Filmageddon: <em>Hellraiser VIII: Hellworld</em>

hellworld-01La primera Hellraiser —dirigida en 1987 por Clive Barker, el autor del mismo relato en que se basó la película— se convirtió en un clásico instantáneo del terror ochentero. Los cenobitas, esos seres ambiguos a medio camino entre los ángeles y los demonios pero alejados de cualquier tipo de convencionalsimo cristiano y a quienes debo mi nick, despertaron la fascinación de la audiencia con su inquietante apariencia y su pomposo culto al dolor y el sufrimiento físicos como medio para alcanzar el placer más extremo. Pero, como suele ocurrir con la mayoría de buenas ideas en el cine de terror, los cenobitas y en particular Pinhead empezaron a convertise en un fenómeno sobreexplotado que perdía interés con cada nueva e innecesaria iteración. Tras tres películas que iban de lo brillante a lo mediocre, la cuarta entrega marcaría un punto de inflexión en el declive de la serie, y no precisamente para bien. Hellraiser IV: Bloodlines, así se titulaba, hacía válido una vez más aquel axioma según el cual todas las sagas de terror en decadencia debían pasar obligatoriamente en algún momento por el espacio o el ciberespacio. De este modo, y siguiendo el mismo camino que la entrañable Jason X, Bloodlines nos brindaba una indecorosa bazofia en la que Pinhead asomaba su cara llena de clavos por los pasillos de una estación espacial, condenando a la franquicia al más angustioso ridículo. La serie se convirtió en una cuesta abajo sin frenos hacia la más absoluta incompetencia fílmica y no cuesta darse cuenta de ello cuando, a partir de la quinta entrega, la saga se convirtió en carne de estreno directo a DVD, pero eso no era suficiente.
Netscape Navigator sí que daba miedo.

Netscape Navigator sí que daba miedo.

Si la mencionada regla de oro de las franquicias de terror kilométricas daba a elegir entre el cosmos e Internet como dos vías de acercarse estúpidamente a la ciencia-ficción de chichinabo, la saga Hellraiser ponía los cojones sobre la mesa y rizaba el rizo de un modo que los fans aún no hemos terminado de asimilar. Cuatro películas después del despropósito espacial nacía Hellraiser VIII: Hellworld que, emulando en esta ocasión a Halloween: Resurrection, no tenía el menor reparo en mezclar el atávico universo de Barker con las andaduras de un grupo de niñatos enganchados a un juego online. La historia gira entorno a una pandilla de amigos quienes, pese a haber perdido trágicamente a uno de sus integrantes en extrañas circunstancias relacionadas con un juego llamado Hellworld, después de asistir compungidos y desgarrados al funeral de su amigo, deciden que la mejor forma de superar el dolor de su pérdida es, efectivamente, seguir jugando al dichoso jueguecito. Con esto se cumple otro de esos clichés tradicionales del cine de terror: si tus protagonistas son jóvenes, deben tener la profundidad psicológica de un escarabajo pelotero y ser esencialmente imbéciles. El caso es que, aunque en ningún momento entendamos muy bien qué tipo de juego es, nuestros héroes consiguen descifrar algún supuesto enigma en la web y como premio reciben la invitación a lo que se supone será una fiesta secreta en la que se congregan los aficionados a Hellworld. La fiesta se celebra en una mansión con el evocador nombre de Casa Leviatán —sospecho que no se refieren al libro de Hobbes ni a la novela de Paul Auster— y una vez allí ocurrirá lo que todos os imagináis: la fiesta resulta ser una treta que llevará a cada uno de ellos a experimentar distintos tipos de dolor y, en algunos casos, la muerte, todo ello sazonado con las apariciones estelares y eventuales del icónico ser ultraterreno interpretado por Doug Bradley: Pinhead.
Incluso los cenobitas tienen que comer en estos tiempos que corren.

Incluso los cenobitas tienen que comer en estos tiempos que corren.

Lo primero que llama la atención de Hellraiser VIII: Hellworld es el tono homenajístico hacia la propia saga, llegando hasta el punto de la autoparodia involuntaria. Y es que mostrar máscaras del cenobita Chatterer, camisetas con el rostro de Pinhead, o hacer frívolas referencias a la Configuración del Lamento la hace parecer más una película amateur rodada por universitarios que una supuesta heredera de las fábulas metafísicas de Clive Barker. La aparición del legendario Lance Henriksen —todos de rodillas, AHORA— como anfitrión de la fiesta de freaks, eso sí, le da algo más de caché a un filme por el que, debido a sus antecedentes, la mayoría de su audiencia sentirá antipatía antes siquiera de sentarse a verla. Quitando los disfrutables momentos de gore con los que nos obsequia el film, que siempre son de agradecer, el resto es una aburrida sucesión de momentos previsibles que ya no sólo buscan con desespero sumergirnos en un ambiente pretendidamente onírico, como a algún lumbreras se le ocurrió que sería una buena idea introducir en la saga a partir de la quinta entrega —Hellraiser V: Inferno— y que los directores subsiguientes se empecinaron en imitar, sino que también nos bombardean con alguna que otra bochornosa escena de “sawxploitation” en la que el suspense lo ponen los engranajes algún tipo de maquinaria oxidada y rudimentaria forrada de cuchillas.
Ambientazo.

Ambientazo.

