lado otras opciones (Pepsi, marcas blancas, etc). Esto convierte al acto de comprar en un asunto de gran responsabilidad. Si sabes que Adidas emplea a niños en sus fábricas de Malasia, pero aún así compras unos zapatos Adidas, significa que validas que continuen empleando a niños.

    Hay que analizar las implicaciones de comprar una marca frente a otra, pero también la de comprar en unos grandes almacenes en vez de hacerlo en pequeños comercios, o en supermercados en vez de en tiendas familiares de comestibles.

    En videojuegos, la cosa no está tan clara, porque no hay «sustitutos». Es decir, si yo quiero evitar la marca Adidas, hay otras opciones que me ofrecen una experiencia muy similar y satisfactoria. Pero si quiero jugar al League of Legends por lo que me ofrece, no es tan facil encontrar una experiencia similar satisfactoria. DOTA2, Heroes of the Storm, serán opciones interesantes, y válidas, y experiencias parecidas, pero nunca iguales.

    La responsabilidad de compra se relaciona directamente con los DLC y las cajas de Loot. Que cuanto más las compramos, más las validamos.

  15. Joker73R

    @pardnefzen dijo:

    @knon dijo:
    El concepto «votar con el bolsillo» me resulta terrorífico y una muestra de hasta que punto la lógica del mercado capitalista nos ha sorbido el coco a todos.

    El ciudadano tiene una oportunidad de votar cada cuatro años (en España) a su presidente. También cada tres años a sus presidentes regionales, y a sus alcaldes. Y aquí acaba su participación política.

    Sin embargo, el ciudadano usa su dinero todos los días. No hace falta ser un lince para darse cuenta de que VOTAMOS con nuestro dinero. Cada vez que compro una Coca Cola, estoy respaldando a esa empresa, y sus políticas. Y además, estoy dejando de lado otras opciones (Pepsi, marcas blancas, etc). Esto convierte al acto de comprar en un asunto de gran responsabilidad. Si sabes que Adidas emplea a niños en sus fábricas de Malasia, pero aún así compras unos zapatos Adidas, significa que validas que continuen empleando a niños.

    Hay que analizar las implicaciones de comprar una marca frente a otra, pero también la de comprar en unos grandes almacenes en vez de hacerlo en pequeños comercios, o en supermercados en vez de en tiendas familiares de comestibles.

    En videojuegos, la cosa no está tan clara, porque no hay «sustitutos». Es decir, si yo quiero evitar la marca Adidas, hay otras opciones que me ofrecen una experiencia muy similar y satisfactoria. Pero si quiero jugar al League of Legends por lo que me ofrece, no es tan facil encontrar una experiencia similar satisfactoria. DOTA2, Heroes of the Storm, serán opciones interesantes, y válidas, y experiencias parecidas, pero nunca iguales.

    La responsabilidad de compra se relaciona directamente con los DLC y las cajas de Loot. Que cuanto más las compramos, más las validamos.

    Estoy TAN de acuerdo con esto. Nadie es ajeno a las políticas empresariales y, desde la perspectiva de un empresario, si en su gráfica de beneficios ve que los mismos aumentan a pesar de hacer balones con piel de lince ibérico entonces entiende que la gente le está diciendo que ese es el camino.

  16. Heráclito (Baneado)

    Ah! Entonces los empresarios son buenos y la culpa es de los consumidores. Siempre se aprende algo nuevo.

  17. orwellKILL

    @heraclito
    los empresarios y los consumidores son personas. Las personas tienen la costumbre de mantenerse vivos y la tendencia de acercarse a lo que les gusta y evitar lo que les disgusta. Además les gusta tener opiniones y compartirlas. A veces incluso imponerlas.
    «Bueno» / «malo» son inventos, creados por personas, que no representan la realidad, pero son útiles, de alguna manera, para lidiar con todo eso y más.
    No es simple ser persona, neng

  18. Joker73R

    @heraclito
    Para nada, nadie ha dicho eso.

  19. Cyber_feniX

    @knon
    No creo que nadie defienda ni avale que votamos con el bolsillo sino que todos exponen que es el mundo en el que vivimos y no se puede obviar o estarás manteniendo el statu quo.

  20. PardNefzen

    @knon dijo:
    Esa mentalidad me parece terriblemente nociva ya que carga sobre el trabajador empobrecido la responsabilidad de los actos que las grandes empresas llevan a cabo para el enriquecimiento propio,

    Todas las empresas privadas operan por enriquecimiento propio. Eso es lícito, pero no justifica las prácticas poco éticas. Si una empresa, con el objetivo de aumentar beneficios, decide abusar de sus trabajadores, (por mencionar un tipo de abuso), eso está MAL. La responsabilidad de vigilar que no se produzcan esas prácticas está sobre los hombros compartidos de la ley, los consumidores y la empresa misma. Por tanto, la única responsabilidad como consumidor-votante es ser consciente de lo que compras-votas. No hay más. Informarte, primero, decidir comprar después. Si quieres ser un «activista» eso ya es otra cosa.

