Behind Every Great One

Behind Every Great One

Behind Every Great One comienza como muchas de las grandes obras de terror: con una aparente normalidad fracturada por la otredad. «Lo otro» (aquello que no soy yo y que no puedo entender) penetra en un mundo que no le pertenece, tiñéndolo de una manera tan profunda que no hay marcha atrás; hay un antes y un después de esa herida en la realidad de quien experimenta un contacto con lo otro; pero ambas etapas son inconmensurables entre sí, tienen reglas distintas y son parte de un paradigma distinto. Pero si bien estamos acostumbrados a ver que «lo otro» es algo que entra a este mundo desde fuera (monstruos, fantasmas, etc.) en el juego de los valencianos Deconstructeam el terror aparece dentro de un mundo que conocemos perfectamente: el de una relación de pareja.

La primera escena del juego consiste en una charla aparentemente inocente entre la mujer a la que controlamos y su pareja, en la que él le declara a ella su amor, a la vez que le da las gracias por servirle de fuente de inspiración, por ser su musa. La mujer no es un sujeto, sino que está sujeta al hombre, a que sea él quien determine qué es y para qué sirve: su utilidad es ser una musa. No crear, sino ser para que otros creen, lo que establece de manera clara el tipo de relación de poder en el que viven ambos personajes y en el que la historia del videojuego de Deconstructeam se desenvuelve. Una relación de poder que eclosiona en una segunda escena brillante, donde la pareja de la protagonista insiste en su querencia de sexo: debido al éxtasis que le supone el proceso creativo de artista, no puede conciliar el sueño y para poder dormir pide sexo (de hecho lo hace en todas las noches de las que el juego es testigo) con el fin de que la paz que sigue al orgasmo le suma en un estado de sueño placentero. Esta imagen de la mujer-musa que el artista cree poder y deber usar también aparece en Mother!, la película de Aronofski, donde la mujer es a la vez musa y vagina (etimológicamente «vaina para el pene», otra reducción más), pero siempre algo para su uso y disfrute personal.

Si aceptamos ese chantaje emocional, el juego sigue su curso como si nada hubiera pasado, como si ese acto sexual claramente asimétrico no hubiera tenido lugar; pero es si nos negamos a consolar sexualmente a nuestro compañero cuando el juego sutilmente muestra el primer esbozo de lo que será la mecánica principal del videojuego. Al negarnos a ceder, el juego acerca su cámara a la mujer que controlamos, en una clara metáfora de cómo nuestro mundo se hace más pequeño (la premisa a la que el juego se tenía que adaptar por estar inscrita en el contexto de una Ludum Daré cuyo leit motiv era este mismo: «running out of space») y se va quedando sin espacios donde expresarse y meramente ser. En ese chantaje emocional está la fractura que acaba socavando la realidad, transformándola en algo terrorífico: en esa asimetría en la que viven, un momento como el que precisa el sexo, al que se le presupone intimidad y franqueza para con el otro, nunca es un sexo entre iguales, sino un ejercicio de poder; y el consentimiento queda difuminado por una brecha inabordable entre ambos.

Behind Every Great One

Si el consentimiento se da en unas circunstancias tan determinadas como estas, cabe preguntarse si lo que muestra el videojuego con esa escena es algo que tristemente está más extendido de lo que creemos: una violación. Pese a que damos por hecho que una violación es siempre violenta, deja lesiones horribles tras de sí y siempre es llevada a cabo por un desconocido, la realidad no tiende a ser tan extraordinaria, sino cotidiana e impune casi por completo.

Germaine Greer, en su libro Sobre la violación, defiende que la violación no es un hecho inusitado o extraordinario; no es un acto insólito que solo un monstruo puede llevar a cabo. La violación está en el tejido mismo de la vida cotidiana y es desde esta cotidianeidad desde donde debemos analizarla. Solo podremos comprender la incidencia de la violación y nuestra incapacidad para lidiar con ella si la encuadramos en el marco de la psicopatología de la vida cotidiana.

