Vamos a buscar un yeti

Tecnología maldita: VHS, 1986

Tecnología maldita: VHS, 1986

Alrededor del año 2000 se popularizaron las historias de terror que en vez de temer a la tecnología futura se asustaban de la pretérita, posicionando objetos cotidianos ya obsoletos en el centro de la historia. Hasta ese momento, lo más extendido habían sido las ficciones que intentaban explorar qué podría pasar si la ciencia dejaba de lado la moralidad a la hora de inventar máquinas (El hombre sin sombra, Terminator) o de desarrollar nuevas áreas del conocimiento (Parque Jurásico, Deep Blue Sea), mientras que actualmente encontramos innumerables historias que giran alrededor del mal uso de la perenne comunicación (Black Mirror, Unfriended). Sin embargo, en los años que rodearon al cambio de milenio, nuestra actitud frente a la ciencia era en general positiva y confiada. Como sociedad estábamos aparentemente convencidos de que la tecnología sería aquello que acabaría por salvarnos y, por tanto, las mentes más creativas volvieron al pasado para imaginar las nuevas formas del terror. En esta época, películas como La llamada, nos advertían sobre los teléfonos fijos y las cintas de vídeo mientras comprábamos DVDs y Nokias 3310. A la vez, otros títulos como Jeepers Creepers nos recordaban los peligros de hablar por la radio con desconocidos en la era de las salas de chats. En el imaginario popular, la tecnología ochentera (desde las cámaras de foto de carrete a las enormes televisiones cuadradas) siempre será más terrorífica que aquella amiga con la que muchos crecimos a finales de los noventa. Es por eso que a pesar de su robustez, esta siempre será tecnología maldita.

VHS, 1986 es un juego intencionadamente feista. Los tonos marrones y la estrechez de su universo intentan remitirnos a ese sótano húmedo y oscuro que hemos explorado otras veces en películas con anterioridad, mientras que el grano y el ruido de la imagen nos invitan a ver como paso previo a imaginar. Un amigo nos ha regalado un montón de cintas de vídeo pero debe haber habido un error. En vez de las cintas vírgenes que estábamos esperando tenemos cuatro VHS repletos de fragmentos de lo más extraño e inquietante. Cuando nuestro colega nos avisa de que, por favor, no las veamos, nuestro destino está sellado. Debemos descubrir qué es lo que esconden esas grabaciones. 

Tecnología maldita: VHS, 1986

A pesar de su escalofriante premisa, VHS, 1986 no intenta tanto asustarnos como inquietarnos. Sin ningún tipo de indicación por parte del desarrollador, nuestra primera misión será aprender a jugar; entender qué tenemos que ver en cada una de las cintas y deducir cómo se relacionan entre sí para descifrar el código. El juego es intencionadamente hosco, con un enorme puntero que nos distrae de nuestras acciones y unos «pesados» botones que completan un game-feel diseñado para remitirnos a los enormes y recios vídeos de antaño. Los propios puzles parecen creados para una máquina fiable pero hosca, la cuál nunca ha tenido la experiencia de usuario como base de su diseño. En VHS, 1986 no sólo tendremos que descifrar un código sino que deberemos averiguar cómo utilizarlo de manera que podamos continuar. Desde el punto de vista de la narrativa, las cintas parecen incidir especialmente en el debate sobre la prohibición de los anuncios de tabaco, y parecen girar alrededor de un lobby que especialmente interesado en mantener todo tal cual está. Pero lo que realmente destaca en el juego es su abrupto final. Un corte a negro, un cierre de pantalla, justo cuando tenemos en la mano la pista necesaria para continuar. Pero parece que no será tan fácil.

En su juego del 2012 Yeti Hunter, Vlambeer planteaba una experiencia única para cada uno de los jugadores. El título nos invitaba a recorrer un paraje helado en el que se distinguían cada pocos metros unas grandes manchas de sangre. Pero para la mayoría de jugadores el título no iba a más. No importaba cuántas horas dedicáramos a caminando por entre los árboles porque nunca parecía que llegaramos a una conclusión. Porque el Yeti no estaba ahí. Mientras que la mayoría de jugadores nunca tenía oportunidad de ver al monstruo de las nieves, un pequeñísimo grupo de escogidos sí que podía llegar a vislumbrarlo. La cuestión, tal y como comenta el equipo en 120 Years of Vlambeer and Friends, es si los demás los creerían. En Yeti Hunter buena parte del juego pasa fuera de él. Y eso exactamente es lo que sospecho que ocurre en VHS, 1986.

El final abrupto del juego —que no dura más de 20 minutos si entendemos el código rápido— nos deja en la mano una última pieza del puzle, un código QR que debido al ruido y la distorsión de la imagen no puede ser leído por un escáner normal. La lectura de ese código nos proporciona una secuencia alfanumérica que, al ser buscada en google, nos lleva a un gameplay del mismo juego hecho por el usuario iwanPlays en el que descubre, dentro del código del juego, la misteriosa firma Sega_S. VHS, 1986 fue subido a itch.io hace tan solo dos días y, por el momento aún no hay nada más que contar. Sospecho que en este juego puede esconderse un Yeti. Y será más fácil encontrarlo si todos nos ponemos a buscar. 

VHS, 1986 puede descargarse a cambio de la voluntad en este enlace.

Redactora
  1. OdiseoBCN

    Takashi Miike dirigió «Llamada perdida», que creo que es la peli que Marta quería mencionar. No deja de ser interesante como el terror japonés de lo dosmil estaba tan anclado a cosas, a priori, tirando a viejunas. Como en «The Ring» la novela de Kôji Suzuki y, especialmente, la peli que dirigió Hideo Nakata (que también dirigió «Dark Water» por cierto).
    No soy experto en el tema, pero no sé hasta que punto la «incapacidad» de lo japonés para «entender/aceptar» lo internet terminó por generar esa corriente de terror/ciencia ficción nipona (no olvidar las pelis de Kiyoshi Kurosawa.

    p.d: Siento lo #namedropping MEH.

    p.d2: Ahora que pienso, mencionar el «Marble Hornets» y su estética de vídeo cutre y lo «Cicada 3301» que sin ser terror (¿o ficción?) no deja de ser algo similar al juego comentado (por lo de resolver puzzles).

  2. Chainsawfever

    Perdona @martatrivi, siento ser odioso, pero cuando hablas de Jeepers Creepers creo que estás confundiendo títulos, Jeepers Creepers va de un especie de demonio que le arranca partes del cuerpo a sus víctimas, película además muy polémica en el mundo del terror debido a los antecedentes de su director.

    Por otro lado, en lo referente a las tecnologías pretéritas del terror japonés, aquí tengo que discrepar, a finales de los 90s el vhs seguía vigente en Japón principalmente debido a la explosión del fenómeno del V-Cinema en este país a finales de los 80s que continuó, aunque renqueante hasta los 2000s. Y en realidad en Llamada Perdida de Miike salen teléfonos móviles con su cámara de fotos y todo.

    Como decía al principio, siento ser esa persona repelente.