Quizá estemos ante la Hellraiser menos Hellraiser, y es que, además de cuestionar la existencia del mito alrededor del que gira el filme ((Regla número 304 del guionista: no te cagues donde comes.)), la incidencia de los sobrenaturales adoradores de la carne o la Configuración del Lamento, y sobre todo de Pinhead, son algo puramente anecdótico y el carisma que éste mostraba, por ejemplo, en la tercera parte —siguiendo la misma evolución que Freddy Krueger, esto es, de movie monster aterrador a locuaz y cómico amigo del espectador en su empeño por castigar a los jóvenes más idiotas e insufribles—, termina siendo canibalizado por el halo de “badassness” y magnetismo que desprende el gran Henriksen. ¿Y aquí los videojuegos cómo se representan?, os preguntaréis. Pues, tras ver la película tres veces, aún no lo tengo claro. En cierta escena vemos a uno de los protagonistas pegado a su ordenador y gritándole a su novia cosas como “¡Corre! ¡El Wall Walker ((Un cenobita con este aspecto aparecido en anteriores entregas que se dedica a perseguir a la gente por pasillos y que, os lo digo ya, en principio no está emparentado con el tejano personaje de Chuck Norris.)) está detrás de ti!”, pero al ver la pantalla observamos simplemente cómo se abre una puerta y aparece una representación infográfica de la Configuración del Lamento. Click aquí, click allí, y ya nos hemos ganado una invitación para la fiesta en la que nos van a cortar en rodajas. Buen trabajo, chicos.
No me miréis así, que me duele más a mí que a vosotros.

No me miréis así, que me duele más a mí que a vosotros.

Eso sí: aunque no veamos prácticamente nada de Hellworld, el guionista se pasa los 91 minutos de metraje agazapado y tirándole dardos a nuestro inconsciente para que abramos los ojos y nos demos cuenta que los videojuegos crean adicción, destrozan la vida de los jóvenes y, en definitiva, son muy, muy malos. ¡Malísimos! Pero que esto lo insinúe el desalmado que perpetró los guiones de Mimic 2, Dracula 2000, Los inmortales IV, Pulse 2 y 3 o Ángeles y Demonios IV, tiene delito. Joder, si lo tiene.
Redactor
  1. chicholino

    oye mira, da igual, haced revieps de pelis no relacionadas con los videojuegos pero por favor POR FAVOR: parad esta catarata de mierda.

  2. Conquer

    Cada vez peores películas pinjed… Por favor que alguien impida que siga haciendo estos posts XD.

  3. darkpadawan

    Pero que esto lo insinúe el desalmado que perpetró los guiones de Mimic 2, Dracula 2000, Los inmortales IV, Pulse 2 y 3 o Ángeles y Demonios IV, tiene delito.

    Dime que esto no es cierto. DIMELO.

  4. Satellite of Love

    oye mira, da igual, haced revieps de pelis no relacionadas con los videojuegos pero por favor POR FAVOR: parad esta catarata de mierda.

    NO. Que sigan y que no paren. Además, es de agradecer que casi no hayan dedicado filmageddons a Uwe Boll, que hubiera sido lo fácil.

  5. Fixxxer

    Pues a mi me gusta que hurguen en la basura.

  6. borya89

    tanta basura resulta morboso, a mi me gusta!

  7. Shinomune

    Yo no sabía que había habido más de un Hellraiser, es más, al ver VIII (OCHO!) he alucinado en colores.

  8. DeadGamer

    Me encanta la serie B pero esto ya es pasarse.
    Y a mí SÍ me gustó Freddy vs Jason ¬¬, que ambos barren en carisma a Pinhead dicho sea de paso (sí, incluso Jason)

  9. DeadGamer

    @chocodrop

    Freddy>Leatherface>Jason ^^

  10. pinjed

    @DeadGamer

    No entiendo lo de pasarse. Esto ni siquiera se acerca a la serie B.

  11. DeadGamer

    @pinjed

    Se pasa de cutre, mucho más cutre que otras películas cutres de serie B cutres, y mira que hay algunas que son cutres, cutres.
    Que cutre me ha quedao.

  12. pinjed

    @DeadGamer

    Creo honestamente que no tienes ni idea de lo que estás hablando.

  13. DeadGamer

    @pinjed

    Llevo viendo este tipo de pelis desde que tengo uso de razón, por qué dudas de que tenga idea de lo que hablo?

  14. pussy bompensiero

    Qué cosa tan buena, Sinior Pinjesito.

    Al leer el último párrafo he pensado algo: ¿no habrás visto, por un casual, «Dracula 3000»? Bricks were seriously shat.

  15. pinjed

    @DeadGamer

    Pues dudo porque serie B implica un presupuesto más modesto que esto y un sentido de la caspa hiperdesarrollado. Serie B es El asesino del taladro, Acción mutante, Dolls de Charles Band o Troll. Esto es simplemente una mala película.

    Y si esto te parece cutre, me gustaría que vieras cualquier producción de Troma. Aunque ahí ya entraríamos en el terreno de la serie Z.

    @cohaagen

    Pues no la he visto, pero tardaré poco en hacerlo.

  16. chicholino

    Acción mutante es una cagada comparada con OBRAS MAESTRAS como Holocausto Canibal o Braindead, es que estas dos son de mis favoritas de todos los tiempos y eso que no soy especialmente aficionado a la serie B ni al gore.

  17. naps114

    pues chuck norris de cenobita tiene que ser la ostia…