If only you could talk to the monsters

If only you could talk to the monsters

Uno de los triunfos de Wolfenstein 3D es que se entiende bien. Eres un espía norteamericano de ascendencia polaca con un objetivo: matar a Adolf Hitler para destruir el nazismo. ¡Tan simple, y a la vez tan complejo! En entregas posteriores, la serie Wolfenstein ha hecho más énfasis en otros temas, desde históricos hasta esotéricos, en paralelo a la aparentemente imparable fascinación que el nazismo, incomprensible de puro abominable, ha despertado en medio mundo. El oro nazi, las megaestructuras nazis, las conexiones entre los nazis y civilizaciones de otros planetas, la magia egipcia de Hitler, los experimentos fatales que los nazis llevaron a cabo con seres humanos. El ruido infinito ha diluido, parece, parte del horror y la miseria que los nazis provocaron sobre todo en Europa, las heridas imposibles de cerrar por las que nuestro continente todavía sangra. Puede que Wolfenstein 3D sea parte del problema, por lo que aporta a la imagen de los nazis como supervillanos de tebeo, freaks con un ojo puesto en lo paranormal y en la magia, pero por su aparente sencillez es también una válvula de escape: el mítico Hitler con exoesqueleto del final lanza un guiño al interés del nazismo por los experimentos con humanos, pero no hace falta ni una mención a las muchas muertes que conllevaron para saber que son los malos.

No fue Wolfenstein 3D sino Doom el juego que inspiró la famosa frase «Si al menos pudieras hablar con estas criaturas», los monstruos, «entonces quizá podrías intentar trabar amistad con ellos, formar alianzas… Eso sí sería interesante». Cuando salió Wolfenstein 3D la revista Edge todavía no existía, pero me gusta pensar en el hecho de que quien escribió la reseña encuentre más cercana la posibilidad de razonar con, literalmente, demonios del infierno que con los nazis.

Todo esto viene a colación de Dialogue 3-D, ese mod de Wolfenstein 3D en el que al disparar a los enemigos un cuadro de diálogo aparezca en pantalla para que el jugador reflexione sobre lo que está haciendo. ¿No es un fracaso utilizar la violencia contra estos pobres tipos? ¿No te hace ser peor que ellos? ¿No vas a conseguir que sean ellos las víctimas? La broma está en que los nazis no tienen cuadros de diálogo ni reparos a la hora de seguir disparando. El mod de Ramsey Nasser, que a mí me parece brillante, es un comentario sobre el puñetazo que recibió hace no mucho Richard Spencer, conocido por sus defensa de la supremacía blanca, las limpiezas étnicas y esa derecha alternativa de la que tanto se ha hablado los últimos meses, y que ahora ocupa varios puestos importantes en la Casa Blanca.

If only you could talk to the monsters

Spencer puede hacernos pensar en Jörg Lanz von Liebenfels, el fundador de la revista Ostara, que a principios del siglo XX sirvió de vehículo para sus ideas: lo único que quería este pobre hombre era que las «razas inferiores» fueran esterilizadas y obligadas a participar en trabajos forzados, la única manera que los arios tenían para conseguir de nuevo su condición divina. Según él (que durante dos décadas fue el único autor de su revista), Eva, la del famoso cuento de Adán y Eva, era la culpable del nacimiento de estas «razas inferiores» por haber mantenido relaciones con un demonio; por eso, dedujo Lanz, a las rubias les gustan los «hombres oscuros». Lanz, antiguo monje de la Orden del Císter, abandonó la vida monástica por romper el voto de castidad; montó su propia alt-right, llevando hasta las últimas consecuencias su obsesión por los templarios y creando la Ordo Novi Templi, que tuvo el infame honor de adoptar la esvástica como símbolo en sus banderas, en 1907; también organizó conciertos y encuentros.

