El chiste del coronel y el eclipse

Shitstorms: la comunidad digital y el pensamiento negativo

Shitstorms: la comunidad digital y el pensamiento negativo

Las shitstorms, los insultos masivos hacia un individuo o un grupo concretos (véase el boicot a Fernando Trueba, por citar un ejemplo reciente), han abundado  tanto estos últimos meses que incluso esta casa ha flirteado peligrosamente con el abismo. De hecho, parece que la comunicación óptima por internet deba ser, directamente, una shitstorm. En este artículo se desarrollarán dos puntos de vista que consideran que este fenómeno es constitutivo de internet y no un mal uso de las redes sociales. Insistiré una vez más: no hay ninguna voluntad de posicionamiento detrás, salvo, quizá, el propósito de articular un texto que aporte algún punto de vista relevante sobre tal fenómeno. Este artículo no trata sobre videojuegos, aunque, dicho sea de paso, para Charlie Brooker, autor de la serie Black Mirror y el documental How Videogames Changed The World, Twitter es un videojuego, así que haremos el ejercicio de aceptarlo como premisa.

Considerar que las shitstorms, las «tormentas de mierda» que Fundéu propone traducir como «linchamiento digital», son un error, un desvío, de un diálogo, implica una fe desmesurada en el clásico modelo de la comunicación de Roman Jakobson. Este modelo, para simplificar, pone de un lado al emisor y, del otro, al receptor; ambos roles son, al mismo tiempo, intercambiables. En medio queda el mensaje (ya es mucho presuponer que el mensaje está en medio y no en ambos extremos, uno para receptor y otro para emisor: dos mensajes distintos, en fin), formulado mediante un código en un canal, es decir, en lengua escrita y en español, y en internet, como este caso. Todos estos elementos sumados conforman el contexto comunicativo.

Lo habitual es afirmar que si la comunicación falla es que en algún punto se ha producido un deslizamiento. Pongamos por caso que el Emisor 1 afirma A, pero el Emisor 2, que responde, considera que A’ es una tontería, a lo que un Emisor 3 añade una burla hacia el Emisor 1 por haber afirmado A’. Es un simplificación que puede ilustrarse con un ejemplo doméstico. El Emisor 1 afirma que no ve la televisión (A), pero el Emisor 2 considera que opinar que la televisión es mala (A’) es absurdo. El Emisor 3 llama moralista rancio al Emisor 1. Todos estos comentarios se parecen porque hablan de lo mismo, pero afrontan de distinto modo una explicación de los hábitos de consumo televisivo. El Emisor 1, en realidad, no estaría asegurando que la televisión sea mala, como afirma el Emisor 2, o al menos es tan plausible afirmar esto como que no tiene televisión (A») o, más exagerado, que la televisión le provocó ceguera (A»’).

Si uno quiere corregir esto malentendidos pretenderá hallar el eslabón roto del modelo. Lo recomendable será tratar de restaurar el mensaje inicial (A), volviéndolo a explicar, repitiéndolo, etc. Pero Jakobson se basaba en un diálogo con escasos emisores. No contemplaba, por ejemplo, la proliferación prácticamente infinita de emisores y receptores, la imposibilidad de modular los mensajes en la medida en que crecen exponencialmente (el mensaje A ya ha quedado sepultado por las afirmaciones del tipo A’, que pasan a tomarse como verdaderas por un hipotético Emisor 135) o que los emisores sean irónicos y malintencionados al mismo tiempo, afirmando cosas que saben no haber leído o ignorando por completo los intentos del Emisor 1 de restaurar su mensaje inicial. Tal restauración, en una shitstorm, es imposible. El torrente de mensajes invalidan por completo a quien pretenda razonar según un esquema de diálogo, que pasa a hacer el papel de ridículo espantapájaros ante a la marabunta.

