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Queda más de un mes para su lanzamiento, y los que no dan por hecho que Dead Island será un tordo terrible, siguen sumidos en un mar de dudas. Las señales apuntan a que no estamos ante la joya que sugería el tráiler, pero aquí, como en la vida, el secreto está en minimizar las expectativas y disfrutar de los pequeños detalles como el crujido de un occipital al ceder o el sonido un paquete intestinal derrámandose en la arena.

Cada vez se prodigan menos estos señores de la ESRB, pero siguen siendo un remanso de lulz en mitad de un vendaval de despropósitos, declaraciones vergonzosas y burda promoción. Con Dead Island era de esperar cierto escándalo con sus niveles de violencia, pero lo que no sabíamos es que además de sangre y cráneo aplastados también habrá botellón, yonquis con el mono y sesiones de bondage filmado. ¡Viva!

El que hasta ahora ha sido sin duda el mejor tráiler del año y un fenómeno que ha conseguido puesto los ojos de todo el mundo en un juego que jamás le importó un carajo a nadie y que posiblemente deje de hacerlo en cuanto salga como Dead Island, ese tráiler de la niña muerta, ha visto premiada su calidad con un León de Oro a la mejor producción para Internet en el Festival Internacional de Publicidad de Cannes.

El jueguico de los zombies tropicales y las palmeras como horca ya tiene cara y ojos. Como veis, las portadas de Dead Island recuerdan ferozmente al final de Platoon, como si el sargento Elias hubiese vencido a la muerte para vengarse del cabronazo badass de Barnes. Por cierto, el que me diga que le he spoileado la película tendrá el honor de estrenar nuestro fabuloso banhammer letal. Bring it on.

Los mamonazos simpáticos de Joystiq han tenido oportunidad de echarle el guante encima a esa gloriosa unión de zombies mutantes y mojitos que es Dead Island, y como nos morimos de envidia vamos a robarles las nuevas capturas que han acompañado a su preview y que muestran una vez más la pintaza del juego de Deep Silver.

Hay que ver la de polémicas estúpidas que está generando Dead Island.