Dentro de un par de semanas se estrena en su mercado doméstico la película noruega Gilberts grusomme hevn (algo así como «la cruel venganza de Gilbert»), una historia dirigida por Hanne Larsen y basada en el libro infantil Eggg de Stein Erik Lunde que habla sobre las peripecias de un chavalín con alergia al huevo enamorado de su nueva vecina Line y atormentado por su tía, una mujer obsesionada con la enfermedad que no deja de martirizarlo activando su alergia y haciéndolo vomitar como una jodida hormigonera. Es una comedia escatológica con relativa buena pinta, pero aquí lo que nos interesa es que también hay un videojuego en desarrollo y el vómito tiene una importancia capital.
El juego en cuestión lleva por título Eggggg y es obra de los también noruegos Hyper Games. La filiación del proyecto con la película parece bastante oficiosa, aunque luego el asunto tiene muy poco que ver: aquí se trata de un colorido plataformas 2D protagonizado por Gilbert, que recorre los escenarios aprovechando el superpoder que es su capacidad para vomitar a lo loco, ya sea para impulsarse en el aire como un jetpack de olor fuertecito o llenar un hueco de caldo con tropezones para alcanzar el borde.
La verdad es que al primer vistazo tiene un aspecto la mar de resultón, con esa mezcla de concepto absolutamente asqueroso con una estética adorable y vivaracha que recuerda un poco al estilo de Pendleton Ward. Aunque, todos quietos ahí, el apartado visual es en realidad obra de dos ilustradores españoles, los hermanos oscenses Juan y Alejandro Mingarro, que ahora están afincados en Barcelona y componen desde 2006 la compañía Brosmind Studio.
Eggggg llega dentro de poco a iOS y Android.
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Run Gilbert – ¿Será una referencia a Ron Gilbert?
Ya tengo frase favorita del 2016.
Espero que haya skins desbloqueables para el personaje
¡¡Vomitón!!.
Qué bonico el arte. Qué envidia malsana y enfermiza me da ver que otros ilustradores españolas triunfan mientras yo sigo haciendo storyborads patateros.
Está guay esto de que nombréis a los ilustradores detrás del arte del juego. Sobre todo cuando es un caso donde el estilo propio del artista es el que se lleva al juego (como en Firewatch y Olly Moss o el juego del otro día de Tequila con arte de Enrique Fernandez).
Fuaaaaa, Da cosilla.
Parece un juego de Rick And Morty :pensando:
¿Cómo puede vomitar y ser feliz al mismo tiempo?
Recuerdo ese episodio como veinte minutos de risa compulsiva. Tremendo!