En su peculiar estilo sintético, Byung-Chul Han (En el enjambre, 2014) considera que algunas características de internet dejan la puerta abierta a las shitstorm. En primer lugar, la red es eminentemente anónima y en medio de una oleada de reproches colectivos cualquiera puede adherirse a la shitstorm. Entre la masa, el que increpa se confunde con el de al lado. Si cabe imaginarse, y es un ejercicio de imaginación banal, quién es el primero en insultar, si es que hay un primero para cada shitstorm, el argumento es el mismo: se escuda en su perfil anónimo. El nombre, además, es una identidad fija, y cada acción de una identidad se añade al pasado de cada nombre (lo que comúnmente llamamos biografía). Si no hay nombre, se puede actuar sin pensar en las consecuencias. En segundo lugar, la red está presa en la simultaneidad de los acontecimientos: las noticias circulan a la velocidad del flujo de datos y las respuestas de los usuarios son siempre inmediatas. Así, se pueden generar estados de opinión irreflexivos (más bien impresiones) precisamente porque los mensajes se leen y se publican en segundos. En último lugar, la red pone, aparentemente, en el mismo nivel a la autoridad (un político, por ejemplo) y al usuario: la autoridad debe saber desenvolverse como un usuario, y el usuario tiene, entre sus favoritos, a la autoridad. Hay algo así como una tendencia (nunca lograda) de horizontalidad, lo que significa que la autoridad se esfuma. Si la autoridad que se tiene en los contactos es un igual, entonces no hay ningún motivo para no insultarle como se insultaría a cualquier compañero de trabajo. Para Han, en el vacío que deja la autoridad afluye la tormenta de mierda.

Estas tres ideas, a saber, el anonimato, la irreflexión y desjerarquización siguen contemplando el modelo de la comunicación, pero lo corrigen. Los emisores deberían tener nombre (no basta con ser el Emisor 1 y el Emisor 2), el contexto de comunicación debería permitir al menos un margen de tiempo para que las reacciones reflejas se conviertan en respuestas reflexivas, y, finalmente, deben respetarse mutuamente. Han añade nuevas dimensiones al esquema de la comunicación (el nombre, el tiempo y el respeto) para conservarlo prácticamente intacto.

Una vez más, la comunicación fracasada y las shitstorms son aquí desvíos del esquema. Sin embargo, para Paul Virilio y Jean Baudrillard esto no es lo fundamental. 

Shitstorms: la comunidad digital y el pensamiento negativo

Paul Virilio aceptaría el segundo argumento de Han: la irreflexión de las redes. De hecho, he formulado el segundo argumento en términos típicamente virilianos (reflejo-reflexión). El urbanista francés se interesa por los trayectos, por los espacios del movimiento. Considera, en pocas palabras, que el ejercicio de poder se despliega en el control de los trayectos: los caminos, las redes ferroviarias y digitales, etc. Instalar una red ferroviaria equivale al dominio político del territorio. Además, un sistema político impone sus propios ritmos: la democracia se desarrolla en espacios públicos centralizados (la plaza) y exige un cierto reposo (reflexión). Una democracia que circula a gran velocidad está amenazada porque para deliberar es necesario un tiempo lento. Por eso Virilio (Velocidad y política, 1977) acuña el término dromocracia: dromos significa, en griego, «carrera». Es el gobierno de la carrera, no del demos (traducido comúnmente como «pueblo»). El control de los trayectos y de sus vectores (caminos, carreteras, autopistas de la información) significa, pues, controlar el territorio, el flujo de capitales, la circulación humana, etc.

Si he explicado brevemente el pensamiento de Virilio es porque, aunque acepte parte de la crítica de Han, concluye que las redes sociales son el límite último de los flujos de comunicación. Nada puede circular más deprisa que los datos. Alcanzado este punto de no retorno, las categorías sobre el diálogo y la democracia desaparecen. A este ritmo no cabe pensar ya más en ningún modelo de comunicación: la velocidad de la luz, la velocidad última y la tecnología que la ha posibilitado, imponen su propia lógica. Parece evidente que esta tecnología y la configuración social de la que emana (o viceversa) permite, por un lado, la comunicación y, por otro, su opuesto, la desconexión. En otras palabras, la tecnología es capaz de desplegar su mejor versión y también la peor.

Paul Virilio no entra a valorar la distribución de la positividad y la negatividad de cada nueva tecnología (una hipotética pregunta el tipo: ¿cuánto de negatividad tiene que existir para que la comunicación se convierta en desconexión?). Se limita a constatar que todas incorporan, a la vez que su función (y su disfunción), su accidente. El accidente no es una disfunción: la disfunción es lo que hace que una tecnología operativa se vuelva inoperativa. El tren, por ejemplo, no se mueve porque se ha roto. El accidente es una negatividad radical. Esto significa que la tecnología, para Virilio, se puede comprender de tres maneras distintas: como positividad (función), como colateralidad (función paralela y disfunción) y como negatividad (accidente). 