Las ideas de Lanz von Liebenfels suenan ridículas hoy; casi resulta imposible que, mientras Kafka escribía La metamorfosis, el ocultista seducido por los templarios recurriera a los alternative facts para explicar la superioridad de la raza aria y la necesidad de deshacerse de las impurezas del judaísmo, la «raza inferior» favorita de Lanz y sus simpatizantes (aunque supuestamente Hitler fue lector de Ostara durante su juventud, en 1938 prohibió a su publicación y ordenó retirar de las tiendas los ejemplares que estuvieran en circulación), para recuperar su esplendor, herencia directa de Dios. Es un argumento que parece más y más maligno cada día que pasa; un siglo de atrocidades a nuestras espaldas debería servir para comprender esta sencilla verdad.

Que Dialogue 3-D exista, sin embargo, es significativo. Aunque su intención es humorística, la realidad a la que se refiere no hace gracia. Se ha hablado mucho estos días del hecho de que las ideas de «limpieza étnica pacífica» o de que «ser blanco es ser un luchador, un cruzado, un explorador y un conquistador» (ser blanco es parecido a ser una unidad de Age of Empires, en definitiva) no forman parte de una postura diferente e igualmente amparada por la famosa libertad de expresión; cuando se refiere a los medios de comunicación críticos con él como Lügenpresse, igual que los nazis, o se refiere a Estados Unidos como, «hasta la pasada generación, un país blanco diseñado por nosotros y para nuestra posteridad», no está defendiendo una forma diferente de ver las cosas: todas las propuestas que pueda hacer la famosa alt-right en la que se posiciona Spencer quedan descalificadas por la «limpieza étnica pacífica», independientemente de la importancia que se le quiera dar al asunto. Que el objetivo último sea que Estados Unidos sea un país blanco y católico en base a ideas medievales de pureza de sangre no es el típico “elefante en la habitación” que pueda quedarse en segundo plano.

Ese es el motivo por el que nadie espera hacer entrar en razón a los nazis de Wolfenstein 3D. Mi intención no es celebrar o censurar el puñetazo a Spencer. Tampoco creo que sea la intención de Dialogue 3-D, que en el fondo enfrenta dos tipos de izquierda: la de salón, la políticamente correcta (un término que nació dentro de la izquierda norteamericana, como broma privada para señalar de manera irónica el dogmatismo excesivo), y la callejera, la que apuesta por la acción directa, esos antifa que se han convertido en trending topic imposible estas últimas semanas. Tan cuestionable como pueda resultar, el interés de la escena no está en el puño sino en Spencer, en la manera en que las ideas que promueve manipulan el (comprensible) malestar de una parte de la población asociándolo a una idea apocalíptica de impureza racial y a la supuesta condición minoritaria de los blancos en Estados Unidos, a pesar de que en un informe de la Oficina del Censo se dice que en 2014 un 77,5% de la población era blanca (62,2 si no se tiene en cuenta a la población hispana blanca), y se añade la previsión de que en 2060 será el 68,5%, no porque vaya a haber menos blancos sino porque habrá más gente, en general. De los peligros de estas tergiversaciones se lleva hablando mucho tiempo, y de ahí sale lo de los “hechos alternativos”, un rebranding patillero de la misma familiar que “alt-right”, “identitarismo” o “racialismo”; la parte importante de la «limpieza étnica pacífica» no está en el pacifismo, sino en la limpieza étnica.

