Lagrimones a la vista

Fragments of Him o cómo superar la pérdida

Los indies no solo existen porque hay gente con pocos medios y muchas ganas, sino también para llenar huecos que la industria ha ido dejando a su paso. Aquí ya tenemos el culo pelado de hablar de madurez en el medio y de cómo algunos títulos intentan salirse de lo de siempre para centrarse en temas que la literatura o el cine llevan tratando desde siempre. En el mundo indie, que no depende de accionistas y por tanto teme menos a algo tan sano y necesario como el fracaso, hace ya tiempo que muchos juegos abordan con conmovedora valentía el tema de las emociones dándonos gloriosos aciertos —como Gone Home o Always Sometimes Monsters—, patinazos sonrojantes —como 4PM— e intentos discretos pero bien encaminados —como Continue?9876543210 o The Novelist—. Fragments of Him es otro nuevo empujón en esa dirección, y ojo porque su apuesta va directísima al pecho: la superación de la pérdida de un ser querido en un trágico accidente y su influencia en el mundo.

La premisa parece inspirada en auténticas motosierras sentimentales como el devastador documental Dear Zachary: A Letter to a Son About His Father de Kurt Kuenne o el reciente homenaje, también documental, al hacktivista Aaron Swartz en The Internet’s Own Boy: la muerte de un joven hace que sus allegados tengan que recoger lo que dejó antes de fallecer: sus pensamientos, su forma de actuar y la manera en que influyó en todos ellos y, en mayor o menor medida, les cambió la vida. Fragments of Him es un juego sobre el brutal impacto de una muerte cercana y, si sale bien, será uno de esos títulos que producen esa sensación maravillosa entre el desasosiego y la satisfacción de ser conmovido.

Fragments of Him, otro indie emocional

La idea nació de este trío llamado SassyBot en el Ludum Dare 26, en abril del año pasado. En aquella primera versión encarnábamos a un tipo que había perdido a su novio en un accidente de tráfico y debía recorrer en primera persona todos sus recuerdos y borrar los objetos que le recordase a su amado para poder seguir con su vida.

La mecánica esta vez parece que será distinta y nos harán controlar a todos aquellos alrededor de la muerte del protagonista, que deberán recoger los pedazos de sus recuerdos con el fallecido, tratando de cubrir todas las facetas del evento, incluida la del propio muerto antes de irse al otro barrio. Poca broma. La idea es que podamos tomar decisiones dentro del rango de movimiento de una historia que ya está escrita, pero prometen patearnos el alma con un aparente clímax que palidecerá al lado de lo que vamos a sufrir tras la muerte del joven, cuando veamos los efectos devastadores que tiene en el resto de personajes.

Redactor
  1. Fernando_8bits

    Es algo muy grande que los videojuegos pasen de «matamarcianos» a desarrollos tan adultos y brillantes como este.

    Bravo por SassyBot y por todos los indies que rompen todas las cadenas oxidadas de la industria para demostrar que los videojuegos son el summun del ocio multimedia.

  2. marearp

    No hace tanto que pasé por una situación familiar jodida relacionada con esto y no estoy seguro de querer meterme en este berenjenal, pero me atrae extrañamente.

  3. SrVallejo

    A ver si lo consiguen. Me parece sensacional cada pasito que hace el videojuego para dejar de explicar aventuras épicas y empezar a adentrarse en lo cotidiano. Le seguiré la pista.

  4. pinjed

    @wharfinger_kyd

    Son los primeros juegos que abordan estas temáticas, me parece normal que todavía no hayan encontrado su sitio en lo estético.

  5. pinjed

    @thebigsleep

    ¿El de Gone Home o cuál?

  6. Joker73R

    Los videojuegos como terapia para superar el duelo con historias emotivas como ésta. Como idea de artículo, lo veo.

  7. Invento Man

    Mas Ikarugas y Guilty Gears, y menos gafapastadas como esta.

  8. rojovelasco

    @invento_man

    Claro, como hay un numero maximo de videojuegos al año, este esta ocupando el hueco de otros juegos centrados en el gameplay…

    Con ideas así el videojuego tardará en despegar como arte.