Análisis de Vampire Rain

Hola. Mi nombre real no importa, pero por aquí me conocen como chiconuclear. Soy un buen chaval, correcto estudiante y gran amante. Para lo primero, pregunten a mis padres; para lo segundo, a mis profesores; para lo tercero, comprobadlo por vosotras mismas, a no ser que tengáis bigote, os llaméis Paco y seáis un pedófilo obeso con fetichismo por los redactores de páginas de videojuegos. Puedo llamar a la policía. La cosa es que tengo buena fe en general: si un juego parece interesante pero cuesta digerirlo, me implico y hago un pequeño esfuerzo para tratar de entenderlo. Algunas veces da resultados y acabo teniendo una buena experiencia de juego. Otras veces un título no me interesa de ningún modo pero aun así le doy una oportunidad y me acaba encantando, o incluso echo pestes de un juego antes de jugarlo y cuando lo hago termino locamente enamorado de él. En este caso, ninguna de las tres cosas. Ni conocía el juego, ni me atraía ni tuve tiempo de hablar mal de él antes de que llegara a mi casa: antes de que pudiera decir ¡¡CITY ON FIRE!!, Vampire Rain estaba en mi consola listo para ser puesto a prueba.

I wanna sleep with common people ?

Lo primero que cualquiera con un poquito de perspectiva ve al empezar a jugar a Vampire Rain es que es IGUAL que Splinter Cell. Los menús son iguales, un plagio, una copia, y por si a alguien le interesa todo el juego es déjà vu constante en el que es IMPOSIBLE no pensar en Splinter Cell. Pero no toma prestado sólo del juego de Sam Fisher, no. En algún sitio leí que Vampire Rain era Splinter Cell mezclado con Resident Evil, y no se me ocurre una descripción mejor: desde el principio, cuando aparece el mensajito “este juego contiene violencia gráfica”, parece que hayamos vuelto a 1996 cuando el morboso aviso nos hacía pensar que Resident Evil era la cumbre absoluta en lo que a horror se iba a ver jamás en un videojuego. Vampire Rain nos pone en el pellejo de un tipo llamado Lloyd, superviviente de la masacre que los nightwalkers, una especie de vampiros mutantes que abarrotan las ciudades, hicieron en el cuartel general de una organización que luchaba para eliminar a los engendros en cuestión. Lloyd ahora trabaja para otra organización que, de forma encubierta, trabaja en un plan para eliminar a estas criaturas que están ganando terreno a la humanidad a pasos agigantados y que en 908 días la superarán en número si no se hace algo. Este argumento típico de película de terror de serie B que se toma a sí misma demasiado en serio se desarrolla en el juego con diálogos y escenas cinemáticas que parecen, efectivamente, a una película de terror de serie B que se toma a sí misma demasiado en serio. La acción comienza cuando el grupo en el que opera Lloyd, formado por él y tres miembros más totalmente genéricos (el negro de dos metros, la chica dura y el informático miedoso), va a una ciudad a acabar con un nightwalker específico cuya muerte supondrá la muerte de todos los demonios de la zona por alguna razón misteriosa. La lluvia del título hace referencia a la que cae en la ciudad, que hace además que los vampiros vean sus habilidades reducidas y facilita el trabajo a nuestros héroes. A partir de ahí la historia se desarrolla leeeeentamente por culpa de uno de los peores diseños de juego que logro recordar ahora mismo. Pero de eso ya se hablará más adelante.

Chocolate rain, some stay dry and others feel the pain ?

