Esto es Ultraflow, el juego zen de los puzzles minimalistas

Las sorpresas que le da a un GameJolt a veces; tantas veces, de hecho: todas las semanas hay cosas interesantes, desde experimentos extremos hasta juegos tan bien pensados y ejecutados de una forma tan elegante como este Ultraflow, un juego de puzzles minimalista que se puede jugar tanto desde el navegador como en móviles Android.

Pensemos en el minigolf, por ejemplo; nuestro objetivo es meter la bola en el hoyo, digamos, aunque en esta ocasión hablamos de dos círculos que tenemos que juntar. Deslizando el dedo (o arrastrando el ratón) controlamos la trayectoria y la potencia del proyectil; no hay tiempo ni puntos, aunque sí un número que indica el número de veces que puede rebotar nuestro círculo antes de llegar a la meta. Si nos pasamos, fin de la partida.

Lo que al principio es tan simple como hacer que la trayectoria del círculo sea más o menos precisa y vaya rebotando en las paredes del nivel se va convirtiendo poco a poco en una buena demostración de creatividad, a medida que los modificadores empiezan a entrar en juego: las flechas que nos proyectan en una u otra dirección, las zonas que nos frenan, los puntos que nos atraen o expulsan, modificando nuestro camino. En otras ocasiones, los niveles se ponen más creativos: cuando, por ejemplo, nos dejan varias decenas de rebotes y para llegar al objetivo hay que destruir bloques, a lo Arkanoid, que dan forma a marcianos de Space Invaders, o al logo de Batman.

Cuando has terminado unas cuantas decenas de niveles, Ultraflow todavía consigue sorprender: me han gustado mucho los niveles en los que el círculo no puede tocar nada hasta llegar a la meta, y tenemos que calcular bien la trayectoria y el impulso para que sean las flechas y las órbitas las que vayan moviéndonos por entre los obstáculos.

No es un juego especialmente difícil, pero sí tiene su miga: a partir del nivel 50, más o menos, de vez en cuando hay algún laberinto especialmente complicado, o alguna secuencia de modificadores que abruma al principio; terminar los 99 niveles del juego lleva un rato, pero merece mucho la pena. Si jugáis desde el ordenador, protip: la partida se guarda automáticamente, y si cerráis la pestaña de GameJolt podéis continuar desde donde lo dejasteis cuando volváis.

Tiene algo muy relajante; casi sin darme cuenta le he dedicado toda la mañana, perdiéndome a menudo en los dibujos a los que da lugar la estela de nuestro círculo, jugando a dibujar formas metiéndolo y sacándolo de órbitas, quedando fascinado por las explosiones de formas geométricas y los movimientos repetitivos de los niveles, maravillado por sus mezclas de colores. Muy recomendable, os digo.

Está desarrollado por Thibaud Troalen, Franck Fitrzyk, Gautier Tintillier, Maxime Bondoux y Theophile Loaec, un grupo de estudiantes que dedicó seis meses a crear este pequeño juego tan agradable. Estudiantes, repito; qué alegría da saber que hay gente con tanto talento que todavía ni siquiera está dentro del circuito profesional. Lo mismo que con los del IGF, vaya.

Podéis descargarlo en Google Play para tener una experiencia óptima, como la que se ve en el vídeo de arriba. En GameJolt se puede jugar desde el mismo navegador, aunque usando el ratón, claro.