Jordi de Paco, escritor y director del juego, reconocía en esta entrevista que verse a sí mismo desde fuera realizando acciones como la de exigir sexo fue un proceso transformador para él; un proceso que venía de antes: «Mi postura al respecto ya la tenía clara antes de hacer Behind Every Great One, pero plasmarlo en una experiencia interactiva fue como la última fase del duelo de este proceso deconstructivo: aceptación. Estoy contento de haberlo podido poner delante de otras personas para que se hagan la misma pregunta, se enfaden, o empaticen con quien recibe la violencia». El mismo proceso transformador que sufrió Jordi lo sufre igualmente quien juega al juego de una manera abierta y se ve reconocido en esas presiones que ponemos a las personas que viven con nosotros para que nos satisfagan (sexualmente, pero también de otras mil formas), pero también en los silencios que inundan los espacios donde transitamos cuando quien queremos se ha ido, o en las concesiones que hacemos a la parte exitosa de una relación para que su felicidad aspire a rozar nuestra no tan exitosa desidia.

Behind Every Great One

Cuestionado por si ese momento en concreto en el que la protagonista es chantajeada emocionalmente por sexo representa una violación, Jordi explica que «ahora mismo mi posición al respecto es que persuadir en lugar de seducir es un tipo de violación; sin las mismas implicaciones que un ataque con violencia, pero un comportamiento que debe ser erradicado igualmente. Cuesta llamarlo así porque muchos lo hemos hecho y/o lo hemos vivido (rogar por sexo, chantajear emocionalmente…) y no nos gusta visualizarnos a nosotros mismos o a nuestras parejas como personas inmorales, agresores o víctimas». Si las obras culturales aspiran a algo, es a esto: a servirnos de espejo que nos devuelva la mirada, pero añadiendo a esa mirada información que no sabíamos que estaba ahí. Las grandes obras no son solamente las que disfrutas y fagocitas con tantas ansias como gusto, sino las que dejan cicatriz, y todas las cicatrices cuentan historias de aprendizaje.

Lo que nos enseña esta escena es que el sexo no consentido (un «sí» no basta, de la misma manera que a veces no es necesario) está igual de extendido que el consentido y que la mujer en palabras de Greer «está condenada a sufrir mil violaciones legales por cada una ilegal».

Behind Every Great OneEn Game Boy, de Víktor Parkas, se articulan una serie de ensayos sobre la idea de que los hombres, si quieren ayudar en algo al movimiento feminista, deberían centrarse no en crear nuevos discursos sobre cómo debe ser una mujer o cómo debería comportarse, sino en analizar nuevas masculinidades y crear obras que las retraten. Es por esto que Behind Every Great One es un juego no solo excelente por su mecánica principal (Marta Trivi ya habló de ella en este artículo) sino un juego necesario por todo aquello de los que nos hace testigos. Un juego que no se esconde y que se atreve a cuestionar los lugares comunes en los cuales no solo su creador, sino muchos de nosotros, hemos caído en nuestras relaciones y cómo estos lugares comunes no son por cotidianos menos oscuros y alienantes.


Sobre el autor

Peio Azcona se licenció en Filosofía porque le gustaba eso de pensar el mundo. Ahora su mundo es pensar en qué estaba pensando al hacerlo. Intenta dedicarse a la docencia mientras escribe sobre videojuegos donde le dejan.

Redactor
  1. PetrosP8

    Hiper interesante. Gracias por traer este tipo de artículos.

  2. Aku

    Uuuhh. Muy interesante. He parado de leer para evitar spoilers pero volveré en cuanto lo juegue.

  3. MariaHzEz

    Que guay – os habeis ganado un patreon nuevo

  4. AndresBaez

    Qué bueno, dejo aquí el enlace de descarga del juego.
    Un abrazo.

  5. Mijel

    Buen artículo. Es evidente que los hombres tenemos un problema gordo con nuestra visión del sexo.

  6. Creikord

    Gracias por el texto y por toda la reflexión.