If only you could talk to the monsters

Ahora imaginad que Wolfenstein 3D fuera un juego protagonizado por un neonazi que recorre las calles matando a negros e hispanos. Imaginad que las personas con la piel oscura suelten chillidos de mono al morir. Sería grotesco. Imaginad que el segundo nivel fueran las alcantarillas, donde se esconden los judíos, segundo objetivo del juego. Pongamos que el jefe final fuera Ariel Sharon, en vez de Hitler. Este juego salió en 2002 y se llama Ethnic Cleansing, un shooter en primera persona creado por el partido neonazi National Alliance y que se promocionaba como «el juego más políticamente incorrecto jamás creado». Era una forma de propaganda más: usaban los videojuegos para expandir sus ideas, insertando charlas de William Pierce, el presidente del partido, hablando de la «revolución blanca» que estaba por llegar. No es el único caso: Matt Hale, el fundador de la World Church of the Creator, una iglesia neonazi, también veía los videojuegos como una herramienta útil para llegar a gente «cuanto más joven, mejor». La idea era que se les viera como «gente corriente». «Si podemos tener influencia sobre los videojuegos y el entretenimiento la gente comprenderá que somos sus amigos y vecinos… Mientras no se denigre a gente blanca o tenga pornografía, nos parece bien», comentaba Hale sobre su proceso de QA. Hale tenía colgado en su web un mod de, precisamente, Return to Castle Wolfenstein que cambiaba a los nazis por personas negras. Otro ponía un uniforme de las SS al marine de Doom y reemplazaba a los enemigos por personajes negros con ropa de pandillero. El círculo se cierra. Lo que hace Dialogue 3-D es brillante porque explora y amplifica la claridad con la que Wolfenstein 3D retrata la maldad del racismo: hasta los nazis ven que los nazis son los malos. Matt Hale fue sentenciado a 40 años de prisión en 2005, por solicitar a un agente del FBI infiltrado el asesinato de la jueza Joan Lefkow.

A lo que voy es a que se está mirando el dedo en vez de la luna, o las lágrimas no nos dejan ver las estrellas, o el puñetazo, rápidamente convertido en meme, no nos está dejando ver el peligro real de personajes como Spencer, hechos de la misma pasta que otros grandes embaucadores del siglo XX y que pueden permitirse cualquier falta de sutileza que sea necesaria para que sus mensajes de desprecio hacia los que no son como ellos; los matices y las dudas se las dejan a otros, a los beta, a los impuros de sangre. ¿Cómo es posible que unas ideas tan antiguas sobre la vida humana se expandan con la voracidad del fuego por internet, la tecnología más avanzada a la que hemos tenido acceso como especie? ¿Cómo actuar frente a personajes como Spencer, que defienden ideas tan arcaicas que parecen un chiste, entre loles y tweets? ¿Nos creíamos que nos estaban contando un chiste, precisamente, cuando en realidad era una historia de miedo? En Dialogue 3-D, «la formulación de esas preguntas y el tiempo que nos tomamos en responderlas son lo que permite al nazi acribillarnos a tiros», explicaba pinjed en la columna que publicamos anteayer. Si al menos pudieras hablar con estas criaturas…

  1. Bore

    Y por cosas como esta sois mi página de videojuegos favorita.

    Un texto genial, enhorabuena.

  2. gonzalo_ht

    Gran artículo.
    Me ha parecido muy interesante la reflexión del primer párrafo hablando sobre el hecho de que los nazis en el juego fueran villanos de caricatura cuando sus crímenes y acciones fueron un terror muy real.
    Es algo que hacemos con todo y más en ésta época de redes sociales y memes, ahora mismo los nazis son casi un elemento de cultura popular (entre muchas comillas se entiende) que son usados día tras día como elemento de humor. Ves esa intro con la música de Friends y miembros del partido nazi y hostias es una imagen contradictoria con la realidad, aunque sólo sea una broma ¿Pero puede cambiar todo esto nuestra visión de lo que fue la realidad? ¿Cuántas bromas hacen falta para que la visión sobre la realidad se distorsione?

    Pero vamos que es algo habitual, el mismo Trump o incluso el PP. Quiénes no somos afines a este partido seguramente seguimos cuentas en redes, o tenemos amigos que las sigan, donde salen memes y coñas por doquier. Pero luego el PP vuelve a ser elegido, Trump es elegido y parece que toda esa corriente de opinión casi caricaturizando a esos políticos, haciéndolos villanos de alguna forma, está muy lejana de una realidad donde mucha gente los apoya.

    Me parece ya digo algo curioso.

