Análisis de IL-2 Sturmovik

il21 Lo reconozco: no tengo demasiadas horas de vuelo (haha) porque los juegos de aviones siempre me han aburrido. Algunos me interesaban pero el tedio siempre acababa llegando antes o después; otros, sólo de mirar la portada ya me producían bostezos. Por eso me ha sorprendido gratamente este IL-2 Sturmovik: tan accesible, tan divertido, tan buen juego en general. La campaña de IL-2 Sturmovik se divide en cinco episodios, cada uno ambientado en un país diferente. Antes de cada episodio, un vídeo con imágenes de archivo nos pone al corriente de lo que se cocía en ese momento de la guerra, y cada batalla se conecta con la siguiente mediante fragmentos de los diarios de los pilotos. No estamos ante un juego narrativamente espectacular, pero tampoco es necesario; la historia está ahí, es la misma Segunda Guerra Mundial que hemos visto una y mil veces, pero IL-2 Sturmovik es un juego de aviones, y son precisamente los aviones los que hacen que el juego sea notable. Jugar a IL-2 Sturmovik es divertido. Punto. Podría terminar con esto (en el fondo es lo que importa), pero me pagan por página escrita y por eso me voy a obligar a hacer un análisis de al menos treinta páginas de Word. En el modo arcade (con diferencia el más accesible y jugable para todo aquel que no haya vivido los últimos diez años encerrado en un sótano bebiendo Gatorade y jugando a simuladores en un PC), pilotar el avión es fácil y maniobrar como un auténtico águila da mucho gusto. Si subimos a realista o simulación la cosa se complica, y entonces cualquiera cosa que hagamos (disparar, mover el avión incluso) requiere una destreza increíble; este es el reto que agradecerán los más freaks de la aviación, pero jugar con un mando de consola a algo así quizá no sea del agrado de los más exigentes. il-2_bop_18 Además de los mandos normales en un juego de este tipo, podemos utilizar una serie de recursos más o menos tácticos con los que ordenar a nuestro escuadrón que ataquen ciertos objetivos o que nos cubran. Los combates aéreos son bastante espectaculares, y en medio de ellos resulta bastante satisfactorio ordenar como un auténtico capitán a Fulanito y Menganito que vayan a atacar a un escuadrón enemigo mientras tú te ocupas de otro; aparte, una pequeña ventana en la esquina inferior derecha de la pantalla muestra al pobre desgraciado que va a recibir nuestro plomo. Todo en el juego está bien encajado para dar a las batallas cierta épica que hace que los combates sean vibrantes, divertidas y que den ganas de jugar más, y se agradece (y mucho) en un panorama con un olor a armario cerrado tan acusado como el de los juegos de aviones. El punto fuerte del juego, en definitiva, es que acerca un género tan agotador a los jugadores de consola sin hacer un Starfox ambientado en la Segunda Guerra Mundial. Las batallas son largas pero no resultan extenuantes, y no tenemos que preocuparnos por despegar o aterrizar porque las misiones comienzan en el aire y el aterrizaje es opcional. El HUD incluye información sobre quiénes son los enemigos, la distancia a la que están e incluso dónde tenemos que apuntar para darles cuando están en movimiento, así que no podremos quejarnos por falta de facilidades; aun con todo, el juego presenta un reto suficiente como para no aburrir. il-2_bop_05 Gráficamente el juego cumple de sobra. Los modelados de los aviones son extraordinarios, y el gusto por el detalle (que envuelve a todo el juego, no sólo al aspecto visual; el sistema de recompensas permite desbloquear una serie de elementos enciclopédicos en los que se disecciona minuciosamente la Segunda Guerra Mundial en lo que a aviación se refiere) hace que pilotar con la vista de cabina sea un placer para los ojos —justo hasta que te das cuenta de que es horrorosamente difícil y empiezas a morir como un bastardo cada dos por tres—. Lo mismo con los escenarios, que son preciosos mientras estés a una altura. Volar a ras de suelo y darte cuenta de que los edificios tienen el mismo tamaño que la cabeza de nuestro piloto sigue resultando un poco descorazonador. Si a esto le unimos una banda sonora estupenda y el modo multijugador online, que me ha hecho desempolvar mi cuenta Gold, tenemos un producto fabuloso que gustará tanto a aficionados de la aviación flexibles a la hora de aceptar que la simulación más nazi (nunca mejor dicho) se haya dejado de lado como a jugadores menos hardcore que sólo quieran agujerear unos cuantos aviones alemanes sin mayor preocupación. No lo recordaremos dentro de veinte años, pero sin duda IL-2 Sturmovik permanecerá en nuestros corazoncitos durante bastante tiempo si conseguimos hacerle el huequecito que se merece. Nota: 8
  1. Zetaculy

    En cuanto a nivel técnico en mi opinión deja mucho que desear, incluso tiene efectos gráficos como los fogonazos de las ametralladoras dignos de ser un Gif de los cutres… en los tiempos que corren.

  2. La Voisin

    Al menos en la demo, los controles eran horribles, no se podía controlar el timón de cola, sólo los flaps de las alas, y no encontré una forma de cambiarle el control :/

  3. Baxayaun

    Probé la demo y despues de jugar la versión de PC, debo decir que no me ha gustado la incursión de este simulador en consola. La escala es más épica, pero a nivel jugable deja MUUUCHO que desear. Una pena.

  4. Rigal

    Yo ya me ofrecí en su día… Si alguno se quiere apuntar a alguna partidilla online qué avise.

    http://www.anaitgames.com/foro/viewtopic.php?f=17&t=6955&hilit=IL2

    Gráficamente ha mejorado con el paso a consola pero casi ha dejado de ser un simulador. Los simuladores son para jugarlos con joystick.