And I cry if I want to

Little Party: la angustiosa aventura de tener una hija adolescente

Little Party: la angustiosa aventura de tener una hija adolescente

Gracias al estallido indie sin complejos, al avance en el debate sobre los asuntos sociales tangenciales al videojuego y sobre todo al uso del medio como forma de expresión y no solo de entretenimiento, en los últimos años hemos tenido en las manos proyectos que hace una década era prácticamente impensables. Juegos que apelaban a la empatía en lugar de la diversión, que buscaban hacernos reflexionar en lugar de mantenernos enganchados o que daban un visión del mundo real que se hacía entender mejor a través de la interactividad. No tengo claro si Little Party es un paso más en este camino hacia la globalidad temática o solamente un juego que parte de un first world problem muy de familia blanca americana, pero desde luego su premisa no se puede decir que no sea original.

En Little Party una adolescente organiza una fiesta en casa con sus amigos. Pero esta no es nuestra fiesta ni es nuestro momento para divertimos. Encarnamos a la madre de la niña, una señora de mediana edad y las primeras arrugas en el rostro que tiene una misión nada fácil: vigilar a su hija y sus amigos para que la fiesta no se les vaya de las manos y acaben haciendo algo peligroso, y al mismo tiempo estar completamente desaparecida y que la niña no note nuestra presencia con tal de no estropearle este evento social tan importante para ella.

Sus creadores, Ian Endsley y Carter Lodwick, no esconden su intención de que en Little Party no haya prácticamente nada de acción, que en lo visual sea un juego agradable pero muy simplista y que la protagonista se mueva con lentitud. Esa es posiblemente la faceta más importante del juego, paralela a la vigilancia y la interacción cuidadosa: como dice Luca Colosso, no solo eres una «vieja» sino que tampoco eres bienvenida a tu propia casa. Es una de esas sensaciones que los padres suelen experimentar durante el a menudo tumultuoso crecimiento de sus hijos, la revolución hormonal, la búsqueda de la identidad y todas esas cosas. El resultado suele repetirse con mayor o menor intensidad en todos los hogares: la relación siempre se resiente durante una época y los padres deben soportar otra carga más para su autoestima además de la decadencia del cuerpo.

Little Party: la angustiosa aventura de tener una hija adolescente

Quizá lo más curioso del asunto es que en realidad la fiesta no es un desmadre de alcohol, drogas o vandalismo aleatorio: la niña tiene talento para la música, un pintor, un aspirante a cineasta… Todos tienen en común su potencial en el arte, y la fiesta es una seguidilla de actuaciones y despliegues de talento entusiasta a la que cualquier observador le encantaría acercarse e impregnarse en la brillantez de aquellos genios precoces. Y sin embargo, la madre es rechaza y expulsada cada vez que se aproxima, sin importar lo justificada o apropiada esa aproximación. Tú no pintas nada aquí, tu momento ya pasó.

Lo que parece casi imposible de llevar a un juego es algo que Little Party intenta con mucha convicción: alcanzar esa mezcla de melancolía y felicidad que una madre experimenta cuando se enorgullece de su hija. Mientras nos ocupamos de hacer nuestras tareas (seguir abasteciendo a los invitados de comida, pasear al perro, aguantar el sueño…) hacemos intentos por interactuar de alguna manera con los jóvenes, de mostrar interés genuino en lo que hacen y la energía que desprenden, y el juego se empeña con buenos resultados en hacernos tomar la perspectiva de la madre. Ese orgullo y esa tristeza se mezclan y cristalizan, con más impacto que en ninguna otra faceta, en las dos funciones de teclas que nos ofrece la fiesta: Involucrarnos y Mirar al suelo.

Little Party se puede descargar aquí para Windows y Mac al precio que quieras.

Redactor
  1. METALMAN

    Señor @pinjed, no dejará usted nunca de sorprenderme. Esto me recuerda a esas explosiones creativas que tenía con los colegas cuando era más joven, y nos reuníamos para componer algún tema o sacar versiones, realizar algún cómic o planear el lanzamiento de un fanzine…que tiempos.

    Vale, no eramos chicas adolescentes, pero también eran fiestas creativas, y no por ello faltaba el despiporre.

    Muy curioso y muy llamativo, lo voy adquiriendo!!

    Saludos!!

  2. Ronie

    Se agradece que el medio adquiera un nivel de madurez que le permita hacer reflexiones de este tipo, pero lo cierto es que no me veo jugando a esto. Es de esa clase de juegos en los que disfruto más leyendo sobre ellos que jugándolos.

  3. Firfurcio

    Muy buen texto, @pinjed. Acabo de jugarlo, y me ha parecido encantador (y personalmente, me ha dejado descolocadísimo su precioso apartado gráfico… por los pantallazos de este artículo pensé que era un point-and-click en 2D de toda la vida, no un juego en 3D).

    Lo que más me ha llamado la atención de todo el juego, sobre todo, ha sido el final…

    Spoiler:

    Resulta cuando menos curioso que una mecánica no tan diferente del «Hold X to Pay Respects» por la que Call of Duty: Advanced Warfare se ha llevado tantos palos, aquí consiga, sin embargo, transmitir el sentimiento de conexión emocional que pretende.

  4. Sephirot's blade

    Este texto tiene frases que denotan una madurez que no esperaba. Nunca me había parado a reflexionar sobre ciertas cosas que expones, @pinjed, quizás porque soy una de esas personas -que tanto detestas- que se niega a asumir su edad.

    Pero sí, ser padre o madre en esas etapas dista mucho de ser una tarea sencilla. Tampoco lo es ser adolescente, ojo. A mí, porque me han faltado muchas cosas por vivir de adolescente (prácticamente no me relacionaba, los de mi edad me maltrataban), pero entiendo que lo de las fiestas en casa de los padres es una situación relativamente habitual.

    Otro tema que tocas en el texto, un poco de soslayo, es el del paso del tiempo (ser padres, envejecer). Algo tan angustiante y que da para cientos de parágrafos por escribir. Pero voy a acabar aquí mi comentario, que no quiero deprimiros más xD.

    Gracias por darnos a conocer estas propuestas tan interesantes.

  5. pinjed

    @sephirots_blade

    A veces creo que eres demasiado duro conmigo. :_

  6. Sephirot's blade

    @pinjed No, en serio, gracias por escribir estas cosas en las que ningún medio del videojuego se para a reflexionar. Y además, tan bien escritas.

  7. Nirvana123

    Vengo de jugarlo y me ha gustado mucho. A mi parecer le ha faltado algo de fuelle en sus intenciones, aunque me da que la culpa la tiene haber leído este grandísimo texto antes.

  8. Pep Sànchez

    Coñe, bastante agradable. Y no me ha parecido tan pesimista como comentas. Es evidente que la madre no está en su elemento, pero el trato de todos con ella está un punto por encima de lo meramente cordial o lo educado sin más; a casi todos les da algún consejo, yo «me he sendito» moderadamente «útil» a pesar de ese papel pasivo en la fiesta.

    Cambiando de tema, lo de este tipo de microjuegos empieza a ser muy, muy interesante, ¿eh? Cuesta seguirles la pista, así que gracias por traerlos aquí, @pinjed.

  9. hurgot

    Hola probando insignia de plata Xd