Rust sale del programa Early Access de Steam el mes que viene

Facepunch ha anunciado que Rust, su simulador de psicopatía en pelota picada, saldrá del programa de acceso anticipado de Steam el mes que viene, el día 8 de febrero.

Lo hará sin mucho bombo, explican, porque salir de ahí no significa «que el juego esté hecho». Su planteamiento está siendo otro: «Pensad en esto como si fuéramos nosotros diciendo que si Early Access no hubiera existido, ya habríamos lanzado el juego en Steam». Según reconocen, «sentimos que si Early Access no existiera y hubiéramos estado haciendo el juego en secreto, en este punto estaríamos satisfechos con publicarlo en Steam».

La idea es hacer que el desarrollo sea, en adelante, «más estable», evitando romper cosas en un lado por ir con prisas en otro. Por eso, las actualizaciones serán mensuales a partir de ahora, y se añadirán menos cosas pero estarán más probadas. Quien prefiera el ritmo rápido e impredecible puede usar la Staging Branch, una versión del juego actualizada a diario y en la que puede pasar cualquier cosa; seguramente esté más expuesta a fallos y bugs, pero se puede tener instalada en paralelo junto a la estándar.

De paso, el precio también va a subir. Garry Newman, el creador del juego (y también de Garry’s Mod), explica que «ese había sido siempre el trato» y da las cifras: de 20 euros pasará a 35 a partir de febrero.

«Por favor, intentad no comprar el juego con otro ya terminado o alguna versión idealizada que tenéis en la cabeza», se lee en la web del estudio. «Comparad el juego actual con cómo era cuando entramos en Early Access». Rust se publicó en acceso anticipado a finales de 2013, y desde entonces no ha abandonado siquiera la versión alpha; una de las principales críticas que se le suele hacer es esa, aunque lo cierto es que tiene una comunidad bastante entusiasta y no es difícil encontrar motivos para interesarse por él. Los tiempos largos son una cosa muy Rust: de hecho, ya se anunció que iba a salir de Early Access en mayo del año pasado.

Yo mismo jugué a Rust un tiempo, hace un par de años, y no le diría que no a volver a él. En 2016 escribía sobre una de las últimas actualizaciones, pensada para promover el juego en equipo y acelerar y facilitar la creación de pequeñas comunidades de cooperación. La realidad de las partidas más comunes seguía siendo otra:

Por ejemplo, en una ocasión desperté en un servidor nuevo, desnudo y con un aún patético nivel 1, dispuesto a golpear árboles hasta desbloquear un par de herramientas. Duré 28 segundos: alguien me disparó desde la lejanía con un rifle. No es la mejor manera de hacer las paces con un juego que siempre me había parecido excesivamente hostil; a pesar de todo, mi confianza en la humanidad me hizo acercarme con espíritu amistoso a los demás. Uno de los problemas de Rust está en que es más fácil romperle el cráneo al prójimo que comunicarse, así que mi experimento consistió en quedarme quieto y desarmado (y desnudo) frente a otros jugadores, para dar a entender que iba en son de paz. En una ocasión, después de varias huidas (mi estrategia de quedarme quieto no evitó que varias personas me agredieran a pedradas), un tal Mr. Bean me asesinó con una lanza mientras intentaba cocinar escondido dentro de un rudimentario edificio sin puertas. (Más adelante, al borde de la muerte por inanición, me encontré al tal Mr. Bean, que en mi cabeza sigue siendo el avatar de Rowan Atkinson en Rust, durmiendo al lado de unos arbustos; le golpeé con una roca hasta que murió y luego me comí su carne. Poco después morí deshidratado.)