Shitstorms: la comunidad digital y el pensamiento negativo

He separado en tres términos su análisis sobre la tecnología por una razón sencilla. La colateralidad determina el ámbito de la tecnología y, por decirlo así, modifica la cognición (o la percepción) de quien la conoce, aunque no se use. En el momento en que se construye una autopista el territorio ya no vuelve a ser un trayecto de caballos. Aunque no se use (colateralidad), el territorio y la percepción de las distancias han cambiado. Ir al trabajo equivalía recorrer cinco kilómetros en quince minutos; ahora, hay que recorrer treinta kilómetros en el mismo tiempo. Más aún, la colateralidad es, en ocasiones, la antesala del accidente. Por decirlo de manera muy gráfica: la era de la disuasión atómica durante la Guerra Fría implicaba no usar armas nucleares pero era necesario que se tuvieran para crear el clima de tensión política. El accidente es aquella consecuencia negativa de esta tecnología: la radiactividad, el exterminio, las muertes…

Virilio recuerda a que la radiactividad es a la bomba atómica lo que la interactividad es a la bomba informática: una contaminación comunicativa, el envenenamiento del medio.

El tren inventó el descarrilamiento, simultáneamente al transporte de mercancías y pasajeros en un incremento de las distancias y una disminución de tiempo empleado (en relación al caballo, por ejemplo). El equilibrio, si lo hay, no se conoce y su concepción del «accidente» lo subraya. El accidente es, para Virilio, «un milagro laico». Esto significa que, como el milagro religioso, es inesperado, aparece como una fatalidad. Todo funciona hasta que, repentinamente, se genera la catástrofe. El accidente es esa negatividad latente que puede aparecer en cualquier tecnología. No se trata de adoptar el rol del profeta que anuncia el apocalipsis sino de conocer las condiciones materiales en las que podría ocurrir una catástrofe tal. La negatividad, además, es independiente de las consideraciones éticas sobre el buen uso o el mal uso de la tecnología: aunque exista la voluntad de un uso benéfico de un medio, su negatividad está pegada a ella como su sombra y aparece al mínimo cambio de luz.

En cambio, Jean Baudrillard si esboza una distribución de fuerzas, pero es una distribución paradójica. Las nuevas tecnologías (pero no solo ellas: también la política, la sociología, etc.) proponen una positividad absoluta (lo que él llama el Bien). Esto significa, por ejemplo, que el objetivo de internet no es solo la conexión entre dos nodos separados, sino la conexión global de todos los nodos; más aún, es la proliferación de nodos en todas partes; incluso más: cada hombre y cada mujer es un nodo, y cada objeto, también (el internet de las cosas, lo llaman ahora). Todo lo imaginable se interconecta en una inflación sin fin de internet.

La conexión implica la comunicación, la transmisión de información entre un nodo y otro. Así pues, internet es la comunicación mundial, la inflación de la comunicación o, en sus propios términos, una metástasis de la comunicación. Y es en este punto de ebullición donde encontramos la ruptura de equilibrio: la positividad absoluta genera su negatividad (el Mal, pues). A la imposibilidad de imponer el silencio (un principio negativo en relación al mensaje), en la comunicación le sucede el ruido, la implosión, la descomunicación, la desocialización. Si un diálogo es un intercambio de posturas equivalentes (no iguales) entre dos personas que hablan y se escuchan, la comunicación no tiene equivalente porque es un exceso de información sin silencios. En otras palabras, al exceso de comunicación le sucede la shitstorm.

La dualidad planteada por Baudrillard tiene implicaciones metafísicas y epistemológicas. Observa que la ciencia médica se ha lanzado a la neutralización absoluta del cuerpo: sin enfermedades y en un entorno aséptico, el ser humano ha creado un espacio aislado en unas condiciones de supervivencia materiales que se aproximan a la pura abstracción (¿es posible un mundo sin enfermedad?). El Bien más radical, la hiperpositividad, blanquea el cuerpo. Pero la dualidad, que incluye también su correlato negativo (el Mal), es reversible, y allí donde le asepsia impone el reino del Bien se genera el Mal precisamente por la proliferación de la positividad. De ahí su metáfora más habitual: la metástasis. Las células dejan de autodestruirse (apóptosis), portadoras de su propio Mal, para buscarlo más allá de sí mismas, en su repetición.

