#movil

Después de lo de Francisco Camps y el jurado popular creía que ya estaba todo inventado en materia humorística judicial, pero nada más lejos. Los chavales de RC3, el estudio que desarrolló un jueguico para móviles llamado Joustin’ Beaver, han sacado sus santas pelotas a pasear para alegrarnos el día con la demanda que han interpuesto contra Justin Bieber, infame estrella del pop y persona de esas que dan mucha rabia.

Parece que de negreros está el mundo lleno, incluso en una industria floreciente y riquísima como la que nos ocupa. Si hace poco nos hacíamos eco de que el jefe de Team Bondi está mal de la quijotera y que Rockstar lleva ya un tiempo bajo la sospecha de ser un nido de esclavos, hoy es la gabacha Gameloft, objetivo habitual aunque merecido de nuestras manías, la que ha sido acusada por un exempleado de pasarse los convenios por el forro de los bajos.

Como bien preveía Pep, no se trata de un juego, pero tampoco su especulación sobre motores gráficos y tecnologías daba del todo en el clavo. Al final resulta que Bungie Aerospace es una iniciativa pensada pata echarle un cable a las pequeñas desarrolladoras a la hora de encarar su entrada el mundo de los juegos sociales y para móviles. Lo que no tengo muy claro es si esto dará buenos frutos o será como regalar tanques a los talibanes.