La pelea en el pasillo de Oldboy recibe el tratamiento NES

Oldboy (2003) es una de esas películas que te cambian, que de algún modo reconfiguran ciertos engranajes dentro de nuestro cerebro y nos hacen ver el cine desde una perspectiva nueva. Su mezcla de acción, drama desgarrador y preciosismo visual la convierten en una de las cintas con más personalidad y convicción que ha dado el cine. Y una de sus escenas más famosas es precisamente la que hacía un guiño a los espectadores videojuerguistas con una pelea totalmente inverosímil que se produce entre el protagonista, Oh Dae-Su, armado con un martillo y un montón de matones con cuchillos. La lucha es un yo contra el barrio de manual que riza el rizo de las referencias: tiene todo el aspecto de un videojuego beat’em up, un yo contra el barrio, un género que a la vez se basa en el cine de arte marciales que nació precisamente en Asia. Una coreografía caótica y sin demasiado brillo donde lo que quiere centrar la atención no son las hostias sino la forma en que progresa la escena: un solo plano secuencia en traveling lateral (o scroll lateral, para seguir con el paralelismo) intensísimo y de más de tres minutos. El movimiento regular y coordinado con el protagonista transmite la sensación de que una fuerza le está empujando y que no le va a dejar detenerse. Esa fuerza invisible es posiblemente la sed de venganza, que aquí sustituye a la fuerza que mueve a Mike Haggar o a Axel: el jugador. Como señalan en Killscreen, la escena es pura poesía visual. Ahora parece que los videojuegos pueden devolverle el homenaje, aunque sea de una forma modesta y marginal. Hammered es la adaptación a videojuego retro de aquella escena con una dosis importante de humildad y hasta un poco de vergüenza (el autor, DavidDraws, se disculpa con Park Chan-wook, el director de Oldboy, en la misma página del juego). Es pixel art, y son muñecotes, pero capta la esencia de la escena original, el avance impasible, regular, tanto de la cámara como de Oh Dae-su en una pelea imposible que tiene una función muy simbólica y visual: da igual que le apuñalen la espalda o que lo rodeen y lo maten a palos; como en un videojuego clásico, siempre tiene más de una vida. Podéis jugarlo aquí. Por cierto, que este demake (un término que solo suele aplicarse a versiones minimizadas de videojuegos más sofisticados; otra señal de que la pelea de Oldboy bebe de los juegos con toda seguridad) se enmarca en un certamen interesantísimo dentro del Leamington Underground Cinema Festival, donde además de proyectarse cortos, películas y documentales y darse charlas sobre asunto formales del cine y lo que lo rodea, se celebra este concurso de adaptación de películas a videojuegos. Estaremos muy atentos a los finalistas porque seguro que se sale alguna que otra cosilla interesante de ahí.