Immersion, ¿bofetada o guiño?

No sé exactamente qué pretendía la New York Times Magazine cuando realizó este vídeo. Porque la gracia del tema es que no hay «tema», sólo una sucesión de niños jugando y mostrando sus emociones, lo cual no me parece en absoluto algo malo. Pero como soy muy malpensado, el hecho de que los sujetos que aparecen en el vídeo sean menores de edad y que todos estén jugando a juegos de disparos, que en su mayoría son para mayores de 16 como poco, me induce a pensar que esto se trata de otra copiosa meada de la prensa generalista sobre el ya castigado rostro de la industria videojueguil. Juzgad vosotros mismos. Y es que la mayoría de reacciones despiertan cierta sensación negativa de vergüenza ajena. Desde el crío que llora (¿?), hasta el que celebra su victoria (en el CoD4, creo) con bailecitos ridículos, pasando por la niña de aspecto autista, con ojeras y un futuro repleto de bolsos de Pesadilla Antes de Navidad, hojas de afeitar ensangrentadas, y novios flacos de flequillo largo y sexualidad confusa. Por otra parte, me gustaría que hicieran el mismo tipo de vídeo enfocando las caras de gente practicando otras actividades lúdicas como, qué se yo, ver la Premier League, masturbarse con Tube8, o leer a Dostoiesvski desnudos en el césped de la Plaça de Catalunya. Sería tan interesante y a la vez absurdo como en este caso. ¿No?