  3. FERIFO

    Gracias héroe enmascarado. Tú puñetazo nos muestra el camino. El mundo ahora es un poco mejor. Los neonazis ya saben que son el mal, y están desapareciendo por combustión espontánea.

  4. Minsc

    LosNazisSonMalos2.0.txt

  5. Diegodc

    Buen texto, Víctor. Interesante.
    Ya había leído antes de este personaje y madre mia, siempre me dan miedo esa mezcla de Rednecks a nivel fisico que luego son jodidamente inteligentes y manipuladores. La simple utilización de la palabra «peaceful» seguida de «etchnic cleansing» es tan terrible como brillante para según que público. Y Acojona.

    Estan más que bien estas cositas de vez en cuando.
    Y muy bien cerrado el texto, muy redondo, otras veces me da la sensación de que te cuesta mucho mas. 😉

    (Se te coló por ahí una palabra de más en la primera línea del séptimo párrafo)

  6. Víctor Martínez

    @ivb1973
    Spencer es ateo, de hecho; sé que Estados Unidos es un país protestante, todos hemos leído a Weber, pero él ha hablado alguna vez de su educación cristiana y de cómo el Estado y la Iglesia deben estar unidos. Es un SISTÁLGICO de Europa, en el fondo.

    @diegodcsantos
    ¡Corregido! Gracias por avisar.

  7. Víctor Martínez

    @matthewmurdock
    Esa es buena. Supongo que el contexto importa, de nuevo. Los juegos de estrategia suelen ser «simulaciones» de hechos históricos o de escenarios posibles, todo visto desde una perspectiva muy macro. Creo que el rol de nazi se asume menos en un juego de ese tipo que en un shooter en primera persona, ¿no? El «roleo» es menor; no tienes en cuenta las circunstancias históricas ni las motivaciones de «tu personaje» en Hearts of Iron. Se me ocurre que algo como Commandos pero protagonizado por nazis podría ser más incómodo, al menos para mí. Estoy a favor de la incomodidad, pero, ¿en cuántos juegos el héroe es un nazi? ¿Y cuántos de esos juegos no son propaganda? ¿Pueden no serlo, acaso?

  8. Deses

    @matthewmurdock
    Por otro lado, me he encontrado en juegos similares pero con un contexto no-histórico cometiendo atrocidades hasta que ciago en la cuenta y pienso «hostia, los nazis hacían exactamente esto».
    Ese despertar pega una hostia bastante fuerte, cuando te das cuenta de que estás roleando a un nazi aunque no sea explícitamente un nazi.

  9. landman

    @matthewmurdock
    Yo supongo que en un juego de estrategia me daría lo mismo exterminar o esclavizar la población enemiga fuese Nazi, el SPQR o el imperio fungoide de Deneb, al mismo tiempo suelo rolear muy mal este tipo de facciones y no hago estas atrocidades aun sabiendo que reciben bonus por ello, también es cierto que soy un paquete en los juegos de estrategia xD

    Madre mías ese logro del Stellaris… cuando vuelva a instalar el mod de Star Wars interpretaré al imperio Sith para intentar sacarlo xD

  10. oldFillion

    Se habla poco de cómo la industria del videojuego está plagada de propaganda política de la más sucia y reaccionaria.

    Sin ir más lejos todos los títulos con el prefijo Tom Clancy, conocido escritor por sus obras ultranacionalistas y militaristas que luego se traducen en juegos como The Division donde el telón de fondo es un (emocionante) estado de excepción militar o el reciente Ghost Reccon: Wildlands, donde una Bolivia caracterizada como «salvaje» necesita de la intervención externa de una agencia militar de EEUU para resolver los problemas a base de plomo.

    Ultranacionalismo, imperialismo, racismo y militarismo se normalizan y se convierte en cotidianos en la mayoría de los blockbusters.

