SOCOM Confrontation: la pandemia del siglo XXI

Los jugadores, los redactores, los gurús y los quejicas en general nos quejamos muy a menudo —como buenos seres humanos aficionados a LO QUE SEA— de cómo tenemos el panorama. Que está hecho unos zorros, mira: los calcetines por ahí tirados, los juegos casuals, las revistas amontonadas, los no-juegos, la Wii, la cama sin hacer… Pero los jugadores tradicionales —me cansa eso de llamarlos hardcore cuando muchos son blandos hasta el punto de ser nintenderos— deberíamos hacer examen de conciencia y acabar con nuestros vicios antes de ir señalando los de los demás. Sin duda una de las lacras que debiera ser erradicada antes que cualquier otro problema de los videojuegos es el online. Estúpido y adictivo, sin apenas margen para la evolución y un requisito que no se reclama, ¡se aclama! en los foros que crean opinión en el mundillo. Es el refugio de los fanáticos del sedentarismo y de los drogatas que sólo buscan su dosis sin importar la calidad de la misma. Un lastre en cualquiera de sus formas. Debería ser regulada la aparición del mismo —aun como modo de juego adicional— con permisos entregados únicamente a aquellos desarrolladores que han probado su valía en el difícil campo de hacer un juego decente en red. Aun a riesgo de parecer precipitado diría que Slant Six Games no están entre esos desarrolladores. Si no habéis oído hablar de SOCOM: U.S. Navy SEALs Confrontation en AnaitGames es porque es un juego de PlayStation 3 —¡BAM! con suerte habrá una vaga referencia en algún evento grande— exclusivamente online y trata exclusivamente de llenar de plomo al personal y, sinceramente, los que conformamos el ala sonyer de la web estamos por encima de eso. Pero el caso es que ahí está. Con sus groupies y su parafernalia de hype obligatoria, de modo que se me ha ocurrido que podía echar un vistazo a esa beta pública. A veces miro juegos de PS3 sólo por ver su calidad gráfica, no porque tenga ningún interés en ellos. Los de SOCOM son algo manazas con los gráficos —les queda siempre ese insoportable gustillo a juego made in USA— y quería ver qué habían logrado con la nueva máquina. Ya sé que es sólo un juego descargable de la PSN, pero aun así… con todo el apoyo logístico que suele dar Sony y teniendo en cuenta las posibilidades de la máquina el resultado es penoso. Y no es ya sólo cutre a nivel gráfico, es lamentable a todos los niveles. Ha sido una tortura tener que ver gameplay de este juego para evaluarlo gráficamente. Hubiera dolido menos una demo técnica que esta inacabable sucesión de tópicos del genero en cuanto a sistema de juego y diseño de niveles. En serio, no puede ser que exijamos a cada rajado juego con más de $5 de presupuesto que reinvente la rueda y que cuando alguien nos ponga delante un juego o un modo online estilo «BOOM! HEADSHOT! MADAFACKA!» soltemos un ‘pero el online mola, eh’. ¡No!