(Aprovecho el momento de gloria para insistir en una idea relacionada con el tema que nos atañe y que está en la base de las críticas que recibe Baudrillard, a menudo de forma injusta. Se trata de las disputas que viven a remolque del concepto de «simulacro» —y de «hiperrealidad», a veces intercambiables. A diferencia de lo que se afirma comúnmente —como Vargas Llosa, por citar un ejemplo célebre— el simulacro no es lo falso, la mentira o la ficción, se entiendan como se entiendan estos. Es más preciso considerar —y por eso he escrito ambos conceptos juntos—  el simulacro y la hiperrealidad como una realidad más real que la realidad, como una realidad redoblada, proliferada. Pensemos en los mundos virtuales: no se imponen sobre un sustrato real para negarlo, sino que se convierten en modelos perfectos, computerizados, con todas las variantes controladas, de modo que lo imprevisto desaparece: los mundos virtuales se caracterizan por la liquidación de la ilusión, que era lo que se contraponía a la realidad para hacerla tambalear. Cuando la realidad ya no tiene rival, entonces se vuelve hiperreal.)

Shitstorms: la comunidad digital y el pensamiento negativo

Esta metáfora, tan cara a Baudrillard, sirve también para la Comunicación: en el espacio del flujo libre de información y de datos, en la utopía democrática de la horizontalidad —que Sloterdijk llama «principio de la indiferencia»— y de la participación pública constante, el Mal se toma su venganza en forma de hipercomunicación: cansancio y rechazo espontáneo de la comunicación, las masas se lanzan a una negatividad radical. La comunicación implosiona por exceso. A este principio negativo Baudrillard lo llama Metafísica del Mal (El intercambio imposible, 2000). Bien y Mal son intercambiables entre sí sin relación causa-efecto: no se produce el intercambio por una serie de hechos que, dadas unas leyes generales, dan lugar a unos efectos. Dicho con un ejemplo trivial: no es una medida política particular o un análisis de The Last Guardian lo que crea el descontento de la shitstorm. Lo contrario es cierto: en este intercambio los efectos van antes que las causas (formulación típica de Baudrillard, algo que él caracteriza en Las estrategias fatales [2000] como «pensamiento paranoico»). El Mal aparece; las causas, si son posible, vendrán después. La shitstorm genera su propias causas: se buscan en determinadas políticas o en textos concretos, pero la shitstorm ya estaban antes.

En este sentido, para Virilio y Baudrillard las shitstorms y una potencial propagación del accidente comunicativo, para el primero, o la «proliferación fractal» de datos, para el segundo —algo que puede interpretarse como una democracia de lo peor: el peor candidato vence en las elecciones, la peor propuesta de infraestructura sale ganadora; a la larga, las peores opciones mandan— están inscritos en el código de la tecnología digital, transformando el sueño de la democracia directa en una oclocracia (gobierno de la muchedumbre) virtual y furibunda amenazada permanentemente por el colapso.

Como explicaba en la introducción, este artículo no persigue justificar o rebatir las shitstorms, sino, sencillamente, esbozar el pensamiento de tres autores que ya han abordado esta cuestión directa o indirectamente. Con ellos se proyectan además formas diversas de concebir la comunicación que, quizá, puedan explicar cómo nos organizamos, participamos y nos hacemos visibles en internet.

  1. Cable

    Seguramente mi comentario vaya a preceder a muchos que llamen a este artículo un «tostón pseudoacadémico», como ha pasado en muchos otros artículos escritos por ti (o vosotros, si es que F es el pseudónimo de un grupo), y me gustaría imaginar por qué:

    Me lo he leído entero un par de veces y no he sabido de qué has querido hablar hasta que me lo has recordado al final del texto, con lo que me gustaría hacerte una crítica (que no pretendo sea destructiva en absoluto): intenta ceñirte a lo que quieres contar y desglósalo.

    Si querías «esbozar el pensamiento de tres autores», creo que la mejor manera de hacerlo hubiera sido abriendo a cada autor con sus citas y terminología propia y luego simplificando éstas para que puedan aplicarse por lógica y sentido común a lo que quieres hablar (juegos/rrss). En vez de eso, tus textos se leen un poco como una sopa de referencias.

    ¿El texto iba sobre las shitstorms? Vale, escribe este texto, déjalo macerar un par de días y cuando vuelvas, quita todos los párrafos y referencias que ni hablen de shitstorms ni sean necesarios para explicarlas. ¿El texto iba sobre autores? Vale, entonces deja claro dónde terminan los límites de un autor y empiezan los del otro. Si hay cross-over entre ellos, no es necesario apuntarlo detalladamente, si el texto está bien escrito y el lector es bueno se deducirá solo.