    El último juego con un mensaje evidentemente propagandandístico, que me voló la cabeza, fue el Tomorrow Children. Un juego de recolección de recursos donde los personajes están caracterizados como niños en un entorno con estética claramente soviética. Esto, ademas de ser una barabaridad, es un «cocowash» que retuerce la realidad y confunde conceptos que, a base de repetición, terminan calando en la sociedad, en el jugador, en el lector, en el espectador poco (o mal) informado.

    No me extiendo más pero creo que el videojuego, como cualquier otro medio cultural, está plagado hasta las trancas de los valores que la ideología dominante le interesa reproducir. Y se habla poco, muy poco y menos aún se le toma importancia en el análisis de la obra.

  11. Javieres

    Disculpenme la tontería mucho, pero hace mucho pensé en la idea de un juego en el que lleves a un soldado nazi en un campo de concentración,(camuflandolo quizás con aliens, rollo Abe Oddisey) en el que decides si tomar el camino fácil y hacer todo lo que te ordenan,o el difícil y ayudar a los ¨presos¨.

  12. IRA

    Creo que estas dos últimas opiniones deben ir l anuario 2017 de cabeza. En un tiempo en que la palabra Nazi se retuerce hasta límites ridículos, artículos como estos hacen falta más que nunca.

  13. sukiio

    @chiconuclear
    Bajo mi punto de vista, se puede hacer un juego en el que el protagonista sea un Nazi, pero el héroe sea el rival, es decir, un juego donde seamos el villano. A mí, personalmente, no me supone mayor problema jugar con Nazis, porque la propia naturaleza lúdica del juego hace que, todo lo malo que representa, se acabe al desconectar. Entiendo que a otras personas sí les afectará y a otras les encantará porque simpatizan con el sentimiento Nazi. Quizá esto último sí pueda resultar problemático, pero creo que a la mayoría no le afectará asumir el rol del villano porque es sólo diversión sin más.
    En cuanto al artículo, genial.

  14. Deses

    @javieres
    ¿Una suerte de Papers, Please pero en un campo de exterminio? Bien hecho estaría muy bien.

  15. Freeslave

    Cojonuda reflexión en texto.

    Es facil villanizar a villanos, sobretodo cuando no tienen que ver con una raza o país, si no con una ideología política. Pero creo que hay algo más que eso como dice chiconuclear en el texto, todas las facetas del ocultismo, paraci ncia, tecnlogia, estetica… demasiado goloso para no usarlo en un juego.

    @oldfillion
    100% de acuerdo. Tanta mierda con lo politicamente corrcto ultimamente pero parece que nos hemos olvidado de la propaganda ultranacionalista americana. Justificar el intervencionismo, la exportación de guerras o los valores que a muchísimos occidentales no nos representan. Al final muchos videojuegos, siguen siendo armas de propaganda cultural, mas modernas, pero propaganda al fin y al cabo.
    Pasa igual cn el cine, donde cosas que haces unos años las veia normales, hoy me repugnan. Me acuerdo de la ultima vez que me pasó, El francotirador de Clint Eastwood, casi salgo del cine.

    Pensando en la normalización de muchos de estos valores, matar nazis me parece una cosa insignificante en comparación.

  16. RdeMr

    Me ha encantado el artículo, Chiconuclear, Enhorabuena. No soy un hombre que disfrute la violencia real –ojo, en los videojuegos sí– pero sonreí con el puñetazo que le dieron a Spencer. Vi el video justamente después de haber escuchado algo del asunto y tras informarme sobre ese señor. Tal vez no fue correcto lo que sucedió, pero tampoco me lo parece la ideología que promueve. También opino que con Donald Trump ha entrado mucha mierda, y la que nos espera ; )

    pd: he visto un video de ese infame juego racista y manda huevos, madre del amor hermoso. La palabra ASQUEROSO palidece junto a él.

  17. Javieres

    @cleses
    Claro siempre desde el respeto, pero de alguna forma hacer lo contrario al wolfenstein y humanizar a los nazis

  18. Rocks

    ¿Cómo es posible que unas ideas tan antiguas sobre la vida humana se expandan con la voracidad del fuego por internet, la tecnología más avanzada a la que hemos tenido acceso como especie?

