Otro grupo de veteranos que pasan de las consolas a los móviles con la fórmula mágica para juntar lo mejor de ambos mundos.
El asunto de los jodidos clones ya lo tenemos más que condenado por aquí, así que hay poco que nos pueda sorprender. Y de entre ese poco, lo de hoy: en Pocket Gamer han investigado a fondo la App Store de Apple y han concluido que se suben una media de 60 clones de Flappy Bird diarios a la plataforma, 2,5 por hora, uno cada 24 minutos.
Allá por agosto os hablé de Tales of Link, una nueva entrega de la saga Tales de Namco dirigida a móviles y que debería haber salido en Japón a finales de año.
Obra de los dos zagales turineses que componen el estudio indie Mixed Bag, forma.8 se autodescribe como «una visión personal de la fórmula clásica de metroidvania, un proyecto que empezó hace dos años como un pequeño concepto de mecánica de juego en un sistema experimental de control en plataformas táctiles que evolucionó hacia una aventura de proporciones épicas.»
Siguen las deprimentes peripecias de Clementine en el postapocalipsis zombie de Robert Kirkman con esta segunda temporada donde todavía no acabamos de tener claro si mejor solo que mal acompañado. Este segundo episodio lleva por título A House Divided y el tráiler viene a dejarnos claro que si la convivencia ya se hace difícil cuando toca bajar la basura, con la muerte acechando a cada paso ya ni hablamos. Llega el próximo 4 de marzo.
¿Os acordáis de que Tony Hawk dijo el otro día algo sobre un juego nuevo «muy molón» y que Activision no tardó en confirmarlo? Bien, pues ya sabemos de qué va la cosa: se trata de otro juego para móviles. Dinerico fácil, rápido y sin riesgos directo al bolsillo de el amigo Tony y sus socios encorbatados de la distribuidora.
Seiken Densetsu es otra de esas sagas clásicas con las que parece que Square Enix no sabe bien qué hacer. Tras las tres excelentes primeras entregas…
Este juego de iOS y Android, gratuito y arcade, nos alegra la mañana con un tráiler de top 10.
Minecraft, ese abismo de perdición donde ingenieros en paro y niños de doce años se dan la mano, ha servido para auspiciar un nuevo homenaje a un juego sobre el que han corrido ríos de tinta estas semanas. Flappy Bird, el jueguico que le cambió la vida a un vietnamita con demasiado sentido de la responsabilidad, desapareció de las tiendas digitales para no volver jamás y dejarnos una estela de clones a cada cual más flagrante y asqueroso. Ahora podemos jugar lo que parece un «port» a Minecraft, una máquina recreativa virtual donde una pobre gallina cuadriculada se ve obligada a ser cómplice de nuestros feroces vicios.
Por esos entornos metidos en un libro desplegable, un poco mezcla de Okami y Tearaway, Tengami debería interesarme mucho más de lo que me interesa.