    Un ejemplo de un artículo que me gustó mucho cómo estaba redactado es este (de hecho he pensado que sería tuyo al recordarlo): http://www.anaitgames.com/articulos/e3-lectura-barroca-vanidad

    Un saludo, aprecio mucho la intencionalidad de lo que escribes y me gustaría que tu ejecución fuera mejor para que todos la pudiéramos apreciar. Besis suaves.

  2. Minsc

    lo leo luego con calma pero dejo mi resumen de las tormentas de mierda:

    SOMOS TODOS GILIPOLLAS.

  3. mio_tony

    El PP está trabajando en ello: las shitstorm serán ilegales en breve, y las risitas también.

  4. Preacher (Baneado)

    Yo tampoco he entendido un carajo pero aplaudo que el artículo no vaya sobre feminismo. De hecho es un tema bastante interesante, es una lástima que esté escrito como el Dark Souls de los artículos.

    Este comentario ha sido publicado sin ánimo de ofender a ninguna persona o colectivo y puede no representar mis opiniones y/o puntos de vista.

  5. JuslibolLord

    pues yo lo he leido, lo he entendido, tiene poco o nada que ver con las shitstorms (yo venia buscando salseo de enajenados de twitter) y me queda claro que los tres autores no tienen ni idea de medios de transporte, de energía atómica y radiación, y probablemente de Internet (como casi cualquier filósofo de este palo).

    Me gusta y mucho que tratéis de aportar algo más allá de lo convencional con estos artículos, pero este en concreto se van tan por los cerros de ubeda y da tantas vueltas sobre si mismo que se queda en nada (mucho ruido y pocas nueces que se dice).

  6. Hbarra

    Apasionante lectura….
    Enhorabuena al autor.

  7. Gerir

    Me encanta la literatura.

    Soy un devorador de libros.

    En especial soy un fanático de la literatura rusa, que ya sabréis muchos lo densa que es.

    La redacción de este artículo añade un nuevo matiz a la palabra densidad.

  8. Reisor

    El artículo que emocionó a Spielberg.

  9. gonzalo_ht

    A mi me gustan este tipo de artículos. No me las voy a dar de entendido de nada, todo lo contrario de hecho, he tenido que leer y desglosar varias veces algunos párrafos para comprender bien los conceptos a los que se hacía referencia.
    Por no hablar de que desde luego ni conozco ni he oído hablar de los autores que se mencionan ni de sus teorías, por eso mismo me gusta leer conceptos y teorías, y formas de expresarlas, ajenas a lo que suelo buscar habitualmente.

  10. pepeborton

    Muy bueno el artículo.

    A veces me asustan un poco las determinaciones que la tecnología impone al ser humano, sobre todo en el sentido de lo invisible de aquellas, o de como este último las acepta como «naturales». Sin embargo, me sorprende cómo los investigadores una y otra vez intentan definir los límites reales de tales determinaciones y cómo pocas veces se ponen de acuerdo en dichas tareas. Así, lo Accidental o las Potencialidades del Bien y del Mal, se asemejan a formulaciones visionarias que se deben más a autorías particulares que al legado de la Verdad buscada y anhelada. Es de perogrullo afirmar que a cada afirmación le corresponde un autor, pero en estos tiempos de opiniones y discusiones masivas, la Verdad ha perdido entidad, y la reflexión profunda parece que ha pasado ser síntoma del obsesivo, o al menos, a presentarse como simple juego del pensar.

    Animo a más de estas publicaciones.

  11. Zapp Brannigan

    Creo que si hemos leído a F otras veces deberíamos saber que sus textos son exigentes: establece una muy amplia nomenclatura sin redundar demasiado en ejemplos y tienes que aprenderla rápido; hace mayor hincapié en establecer vías de interpretación que conclusiones (hay gente que no está acostumbrada a eso); intenta condensar mucha información en poco espacio; se preocupa más de que lector no se aburra que de atenerse a una cadencia en sintonía con el ritmo al que solemos leer artículos en internet (por eso suelta conceptos tan rápido, supongo); etc.

    Pero si lo lees despacio se entiende bastante bien.

    PS: a mi twitter me da miedo. Si aceptamos la idea de Charlie Brooker de que es un videojuego, lo veo como un puto bullet hell de prejuicios, ironía, presunción y gregarismo.