    Esta es una gran pregunta sobre la que se podría hablar horas y horas.
    Para mí es por la necesidad del ser humano de simplificar y personalizar sus problemas, buscando cabezas de turco. Posiblemente antes estos discursos solo calasen en casos muy extremos y con unas condiciones socio-económicas que constituyesen un catalizador potente, pero hoy día las redees hacen que toda la gente en condiciones de abrazar ese tipo de mensajes lo apoyen, lo difundan, «le den me gusta», y consigan crear una cámara de resonancia que lo haga: 1.- parecer mayor de lo que realmente es y 2.- crecer a mayor ritmo gracias al efecto amplificador del primer punto.

    Coincido en que la mayoría de obras culturales están impregnadas de la visión moral del poder hegemónico, pero creo que todos sabemos distinguir cuáles son las ideas puramente perniciosas independientemente del contexto socio-político. Lo que propugna Spencer es de bofetón aquí y en la Roma imperial.

  19. Prometeus

    Soy un firme defensor de la no-censura de las obras de ficción, pero sí que es verdad que lo que te hace reflexionar es la facilidad que tiene la gente de apoyar, en el mundo real, cosas que van en contra de su propio bien, para defender ideas que benefician a quien les está jodiendo.

    Aun así, se empieza a aplicar la censura, y empiezan a emborronarse las líneas rojas que nos llevarían a un mundo donde cualquier cosa mínimamente cuestionable está prohibida, y que al final no va a solucionar nada porque la violencia está en el individuo que la practica. Obviamente su entorno influye, pero influye mucho más el entorno real que la ficción.

    Que a tí te maten en un videojuego, o que George R.R. Martin se cargue a tu personaje favorito en Juego de Tronos no te vuelve una persona violenta. Pero que te dejen al borde de la pobreza, o peor aún, en la vida real, sí.

    Pero vamos, también me genera mucha inseguridad saber que vivimos en un mundo gobernado por expertos manipuladores, y secueces que se encargan de que rebelarse contra el sinsentido sea tarea imposible, o muy castigada. Pero eso no se soluciona censurando obras de ficción.

  20. Osuka

    Poco más se puede añadir lo ya dicho, solo quiero hacer una recomendación:

    Hijos del Tercer Reich (Unsere Mütter, unsere Váter).
    [YouTube]https://youtu.be/wa5opakhdJ8[/youtube]

    No tengo npi de alemán, pero recomendaría verla en VO.

  21. DrTenma

    Otro gran artículo, chicos (por esto a veces si no tengo suficiente tiempo no entro en Anait, porque sé que me lo leeré todo y además acabaré comentando en otros tantos artículos).

    La idea de que una raza es inferior es tan absurda como las historias que se cuentan en las religiones (lo digo intentando no ofender a quien procese alguna religión, creedme). El problema es que siempre van a existir personas que van a creerse algún cuento. Es inevitable, somos muchos humanos, recibimos una educación determinada por nuestros padres o tutores y siempre habrá envidias y miedos hacia ciertos sectores (a veces contra negros, otras homosexuales, otras odio a los ricos, etc).

    Hablando de los nazis, siempre han sido un enemigo excelente. En la sociedad actual somos muchos más los que sabemos de los horrores que comentieron que los que los defienden (que manda huevos, pero bueno, sin repetirme: «hay gente pa’ tó»). Actualmente los nazis están despersonalizados. Son esos pilotos detrás de cascos a los que no vemos como humanos, son los stormtrooper de Star Wars.

    En gran medida esta despersonalización me parece muy peligrosa: lo más doloroso y horrible es que eran humanos. Se podía hablar con ellos y ellos podían expresar «sus ideas», y sin embargo lo que promovían era terrible (especialmente por lo irracional de las mismas y su ejecución).