
Aunque el cine adolescente puede parecer un pozo sin fondo de bondad, amor y obras maestras del séptimo arte, pero, ¡atentos!, no es tan difícil rastrear auténticos espantos filmados en este género de nobleza tan férrea. Mirando hacia atrás, tenemos ejemplos de auténticos tótems cinematográficos teenagers como
Animal House (Landis, 1978), obra maestra indiscutible de lo inmaduro; un poco más adelante tenemos
American Pie (Weitz, 1999) como ejemplo de película adolescente, más aún: como LA película adolescente por excelencia, la primera que llega a la cabeza de cualquiera cuando piensa en cine por y para mentes aún por desarrollar ((Aparte, claro está, de el 97% del cine de Hollywood, que también está dirigida a gente más simple que una patata pero que lo intenta disimular con más o menos éxito.)). Siguiendo el propio recorrido de la serie
American Pie vemos que no todo el campo es orégano, y así, después de tres películas que aunque soportables fueron cuesta abajo irremediablemente, tocan fondo con
Band Camp (Rash, 2005), que es realmente todos los desastres naturales del mundo metidos en un DVD. Con
The Naked Mile (Nussbaum, 2006) la serie recuperó un poco del fuelle original (ya sin ninguno de los actores originales, lógicamente) y se ha mantenido desde entonces en ese nivel: películas directas al DVD que aprovechan el tirón de
American Pie para presentarnos a unos cuantos adolescentes en situaciones sexualmente incómodas, haciendo gamberradas y, en general, luchando por todo lo que le importa a un adolescente de hoy en día: despojados de principios, sólo nos gusta beber, aparcar el salchichamóvil en donde se nos presente la ocasión y meternos una rayita de vez en cuando.
Joysticks (Clark, 1983), desgraciadamente, mete los pies y las piernas hasta las rodillas en el fango del mal cine y nos ofrece uno de los espectáculos adolescentes más desquiciados que pueden verse en una pantalla. La película parte de una base que promete grandes cosas, grandes momentos: un chaval de apariencia muy sana y atlética y que tiene mucho éxito con las mujeres queda a cargo del salón de videojuegos de su abuelo mientras éste está en un viaje medicinal. Por una serie de acciones un poco inconexas (el guión tiene más lagunas que Ruidera), el temible señor Rutter ((Interpretado por Joe Don Baker.)) decide dedicar todos sus esfuerzos a hacer que el salón recreativo, ese antro de perversión en el que él mismo ha visto a su hija y a otras mujeres en actitudes muy promiscuas, cierre sus puertas. A partir de aquí, lo que todos podemos esperar: los jóvenes unen fuerzas, los adultos se forman una idea equivocada del salón, mil enredos y situaciones que pretenden ser cómicas y al final el salón no se cierra, porque al fin y al cabo el prota es el dueño y no vamos a joder el final a la gente. Existen muchos niveles a los que
Joysticks es un desastre. Podríamos enumerar unos cuantos: 1) la actuación es, en general, terrible ((En este punto, destaca la aparición de Jon Gries interpretando a un caótico glam-punk llamado King Vidiot, juego de palabras insuperable. A día de hoy, todos conocemos a Gries por su papel de Roger Linus en la célebre serie de televisión
Lost.)), pero no terrible de una forma soportable y sin querer cómica, sino terrible de insoportable y mortífera; 2) algunas escenas están iluminadas de una forma absurdamente incorrecta, dejando a personajes que están haciendo acciones importantes para la película entre la sombra y negándonos torpemente su visión; no es lo único que falla a nivel técnico (el montaje de sonido también es digno de YouTube) pero sí es lo más escabroso; 3) el guión está tan mal pensado que los personajes parecen siempre tomar decisiones estúpidas e incoherentes; su memoria, que parece borrar automáticamente lo que ha ocurrido antes, los lleva a actuar siempre de forma ridícula, y situaciones que los guionistas parecen haber concebido como divertidas se vuelven pronto incómodas cuando vemos que parecen escritas por alguien con retraso mental. (La partida entre Vidiot y Dorfus, para los que la hayan visto; ¿en serio?)


TETA-CONTRATETA.
es una película terriblemente mala que no deberíais ver por ninguna razón. No hubo razón para pensarla, no hubo razón para financiarla, no hubo razón para grabarla y nosotros no tenemos ningún motivo para verla; yo lo he hecho por la obligación de escribir este texto, y porque creo necesario avisaros de lo que os espera aquí. Si un amigo tuyo va a abrir una puerta y sabes que al otro lado de la puerta hay un león hambriento se lo dirías, claro, y
es en este caso el león dispuesto a comerse las putas entrañas de vuestra inocencia y luego mearse en vuestras esperanzas de que los videojuegos y sus usuarios en pantalla no tengan el aspecto más ridículo del mundo.
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Usted perdone, pero no estoy de acuerdo con su opinión, cualquier pelicula en la que aparezca una chica con las peras al aire jugando a videojuegos no solo deberia ser considerada un must see sino una pelicula de culto.
Por mi parte confiaré en el buen hacer de Chiconuclear; estoy seguro que las imágenes que acompañan de manera tan sumamente grácil el artículo es lo más interesante de ver de la película. Un calibre perfecto, añado. Gracias.
¿Quién ha cuestionado la razón de ser de las pelis de serie B? ¿Por qué iba a ser esta la primera?
Cuando hablasteis de hacer la sección pensé «pero si no habrá más de cuatro o cinco pelis a comentar». Dios bendito, cuanto me equivoqué.
Pero lo más sorprendente no es que existan todas estas pelis, sino que entre pinjed, Guybrush y tú las hayáis visto todas XD
Madre mía. Lo que no entiendo es, sabiendo lo que cuesta hacer una película, incluso una como ésta, porqué cojones se dedican a hacer estas mierdas. ¿Cómo coño lo rentabilizan?
Y por tener material para que te contraten no será, porque un productor ve Joysticks y se apunta el nombre del director, pero para no llamarle jamas.
es tan mala que ni aparece esta pelicula facilmente en páginas de descargas …