  7. ese_broncas

    @emedepan Como mínimo deberíamos replantearnos muchas cosas que debamos por sentadas. Porque hay ciertas cosas que deberían estar ya superadas pero no es así, sólo están desvirtuadas o cambiadas para alejarlo del foco. Y que te ayuden a reflexionar sobre todo esto jugando… posiblemente entre mejor no?

  8. Howard Moon

    El articulo es escalofriante, ominoso. El juego ( o la experiencia) definitivamente no es para mi. Lo mejor de ambos es el articulo de Trivi, que ya estaba leído y comentado en su momento.
    El Juego, como ya había imaginado, no me da nada que morder. Terriblemente insulso y superficial.
    Obviamente esto que pienso no tiene que ver ni con la duración ni el formato.
    Tampoco me toca ninguna fibra sensible y eso que soy de lágrima (e ira) fácil. Especialmente ante la injusticia.

    @emedepan dijo:
    Buen artículo. Es evidente que los hombres tenemos un problema gordo con nuestra visión del sexo.

    ¿No seria mas correcto decir que ciertos hombres tiene un problema con su visión del sexo?
    ¿O tu crees que los hombres tienen una visión similar del sexo y las mujeres otra?

  9. Howard Moon

    @for_the_republic
    Me gustan los tochos, me gusta que se den argumentos y me gusta que no me llames nazi ( XD ).
    Pero estoy sin dormir y tocas muchas cuestiones. Mañana te contesto como te mereces.
    Lo único que te digo es que, en todo caso, es una discusión imposible. Porque tu tienes ideas tomadas sobre cuestiones complejas que tienen factores multicausales. Cuestiones que, en mi opinión, muchas de ellas no pueden extrapolarse a la humanidad toda. Ni histórica ni, mucho menos, geográficamente. A no ser que creas que la sociología y la antropología puedan tener la misma capacidad de definición y predictibilidad que la astrofísica.
    No todo es tan simple de entender, desgraciadamente, como en otros otros tipos de violencia de genero como el feminicidio. Que ahí si, a priori, puede verse un carácter mas perversamente universal y homogéneo.
    Y si esto es así es precisamente por la estadística. Que da un terreno mas solido para pensar aspirando a un rigor científico.
    La sexualidad es algo infinitamente mas complejo.
    No niego nada de lo que apuntas, simplemente veo una diferencia de grados y me cuesta hacer generalizaciones.

  10. Howard Moon

    @for_the_republic dijo:
    @telvanni Pero en realidad no lo creo: no creo que haga falta un tratado de sociologío o antropología para saber si tu pareja quiere tener sexo de una manera entusiasta y no fruto de determinadas presiones o coacciones, directas e indirectas, y de si mantiene esa actitud de una manera continuda.

    Pero si esto que remarco es exactamente lo que pienso, hombre! XD El que no se de cuenta ante una situación como la que planteas o tiene una una inteligencia muy limitada o, directamente, es un excremento humano. O yo seré una persona maravillosa con un cerebro privilegiado, cosa que dudo bastante.
    De ahí que el juego me parezca algo muy menor. Ya me había olvidado del juego y estaba conversando solo teniendo en cuenta tu primer mensaje, que tiene mucho mas de interés que el susodicho juego. XD

    El juego no tiene ninguna razón ni utilidad mas allá de alimentar espiritualmente a los que comparten de antemano un determinado tipo de pensamientos.
    O es un tipo de expresión artística que a mi no me llega de ninguna manera. Pero ahí ya entramos en consideraciones estéticas en sentido filosófico..

  11. Mijel

    @telvanni
    Lógicamente, estaba generalizando. No me sé la estadística de cuántos lo tienen y cuantos no.

    Y si, así en general, diria que los hombres y las mujeres tienen una visión diferente. Y una es claramente la dominante y muchas veces problemática.

  12. AlbertGarlo

    Muy buen texto. Gracias Peio.

  13. Sams

    Buen texto, buen juego, buen debate.