Outlast 2 tendrá orgías satánicas y una violación masculina

Creo que hace ya años que no publicamos una de esas noticias basándonos en los fascinantes resúmenes de la ESRB sobre juegos llenos de violencia, sexo, drogas y palabrería de mal gusto, pero creo que hoy merece la pena volver a este tipo de contenido. Esta vez, eso sí, las descripciones no vienen de Estados Unidos sino de la Classification Board australiana, que ha denegado a Outlast 2 la calificación por edades no permitiendo así su lanzamiento en Australia. A menos que Red Barrels entregue una versión rebajada para cumplir con las exigencias morales del territorio, la secuela de aquel tren de la bruja que fue el primer juego no verá la luz en su país por contener niveles de violencia sexual que el organismo regulador considera inaceptables. La demo de Outlast 2 ya se llevó en Australia un R18+ rojo como el Diablo, pero al parecer el juego completo es demasiado para sus cabezas y le han puesto, jajá, la cruz. Echad un vistazo al texto describiendo los momentos más incómodos del juego porque merece la pena y a más de uno le van a dar más ganas de jugarlo. Eso sí: ojo, que contiene spoilers.

En una cinemática del juego, una criatura femenina prepara a Blake para un ritual. Ella le dice: «Quiero ver tu auténtico rostro. Tu simiente hará arder este mundo». Poco después, él se resiste a recibir un soplo de polvos psicoactivos en la cara, gritando «¡No! ¡No!» antes de encontrarse en un claro de un bosque. En su visión borrosa, observa lo que parece ser una orgía ritual. Su mujer, Lynn, le pide ayuda diciendo «¡Duele! ¡Oh, Dios!» mientras cuelga de unas cadenas sobre una plataforma elevada frente al claro. Criaturas humanoides con la piel grisácea, manchadas de sangre y llenas de cicatrices, mantienen relaciones sexuales implícitas mientras otras rezan, cantan o gesticulan. Una criatura tiene a otra agachada sobre una roca, embistiéndola y teniendo implícitamente sexo anal [NdT: dice literalmente rear-entry sex, «sexo por la entrada trasera»], otra está sentada sobre la región pélvica de una criatura tumbada en el sueco, moviendo las caderas rítmicamente como otra muestra de sexo implícito. Otros dos pares de criaturas están en el claro también teniendo sexo implícito. Blake grita a las criaturas que «se alejen de ella» y una criatura femenina, con sus pechos grises desnudos, lo empuja para hacerlo caer sobre su espalda, sujeta sus dos brazos contra el suelo y frota repetidamente su entrepierna contra él. Mientras Blake protesta diciendo «¡No! ¡Para!», la criatura se frota otra vez antes de poner su cara en la zona intermedia de él para luego sentarse y limpiarse la boca. Aunque mucho del contacto entre la criatura y Blake está tapado por suceder debajo de la pantalla, el entorno sexualizado y el comportamiento agresivo de la criatura sugieren que se trata de una agresión de naturaleza sexual. La Classification Board opina que esto, combinado con las objeciones y el sufrimiento de Blake, constituye una representación de violencia sexual implícita.

Aunque todavía no está del todo claro si la temática de Outlast 2 gira en torno a una facción del satanismo (en la demo hay citas bíblicas y la cruz invertida del título estilizado deberían ser indicios suficientes, pero nunca se sabe), un tipo de ambientación que se echa francamente de menos en los videojuegos de terror, está claro por lo que dicen en la Board australiana que como mínimo a Red Barrels no le tiembla el pulso a la hora de echar mano de situaciones controvertidas. Orgías hemos visto alguna que otra en los videojuegos, pero una violación masculina… Ahí sí que ya estamos entrando en territorio tabú. Y me parece bien.