  12. Fernando Benito

    Este artículo tiene introducción, tres mil ideas vagamente relacionadas con el tema introducido y conclusión. La verdad, creo que depurar un poquito y atenerse al tema mejoraría mucho estos artículos que tienen buena base.

  13. von Gott

    Algo denso por lo abstracto y metafórico de algunas partes, pero muy interesante :bravo: :bravo:

  14. Yurinka23

    El artículo se me ha hecho demasiado largo y pesado, lo he dejado por la mitad. Recomendaría resumir un poco e ir más al grano con los textos de este tipo, partir los párrafos en otros más cortos e introducir títulos/subtítulos o crear bloques con la maquetación para dividir el texto en diferentes partes cuando se acaba haciendo muy grande. Creo que eso ayudaría a hacerlos más fáciles de leer en una web.

    El documental me ha gustado mucho, no lo conocía.

  15. jaeTanaka

    Un artículo de opinión es por naturaleza, subjetivo y por tanto sesgado. Que el único ejemplo de «linchamiento digital» sea el sufrido por Trueba, cuando el mundo de los videojuegos está sufriendo el acoso y derribo más salvaje por parte de los Social Justice Warriors es muestra de ese sesgo. Me hubiera gustado ver un ejemplo sobre videojuegos en una web sobre videojuegos (que no se limita a quedarse en los muchiflops).

    No estoy criticando el contenido del artículo en si (impecable en cuanto a documentación y redacción, creo yo), sino simplemente resaltando eso, que es sesgado. Un texto de opinión sesgado no es malo, más bien todo lo contrario. Opinar sin posicionarse no creo que sea posible (excepto si eres Rajoy).

  16. eisenyer

    Que quejicas, a mi F me parecer el mejor escritor de anait, y celebró cada publicación suya

  17. DrTenma

    una vez más, un artículo muy interesante @f. Creo que estoy muy cercano a la idea de Virilio, sin saberlo hasta ahora xD Creo que internet «únicamente» permite mayor comunicación (ni buena, ni mala, sólo más) y, por lo tanto, se multiplican sus ventajas y sus inconvenientes.

    Una cosa que no ha salido casi en el artículo (porque sólo se trata la comunicación y no las diferencias entre los agentes que se comunican) pero que creo fundamental es el anonimato dentro de internet. Anonimato que oculta detalles tan elementales como la edad del intercomunicador.

    Creo que merece la pena reflexionar sobre la comunicación en sí misma justamente para llegar a comprender la nueva sociedad en la que vivimos.

  18. kimbauer

    Podemos entender las tormentas de mierda como lugar de reunión de la multitud solitaria? Una aglomeración en la que dotarse de identidad? Expresión de la violencia intrínseca que acompaña al individualismo de masa? NO SE

  19. DrTenma

    @f tienes toda la razón, hay mucha mentira en una shitstorm. Se engaña, se echa leña al fuego por diversión, etc. Desde luego es un conjunto de factores que no se pueden ignorar.

    Sobre la masa, curiosamente ‘Men in Black’ tiene una de las mejores frases al respecto: «el individuo es inteligente, la masa estúpida». Resume muy sencillamente esa idea de pérdida de la responsabilidad e, incluso, de la capacidad de razonamiento.

    Me apunto el texto de Virilio a ver si puedo ojearlo, muchas gracias 🙂

  20. losfrikisincomprendios

    No quería quedarme atrás en esta magnifica oda a los [b] Millennials incomprendidos [/by la generación de «todo me ofende». Una revisión anti-causalidad y mediática, que asemeja al gran hermano orwelliano.

    Si lo pensáis ¿qué es una tormenta?. Es algo que no viene de la nada y es causal, no anticausal. En mi tierra los ladrones les linchan y no es anticausalidad. El linchamiento es una acción comunitaria causal en la búsqueda de la justicia, que no la da la autoridad, ni la república.

    Es fácil argumentar bajo esta anticausalidad cosas como el siguiente dialogo:

    Esposa : Amor pasadme la ensalada
    Esposo: Acaso soy tu @+-* @##$%
    Esposa: Pues vete a la @+-* @##$%

    Esto no es solo un argumento de paja similar al vuestro, sino anticausalista. Es solo un fragmento de historia de un obtuso y limitado ojo de micrones de diámetro. Sin embargo en «el derecho» pudiera ser más parecido a una agresión verbal. Aun así hasta para ahorcar a un reo necesitáis una causa, sin obviar un juicio de autoridad.