    @knon dijo:
    ademas de que da por sentado que el trabajador conoce todos los elementos necesarios sobre todos los productos que consume para poder hacer una compra responsable,

    En realidad el consumidor no sabe ni puede saberlo todo, porque no somos poseedores de toda la información. Pero tampoco somos tontos. Los casos de malas prácticas saltan a las noticias todos los días. En el mundo del videojuego, mismamente, con las cajas de loot, y sin embargo el consumidor sigue picando, engordando así el status quo de dichas cajas. O en el caso del desarrollo, los casos de crunch en empresas del sector. Prácticas que se han hecho ya «habituales», en palabras de altos cargos de empresas importantes. El usuario debería ser responsable aquí y decir «no os pienso comprar, como castigo». Pero en cambio, es muy común leer en foros lo contrario. «Que expriman a esos trabajadores lo que haga falta, pero yo quiero mi juego cuanto antes». Comentarios que denotan un pensamiento egoista y falto de empatía.

    @knon dijo:
    ademas de dar por sentado que siempre existe una alternativa ética

    Es que siempre debe haber una alternativa ética para los empresarios. Y si no la hay, es que directamente el negocio que mueven es ilegal. Pero si te refieres al producto en sí, es cierto. A veces no hay alternativa ética (el 97% de ropa consumida es de Malasia). Lo cual no significa que no seas consciente y actues en consecuencia, por ejemplo, limitando tu compra.

    @knon dijo:
    o que el trabajador tiene capacidad económica para consumir de dicha manera.

    El ejemplo de la ropa sirve para esto. Una camisa fabricada con valores éticos, quizás cuesta 30 veces más que una de Primark. Pero en el sector del videojuego, no se puede decir lo mismo. Una alternativa a un videojuego, como entretenimiento lúdico, puede ser un balón de futbol, un puzzle o un libro. Y videojuegos los hay a patadas.

    @knon dijo:
    Otro tema es si el boicot a tal o cual empresa es una forma valida de lucha contra la misma en detrimento de la lucha sindical de los propios trabajadores, y por que la primera opción se nos presenta continuamente como el camino a seguir mientras en los medios se nos denosta el segundo.

    Creo que ambas luchas son perfectamente compatibles y deben coexistir. La lucha sindical de trabajadores, sin el aval que dan las ventas de un producto, se hace cuesta arriba. Y viceversa. Un boicot, como dices, cuesta muchisimo de poner en marcha con garantías. En cualquier caso, yo en ningún momento hablo de boicot, sino de consumo responsable. Boicot es un acto concreto a una marca por el motivo que sea (por ejemplo, por ser catalán ha habido boicot). Saludos!

  21. kiovich

    Los «juegos» me han parecido bastante flojitos, al igual que el texto que los acompaña. Mucho mejor el primer tres minutos.

    A ponerse las pilas con el siguiente =)

  22. Tsalal

    @gauson dijo:
    El problema con los juegos políticos, comparados con una película, una canción o un libro, es que requiere muchos más medios y conocimientos técnicos al ser el videojuego un medio mucho más complejo y que el aporte lúdico de entretenimiento es más importante que en otras formas de arte.

    Un juego fuertemente politizado tiende a priorizar el mensaje al propio juego. Eso puede funcionarte en un ensayo o en una poesía, pero con un juego de mierda nunca vas a llegar más allá de tu público base. Cuando un juego es «bueno» a pesar de ser un cerullo, es nulo como herramienta de propaganda.

    Los juegos son más un espejo cultural que una herramienta para transformarla. Por eso los juegos culturalmente críticos suelen ser minijuegos flash hechos por estudiantes sin preocupaciones o proyectos de pasión hechos por equipos muy pequeños, más hobby que otra cosa.

    Una de las razones por las cuales la gente huye de los juegos politizados (y, en lo que a mí atañe, la principal) es simple y llanamente porque son malos juegos.

    Sin ir muy lejos Papers, Please rompe todo tu comentario. O This War of Mine. Y si entendemos que la economía está ligada a la política la saga Bioshock hace un buen repaso a diversas formas de política y economía con un claro mensaje de porque se malogran independientemente de su orientación.

    Los juegos son más un espejo cultural que una herramienta para transformarla. Todo tipo de arte es un espejo cultural más que una herramienta de transformación, afirmar eso y afirmar nada es lo mismo. El Arte puede transformar el mundo pero el primer paso es reflejarlo. De la misma manera que si no se reconoce el problema no se puede plantear una solución.