Teatro del bueno

Análisis de BattleBlock Theater

Análisis de BattleBlock Theater

Supongo que es un buen momento para reconocer que no soy el mayor fan de The Behemoth. Sus juegos tienen personalidad, eso es tan evidente como bueno, pero con Alien Hominid primero y con Castle Crashers más tarde tuve la sensación de que lo descuidado de su estilo visual se contagiaba a otros aspectos donde no era tan bien recibido.

Me cuesta mucho más acusar de eso a BattleBlock Theatre, porque no hay nada que no intente y muy poco que no consiga. Su interminable desarrollo tiene sin duda más que ver con el cuidado y con la ambición que con la falta de ideas: la visión del juego es amplia, pero también clara y directa. Con esta inesperada y fantástica segunda juventud de los plataformas en dos dimensiones, uno puede ver aquí algo de recopilatorio donde todo vale porque la gracia está, precisamente, en demostrar la plasticidad del género.

Directa, graciosa y efectiva a la hora de presentarse, la aventura empieza con problemas para el barco tripulado por el protagonista y sus colegas, que acaban naufragando en una isla poblada por gatos. Gatos de los malos. De los que secuestran a la gente y la obligan a participar en mortales carreras de obstáculos que ellos, putos gatos, disfrutan desde sus asientos. Como uno de esos muchos prisioneros, nuestro objetivo es claro: superar todas esas pruebas para poder liberar a los amiguetes y volver a casa.

Análisis de BattleBlock Theater

Muy bien, sí señor, esta forma de entender el coleccionismo. Intentar comprar las más de 300 cabezas —mucho homenaje, mucho dibujo simpático— es una locura, así que la gracia está en un sistema de intercambio de cromos bastante apañado, para facilitar los tratos con desconocidos.

El backstage sirve de «mapa del mundo», con una docena de puertas, de pantallas, en cada uno de los ocho capítulos. Cada vez que se abre el telón, lo que tenemos son niveles construidos únicamente a partir de cubos del mismo tamaño, para ponérselo más fácil al que se anime con el editor. Pero la constancia geométrica queda más que compensada con la variedad en las propiedades de los bloques: están los pegajosos, los que te hacen rebotar con furia, los que explotan al poco de ser pisados, los que tienen interruptores de presión, los indispensables cabronazos con pinchos o los que tienen un resorte a modo de trampolín. The Behemoth introduce con calma cada nuevo elemento, le dedica una pantalla o un tramo para que quede todo bien claro. Durante esas primeras horas de juego, solo el completista se encuentra algo parecido un desafío: alguna gema escondida detrás de un bloque que se puede traspasar (se acaba abusando un poco de esto, ahora que lo pienso) o esa fase de bonus especialmente escondida. Lo hace porque toca, no por gusto; en cuanto sabe que puede, BattleBlock Theater empieza a mezclar y a complicar todos los elementos de su diseño. Cuando ya ha mostrado todas sus cartas y deja que se le vean las intenciones, cuando va cogiendo forma esa combinación de saltos y puzzles —de empujar, de hacer caer, de activar… bloques—, el ritmo del juego deja de parecer algo lento y se disfruta mucho más.

La línea que dibuja esa evolución es siempre correcta, por dirección y por pendiente, aunque parece terminar un poco antes de lo debido: no ofrece nada mejor que los caminos de ida y vuelta —un par de capítulos antes de la conclusión, creo recordar—, ni la dificultad llega a convertirse en aliciente. Con las pruebas opcionales contrarreloj o el modo Desvarío, que elimina los checkpoints, la cosa sí se pone más interesante.

La sutileza con la que se adapta a un segundo jugador es seguramente lo más destacable del diseño de niveles. A su vez, ese modo cooperativo acaba siendo la más apetecible de todas las opciones que ofrece el multijugador. Podemos darle las gracias a la mejor parte del control, a un doble salto permisivo y versátil, o echarle las culpas a un repertorio de golpes tosco y a unas armas poco intuitivas. El resultado es el mismo, insisto: esa parte de acción tiene gracia cuando sirve para putear a un compañero o para impulsarle con una llave de judo, pero no funciona tan bien como debería en los varios modos competitivos, de dos contra dos.

Si me pongo a recordar lo mejor que ha dado el género durante estos últimos años, quiero pedirle BattleBlock Theater un vínculo más fuerte con el jugador. Lo hace todo bien, pero no consigue generar esos momentos íntimos que te hacen entender por qué la siguiente plataforma parpadea, por qué aquel nivel necesitaba un par de enemigos o por qué la fase no dura dos segundos más. Y sin embargo, sería injusto no dejar claro que ahí, a las puertas de esa deseada complicidad, lo último de The Behemoth se siente especialmente cómodo sabiendo que es un aprendiz de todo y un maestro de nada; por cantidad de contenido, por su humor escatológico y porque es lo bastante especial como para complementarse con ellos, puede compartir tiempo y espacio con otros mejores que él. [8]

Análisis de BattleBlock Theater

Redactor
  1. El_Sr_Gris

    Un análisis muy acertado, a mi juicio.

    Yo sí que disfruté mucho de los anteriores trabajos de The Behemoth, y soy un aficionado a las plataformas 2D desde que tengo uso de razón. Con BBT me pasa algo curioso: Es el estilo visual el que me echa mucho para atrás.

    Soy consciente de que en el gameplay puro y duro, poco o nada tendrá que ver este estilo visual, pero los escenarios, la presencia del bloque cuadrado como unidad única de construcción de niveles y la poquísima variedad temática que se le adivinan hace que uno no pueda por menos que suspirar recordando tiempos pasados.

    Es un síndrome (el del diseño de niveles soso en lo artístico) que por desgracia se viene repitiendo demasiado en ese renacimiento 2D, que ha confundido el uso de patrones con la repetitividad más nauseabunda, y que hace que juegos que pudiesen estar en mis all time favorites ocupen sólo un espacio en la biblioteca de Steam o el disco duro de la consola.

    Por lo demás, muy entretenido de jugar, la verdad.

  2. Epetekaun

    Es entretenido, divertido y muy bonito. Me ha gustado mucho.

  3. Gusarapo

    A ver si con un poco de suerte este sale también en Steam

  4. Callo_Malayo

    No está mal, pero me pasa como al Sr Gris, el estilo no es malo, pero no conecto y me tita patrasss, igual q con Castle Crashers