    Me pregunto entonces, si en algún momento os delegamos la autoridad moral-ética a vosotros los medios de comunicación. De ser así, pues no he participado en tal referendo y no parece se muestre como algo democrático.

    El problema epistémico es una tontería de sí A sabe B sabe ni A tiene una creencia justificada de lo que dice B, viceversa. Palidece ante tan vagos argumentos.

    Cuando propones la complejidad del mensaje optaría por ver la INTENSIONALIDAD DEL MENSAJE, en cual todos los medios sois iguales. Es claro que el titular lo es todo, pero en medios como estos el titular no se relaciona con el contenido, vuestro objetivo es conseguir la visita fácil, el «click buy».

    Si A ve un titular, pero A ve que el titular no tiene relación con el contenido y ademas es solo un info-comercial amañado a ciertos intereses. A pensara sobre la banalidad del contenido, daría como causal de vuestro linchamiento. Pero os la lleváis barata con una simple cadena de agresiones verbales. No solo os hacéis las victimas, sino que agredís a los Hooligan y fanáticos. Solo os victimizais.

    Ahora bien, el desconocer el rostro no los hace menos anónimos en este mundo digital, las IP no es ANONIMATO. Parece que en ese mundo elevado en el que vivís olvidáis el sentido de cada IP. Pero os recuerdo la IP da referencia de la ubicación de cada individuo, nos tomáis como tontos pero el control de la Internet supera vuestro vago conocimiento. A caso un mega hacker que oculta su IP no preferiría vandalirzaros que insultaros.

    En el afán de vender a A un contenido que no es para el, lo atraéis para que os mande a la $%&&. Es fácil insultaros porque el A tanto como otros tantos A os pagan las facturas, vosotros os vale porque tenéis vuestros medios, pero es general a otros medios.

    B le vende a A creencias no justificadas, pero B cree que el derecho de esta venta lo exime de la causalidad de ser juzgado por A como por otros A. Un solo A es fácil de ignorar, es solo una mosca en el universo de otras opiniones. Cuando es un conjunto de A*n sí os preocupáis ya que atenta con la intensionalidad del mensaje, entonces EL MENSAJE HA FRACASADO!!. Es este el universo que queréis ignorar.

    En otras palabras, cuando veis un grupo de fanáticos os preocupáis, tanto en la red como la vida real, no vais a mentarles la madre, no solo porque sean anónimos, sino porque son más que vosotros. Eso no os daría para pensar antes de formalizar la intensionalidad del mensaje y la causalidad de la respuesta, o solo os victimizais.

    Los medios amáis el fascismo franquista porque os garantiza menos detractores y más audiencia. o ¿»caminos cerrados»?

    El carácter subjetivo contamina estos sitios, Esta falsa moralidad en donde algo puede ser negativo o positivo, ambos excluyentes a vuestros intereses. Pero, ambos son solo una probabilidad y el azar de los eventos. El carácter subjetivo da el sentido de negatividad. Sin embargo fracturarse una pierna es una posibilidad como estar sano, un juicio SUBJETIVO!!!.

    Si os critican es claro es negativo para vosotros, pero es positivo para el que critica. La relatividad es la relatividad aun sin Einstein.

    Cerrando esta locura y como todo trata de la defensa de «Millennials incomprendidos» o de «Sean Murray» , queda claro que de paso defender a SONY. Si reafirmamos a la posibilidad de las múltiples realidades o multiversos. Con solo considerar teoría de grandes números y bootstrapping estadístico, nuestro universo estaría muy próximo a la media donde la acción de «mentir» sea «NEGATIVA».

    En el mismo sentido la causalidad y el juicio al «Millennial incomprendido » Sean Murray y SONY. No vivimos en un universo donde «la mentira» sea permisible o sea NO NEGATIVA. Como evento causal se da un Linchamiento , por tanto NEGATIVO al juicio mercantil, no es como llamas un ShitStorm no-causal y ademas esa gran cantidad de desperdicios de citas autocomplacientes.

    Los intereses comerciales pululan estos medios y no podría culparos de algo deberías vivir. Sin embargo si os considerarais dueños y señores de la verdad, así y solo así viviríamos en un universo NEGATIVO SHITSTORM NO CAUSAL donde solo sois victimas y los nenes Millennials se ofenden por todo!!