Un poco de Super Mario Odyssey desde los Nintendo World Championships 2017

Nintendo ha mostrado algo de gameplay nuevo de Super Mario Odyssey dentro de su Nintendo World Championships, ese evento competitivo que mezcla el fervor por los eSports con la nostalgia pura y dura de revivir en 2017 un torneo que empezó y terminó en 1990. Arriba tenéis el vídeo.

Por un lado, tenemos un nivel con un sencillo puzzle que mezcla 3D y 2D: siendo el Mario regordete y esponjoso de las tres dimensiones, John Numbers y Thomas G (los competidores que manejan los mandos en el vídeo) deben interactuar con una serie de interruptores para detener en el momento exacto una serie de plataformas cambiantes que se ven en la pared del fondo, en la que luego se materializan como el esbelto y poderoso Mario pixelado. Escogiendo la configuración adecuada es posible llegar hasta la meta, que lleva a un nuevo grupo de plataformas, y así hasta llegar a la luna; no a la del cielo, sino al coleccionable principal de este Odyssey.

El segundo nivel es, de hecho, una pequeña parte del Reino de los Fogones, ese mundo de la comida, en la que hay que usar a Cappy, la gorra de Mario, para capturar unos tenedores clavados a la pared e impulsarse hacia lo alto de una torre.

Por último, en la tercera parte se ve una sección de hielo que desemboca en un combate contra un jefe final: una estatua flotante (parecida a las cabezas colosales mesoamericanas) que, sobre una arena redonda, ataca con sus gigantescos puños. La cosa está en poseer estos puños y devolvérselos por mensajero urgente directos a la puta cara.

Aunque se dice que son tres niveles nuevos, técnicamente son partes más o menos inéditas de mundos que ya conocíamos. El jefe final, por ejemplo, se vio ya en el tráiler del E3, y la sección de los tenedores estaba en el fragmento de Odyssey que se pudo jugar en las últimas previews oficiales organizadas para prensa.

Hablando de todo un poco, hace unas semanas pude probar una versión del juego que parecía final y comprobé algunas cosas que me venían preocupando o rondando la cabeza desde el E3, cuando tuve mi primera experiencia con Odyssey. La lista de restricciones para las previews es bastante severa, pero principalmente me alegró comprobar que, por ejemplo, la abundancia de lunas (no sé cuántas hay por nivel, pero se ha visto que son varias decenas) no implica necesariamente que las maneras de conseguirlas se repitan más de la cuenta: de hecho, en la hora y media que pasé con el juego no conseguí dos lunas de la misma manera, incluso en los que casos que solo implicaban estar algo atento y explorar a fondo, con Mario o con la cámara, los alrededores.

También pude comprobar que lo de correr y saltar con Mario, simplemente perder algo de tiempo moviéndose por el escenario y pegando brincos, parece estar a la altura de lo que se espera del ex fontanero. Buena parte de los escenarios parecen pensados precisamente para motivar este jugueteo sin objetivo determinado, con montículos y obstáculos que no parecen llevar a ningún sitio pero que sirven para tontear con el salto, probar técnicas o simplemente hacer la croqueta por las dunas del desierto, un sueño que todos hemos tenido alguna vez. No llevan a ningún sitio hasta que llevan, claro; casi parece que Odyssey se aproveche de que es solo un juego de Mario para dejarte alucinado cuando menos te lo esperas; que las lunas salgan aquí y allá y que la mayoría no corten el ritmo de la partida más que durante unos pocos segundos ayuda a potenciar esta sensación.

En fin, que pinta bien, qué os voy a decir. A finales de mes podremos comprobarlo.

El campeón de estos Nintendo World Championships 2017, por cierto, fue Thomas G, que acabó superando a John Numbers (campeón de la edición de 2015) en esta mezcla de juegos viejos y próximos lanzamientos que promociona el catálogo de Nintendo a la vez que rememora viejos tiempos: de estos campeonatos nintenderos sale ese legendario cartucho de NES con el que se compitió en la edición de 1990, del que apenas existen cien copias (y solo unas pocas de ellas doradas) y que hoy son una pieza muy codiciada por los coleccionistas.