Un videojuego triunfa porque es tan malo «que flipas»

CC Soft es una empresa coreana que, un buen día, dedicó obviar la pasión nacional por los MMO y se metió en el mercado de los first person shooters; después de tres juegos que no dieron demasiados frutos, hace unos meses se lanzó Wacker Pavillion, su último juego y un inesperado superventas a nivel mundial. El motivo de su éxito: es tan malo que sólo verlo produce efectos similares al MDMA. De esta curiosa circunstancia se dio cuenta Anthony L., diseñador gráfico londinense, que encontró casualmente un vídeo del juego en YouTube; cuando al poco tiempo coincidió con sus compañeros de piso, les dio un abrazo que no se esperaban «para nada», según han declarado posteriormente. «Tenía las pupilas dilatadas y actuaba raro, pero nunca pensamos que podría haber sido sólo por ver un vídeo de YouTube», asegura uno de ellos. «En cuanto nos lo dijo, lo probamos», afirmó, sin pudor, el compañero, sin soltar el botellín de agua que llevaba en la mano. La voz se corrió y hoy ya se cuentan por miles las cartas que llegan a las oficinas de CC Soft para gestionar la licencia de derechos del juego. Son muchas las discotecas que quieren incluir vídeos del juego en sus circuitos cerrados de televisión, o usarlos para acompañar a las sesiones de sus DJs residentes. «La gente va a ponerse hasta el culo igual», afirma el encargado de una conocida discoteca madrileña, «así por lo menos controlamos lo que se meten. O lo que ven. No sé, no sé cómo referirme a ello». Las autoridades británicas han denunciado el abuso de Wacker Pavillion (o WP, pronunciado vipí, como ya se refiere al juego mucha gente) pero no lo han condenado, quizá por considerarlo un sustituto inofensivo al éxtasis que está resurgiendo en los clubes de Londres; recomiendan, eso sí, no jugar las versiones que se han lanzado en varios portales de descarga, avisando de que si verlo produce unos efectos tan potentes «jugarlo podría ser el equivalente a una sobredosis». La comunidad científica no se explica exactamente cómo han conseguido crear un producto audiovisual de ese tipo; los más incrédulos han tenido que rendirse a la evidencia tras ser expuestos a un YouTube del juego. «Era escéptico, lo reconozco», asegura Jaume Alonso, investigador en el IMIM-Hospital del Mar, en Barcelona. «Tuve que verlo un par de veces para terminar de convencerme de que sí, el juego es tan malo que flipas. Literalmente.» Por cuestiones de seguridad, evitamos incluir imágenes del juego en esta web. Que cada uno investigue bajo su propia responsabilidad.