Gráficamente es de aprobado justo. Las escenas cinemáticas generadas con el motor del juego están bien, pero una vez tomamos los mandos de Sam Snake Lloyd la cosa cambia y se nos muestra un juego que perfectamente podría correr en una Xbox. De hecho me sorprende que no sea un mod del primer Splinter Cell de Xbox, que por cierto tenía mejores gráficos. Las animaciones de los personajes son de risa, y aunque la ambientación apunta maneras (la lluvia que no cesa, las calles de noche en las que no sabes si la persona que pasa delante de ti es humano o es vampiro, la niebla que te impide ver a más de 50 metros…) el aspecto general de todo es bastante prev-gen. Sin embargo es un juego que suena bien. Los sonidos tanto de las criaturas como del ambiente son buenos, crean atmósfera, y la música mantiene el buen nivel de los sonidos con una partitura que pega perfectamente con la lluvia que cae constantemente. Como ya dije, tengo buena fe. La primera partida no fue precisamente de las que dan una buena impresión. El control está a mil jodidas millas de ser bueno, y si con sólo verlo ya parece un clon de Splinter Cell, al jugarlo la sensación no sólo se reafirma sino que se amplifica. Lloyd debió de ir a la misma academia que Sam Fisher porque ambos hacen exactamente lo mismo y del mismo modo: se cuelgan en cornisas igual, trepan por tuberías igual, hasta bajan igual las putas escaleras. Si sabes cómo jugar a Splinter Cell, sabes cómo jugar a Vampire Rain, porque es lo mismo. El sigilo es básico para llegar a buen puerto. Entrar en combate suele ser sinónimo de muerte, básicamente por dos cosas: los enemigos son extremadamente rápidos y fuertes, con lo que basta con que te toquen una vez para morir miserablemente sin haber podido ni intentar escapar, y el maravilloso sistema de control que, como ya he dicho, está a mil jodidas millas de ser bueno, hace que defenderte de un ataque sea prácticamente imposible. A medida que avanza el juego vas recibiendo armas más potentes que hacen que matar a los nightwalkers sea más fácil, pero ese momento llega demasiado tarde para la paciencia del ciudadano medio, por lo que mucho antes de tener las armas potentes muchos habrán decidido hacer cualquier cosa más divertida como jugar a la ruleta rusa o llamar japoneses a las tríadas chinas. Eso hace que lo mejor sea pasar desapercibido, pero como todos sabemos para pasar desapercibido hay que calcular muy bien los movimientos, y lidiando con estas criaturas cualquier fallo lleva irremediablemente a morir y, lo que es peor, empezar de nuevo desde el punto de control. Lo estáis pensando ya: efectivamente, esto hace que el desarrollo del juego sea leeeeeeeeento, terriblemente lento, por lo que la historia se desarrolla también leeeeeeentamente, lo cual elimina cualquier posibilidad de diversión.

Lloyd, I’m ready to be heartbroken ?

Ése es su mayor problema. No es divertido. Es casi imposible divertirse jugándolo, y claro, eso juega en su contra. La historia es interesante en un sentido serie B de la palabra, una paja mental de vampiros mutantes que quieren armarla con movidas personales de por medio, pero por desgracia seguirla es más un sufrimiento que un entretenimiento, por el ya mencionado sistema de estudia-intenta-muere-intenta-muere-intenta-muere que se repite ad infinitum. El juego incluye unos cuantos logros, y algún pobre desgraciado podría pensar “joder, igual con la excusa de conseguir logros el juego se hace un poco más divertido”. Pero nada más lejos de la realidad, cuesta creer pero incluso los logros están mal diseñados: un porcentaje estúpidamente alto son relativos a partidas multijugador por Xbox Live, por lo que los no-Gold directamente se joden y se aguantan; sólo el 25% de los puntos G se pueden conseguir en la partida individual, y algún logro como el de conseguir rango A en todas las misiones requiere volver a jugarlas, lo que espantará a más de uno (a mí el primero). No digamos ya el de conseguir rango S. Abreviando, Vampire Rain falla en casi todo lo que intenta, y es difícil encontrar puntos positivos para recomendárselo a alguien; de hecho me resulta IMPOSIBLE recomendar este juego. No voy a engañar a nadie, es un mal juego. Ni siquiera es uno de esos que son tan malos que hay que jugarlos (à la Superman 64), simplemente es un juego malo que pasará sin pena ni gloria. Posiblemente nadie se acuerde de él mañana, quizá mientras escribo estas líneas ya no es más que un recuerdo bien archivado en el subconsciente y que no saldrá nunca, o sólo saldrá tras alguna experiencia traumática. Pero la cuestión es que todo el mundo debería alejarse de Vampire Rain. Por vuestro propio bien. Nota: 2