Introspección y futurología vía Google

Institute for New Feeling y el delirante ritual de la adivinación cibernética

Institute for New Feeling y el delirante ritual de la adivinación digital La extraña silla que reposa en una sala amplia de la galería de arte Recess, en el barrio del SoHo, al sur de Manhattan, tuvo una vida anterior como silla de masaje. Ahora ha recibido una mano de pintura que recuerda a la estática de un televisor analógico sin sintonizar, con un agujero en el asiento que recuerda a un retrete y una suerte de saco frontal donde meter la cara, como si se tratase de una máquina para vomitar y defecar a la vez, para vaciar al usuario. De algún modo lo es: es la parte mecánica de Seek, un sistema de adivinación abstracta que busca extrapolar los rituales de los oráculos misticistas a la era digital de la sobreinformación y las redes sociales. Una locura tan absurda como el tarot de toda la vida, llena de ambigüedades y preguntas intensamente personales, pero cambiando el plano astral y los espíritus por los algoritmos de Google y el caos de ordenado de sus búsquedas. Seek fue concebido por un trío de artistas californianos (Agnes Bolt, Scott Andrew y Nina Sarnelle) que se hacen llamar Institute for New Feeling, y cuyo más reciente proyecto tiene mucho que ver con ese nombre. Se presentan a sí mismos como algo a medio camino entre un servicio de bienestar personal al más puro estilo New Age y un grupo de arte conceptual. La sala de Recess es silenciosa, con la iluminación baja y suave, y todo el mundo habla en un tono relajado y sereno, como bibliotecarios, y de hecho para experimentar Seek es necesaria la conducción de una suerte de guía que el usuario oye por unos auriculares. Institute for New Feeling y el delirante ritual de la adivinación digital Colocado en la silla extraña y con la cara enterrada en una cavidad con una pantalla, el usuario empieza a recibir algunas preguntas por parte de su conductor. Algunas son bastante estándar, como el nombre o el apodo; otra un poco incómodas, como ciertos números de la tarjeta de crédito, del seguro médico o la dirección de la casa en la que creciste; y muchas son íntimas, como «dime el nombre de una persona que desearías no haber conocido nunca» o «¿alguna vez has perdido la confianza en alguien?». Las respuestas son introducidas en una cadena en el motor de búsqueda de Google. Las respuestas habladas son procesadas, mezcladas y sintetizadas hasta que dan como resultado una sola frase profética y ambigua que después pasa por Google Translate varias veces (traduciéndola al azerbaiyaní, galés, vietnamita, estonio, igbo, persa, maorí, afrikaans, gallego y finalmente de nuevo inglés) hasta dar con un mantra corto y absurdo, una de esas oraciones que no tienen ningún sentido pero podrían tener si se interpretan. Institute for New Feeling y el delirante ritual de la adivinación digital Exactamente igual que una adivinación tradicional, la aplicación juega con nuestra información y va tomando decisiones en función de nuestras respuestas. La predicción suele que dar cosas como «No es barato, pero depende de su uso en meses» para Liam Mathews de Animal New York, o «nada que ver: cambia o no se puede convertir» para Nicole Disser de Bedford and Bowery. Dice la propia Nicole que la sensación que transmite la experiencia Seek es algo así como una sesión de tarot administrada por un programador de Google. Todos los procesos que se llevan a cabo en rituales de adivinación, desde cartas hasta huesos o cristales, son sencillamente patrones y ecuaciones más o menos iguales en los que las variables son los datos y la información del usuario. Al final ese tipo de sesiones lo que hacen es proyectar rasgos e inquietudes de cada persona, y el resultado que obtiene el adivino es sencillamente una construcción gramatical simple y muy vaga que transmitir al cliente para dejar que sea este quien interprete significados y señales. Institute for New Feeling y el delirante ritual de la adivinación digital Agnes Bolt tiene la teoría de que en internet muchos hacen algo parecido: lanzan a Google preguntas para las que no fue diseñado, inquietudes existenciales que son un claro mal uso de un motor de búsqueda. En esas consultas que quedan registradas hay pedazos de la mente y la personalidad de quien las introdujo creyendo que Google es algún tipo de oráculo que todo lo sabe. Es una idea ridícula, pero tiene parte de razón: al fin y al cabo esas preguntas también reciben sus respuestas al pulsar un botón. Para Google son balbuceos que no sabe interpretar, y aún así los procesa y ofrece enlaces, algo que resulta un poco inquietante. Al tiempo que la entrevista sigue su curso (dice Agnes que el cuestionario es un mosaico de preguntas de protección de contraseñas, asuntos de crédito y seguros, tests Myers-Briggs de personalidad, cuestionarios virales y algo de material personal), el hardware escanea la cara y el trasero del usuario para someter esas imágenes y algunas otras (la foto de StreetView de la casa en la que viviste de pequeño, por ejemplo) a la búsqueda por imagen de Google. Con los datos del cuerpo generan la imagen gráfica en forma de roca que nos acompaña durante un viaje virtual confeccionado a partir de domicilios personales y los resultados por reconocimiento de imagen de Google. Institute for New Feeling y el delirante ritual de la adivinación digital Aquí Matthews cuenta una interesante anécdota: «Normalmente cuando escanean un culo la imagen suele ser azulada, de modo que en pantalla aparecen fotos de océanos, cielos y paisajes. Pero yo llevaba un pantalón rosado, así que la pantalla se llenó de grotescas imágenes de extremidades desmembradas y cuerpos sanguinolentos.» La sesión termina en menos de media hora y lo que uno recibe tras esa experiencia es una frase sobre uno mismo que no significa nada o puede significarlo todo. Alejado completamente de lo racional, porque las sesiones de futurología no tienen nada que ver con la razón o la lógica, Agnes se pregunta algo que resume la premisa de toda esta chaladura fascinante: «¿Y si, en lugar de a videntes y profetas, le otorgásemos ese poder de la adivinación a Internet?»
Redactor
  1. lolskiller

    Vaya locura tan trambolika! No se me ocurre nada mas xd

    PD: Me encanta el articulo @pinjed :bravo:

  2. TassaDarK

    ¿Pero luego la foto de tu culo te la puedes llevar a casa? Yo no suelo verme muy a menudo mi propio culo.

  3. Gegr is Win

    Y si me siento sin pantalón?

  4. Gegr is Win

    @legorrion
    Ciertamente, bien enfocada, esta tecnología podría dar pie a las simulaciones del libro. Me imagino Seek con un algo como Minecraft (por la manera de crear mundos) y creo que sería posible.

  5. Rocks

    Le falta profundidad y ejecución quizá, ¿no?
    Post-new age de baratillo.

    El artículo genial, como siempre 😀